Una misiva interesante

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"No sé como pude no haberlo sabido antes, eres la responsable de esto, eres la persona que arruinó mi vida.

Recuerdo cuando creía que eras la única luz que tenia mi vida, la única bondad que existía en mi mundo, agradezco al Creador el que me haya dejado abrir los ojos. Desde que te conocí todo no han sido mas que problemas y ahora, a pesar de todo el amor que en un momento llegué a sentir por ti, el dolor que me causaste, lo que hiciste no se puede comparar y, Victoria, no puedo perdonarte, no puedo pretender que no ha sucedido nada. Te llevaste lo único que tenía, por tu culpa se fue, por tu culpa se ha ido y ahora jamás volveré a verlo.

Y además del sufrimiento que me causaste manteniendome como un perro detrás de ti, nunca podré perdonarte el que me hayas humillado de esa manera, por un momento sentí que de verdad me querías, que a lo que me había dedicado toda mi vida había dado por fin sus frutos, que por fin había alcanzado mi única meta para después enterarme que no fue nada mas que un juego, que serví para tu entretenimiento. Después de aquello, alguna vez me llegué a sentir aliviado por haberte sido útil de alguna manera. Ahora me causan cólera esos pensamientos, la persona que solía ser, la odio, la repudio.

Espero verte algún día Victoria para que veas el monstruo en que me has convertido, espero que este nuevo ser pueda ser digno de ti o no, la verdad es que ahora no me interesa, me gustaría verte para hacerte pagar todo el daño que me hiciste, el que te hayas llevado a mi abuelo.

Nos vemos pronto, Victoria."

-F.

Adjunta a esta carta que contenía una mezcla extraña de sentimientos se encontraba una rosa negra aun con espinas. Victoria la tomó y la contempló por unos momentos tratando de asimilar lo que había leído, la giraba para poder observarla en su totalidad y accidentalmente se pinchó un dedo haciendo salir una diminuta gota de sangre, miró su dedo herido y tomó la carta manchandola de sangre, se sentó en su incomodo sofá aun sin poder reaccionar, el remitente de su carta era claro.

La Rosa Negra (reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora