Capítulo 1

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No tiene que ser sano levantarse tan pronto por la mañana, a las 7 para ser exactos; y encima esa música de despertador, sea cual sea, es muy irritante, un día lo tiro por la ventana fijo.... Me miro al espejo y veo que tengo el pelo rubio lleno de nudos, me frotó los ojos y veo que parezco un mapache, el maquillaje de ayer ha formado manchas negras alrededor de mis ojos verdes. Me miro y pienso que estaría bien tener algo más de curvas, pero en general me gusto.

Pero... perdón, no me he presentado: yo soy Alejandra Herrera, pero todo el mundo me llama Alex, y sí ya sé que ese es un apodo de chico, pero dime tú cómo abrevio yo mi nombre sino, ¿eh? Continuemos, vivo en Madrid y hoy: 7 de marzo de 2012 tengo 17 años y estoy en último curso del Colegio Gracia de la Esperanza. Es un colegio muy religioso y muy caro, cosas de mis padres..., ahora mismo voy de camino a clase.

Al llegar me encuentro con Bea, mi mejor amiga del mundo mundial, esperándome en la puerta, como todos los días. Es muy guapa, castaña de ojos claros y curvas insinuantes; se lleva de calle a todo hombre con ojos en la cara.

- Alex, tía te tengo que contar, Luis me ha pedido quedar el jueves- me cuenta con una bocecilla histérica.

- Genial, espero que te lleve a un sitio bonito a cenar; hay un italiano nuevo en el centro...

- ¡Mierda! - grita ella, mirando su reloj- llego tarde a historia, luego hablamos...- se aleja corriendo unos metros, pero vuelve para decirme:- Recuerda que mañana tenemos examen de química, ciao.

Joder, el examen de química se me había olvidado, voy a volver a suspender. ¡Que asco! encima yo también llego tarde a clase.

Aún no ha llegado el profe de física, ese hombre siempre llega tarde. Entro en clase y me siento al lado de la ventana, como siempre; a continuación entra el profesor y empieza a escribir fórmulas en la pizarra.

-Oye... - oigo una voz y me giro.

- ¿Qué quieres? - es un chico de mi clase, pero no me acuerdo de su nombre.

- Toma,- me extiende una hoja de papel arrugada- llámame.

Es un número de teléfono, el suyo. No se qué se ha creído este chaval, pero no tengo ningún interés en él. Cuando cierro otra vez el papel sonrío como si fuera una niña pequeña.

- Gracias, - digo tirando al suelo el dichoso papel sin perder la sonrisa- pero para que yo tuviese algún interés en ti tendrías que ser el único ser vivo en la tierra. Ahora o me dejas atender o desinflo tu maldito ego con el boli.... - no he acabado la frase cuando el profesor chilla.

- ¡Alejandra Herrera! Fuera de mi clase.

- Pero...

- Salga del aula, ahora.

Con mi mejor cara de asco y un portazo que hizo retumbar todo el colegio, salí de clase; y todo por culpa de ese gilipollas... que no sé ni cómo se llama, todos los tíos son iguales, hoy y siempre lo han sido.

Sonó el timbre y así fueron pasando las clases del día, necesitaba unas vacaciones, de eso estaba segura.

Llegué a mi casa y me tiré a la cama sin pensarlo, tengo que llamar a Bea para desahogarme y contarle lo de clase de física.

 Dear time diary ( Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora