- No sé si debo meterme...
- Oh, vamos José; no seas niña - me reí después de decir ese comentario.
- No, no.... Él perdió a sus padres, nadie sabe cómo... - hizo una pausa y continuó -Ahora vive con su tío.
Flipé, flipé mucho; definitivamente, no me lo esperaba. Ahora le comprendía un poco, pero por pasarlo mal él no tenía porque ser borde con los demás.
-¿Y por eso fuma como un descosido?
- ¿Barea fuma? - ¡Mierda! Olvidé que estaba prohibido fumar.
- No, no.... Era una broma - reí como si fuera una simple broma.
Entramos en clase sin darle más vueltas al asunto, pero yo seguí pensando en lo que me había dicho sobre Arturo. Y como niña entrometida y cabezota que soy decidí, en el aburrido trascurso de la clase de matemáticas, hablar con Barea.
Acabó la clase y fui decidida a hablar con Barea.
- Barea, espera - me miró extrañado y paró.
- ¿Qué? - lo dijo seco, ni enfadado ni intrigado.
- Oye, que entiendo perfectamente que estés triste, bueno no perfectamente porque no sé qué pasó, pero....
- ¿Qué estás diciendo? - me cortó en seco.
- Lo que quiero decir es que siento lo de tus padres.
- Tú no sabes nada - me fulminó con la mirada y esta vez sí que lo dijo enfadado, se le notaba muy nervioso, nunca le había visto así. Quiero decir, que nunca había visto a Arturo Barea fuera de su máscara de indiferencia y aversión.
Salió andando en dirección a la siguiente clase, pero le alcancé.
- No seas borde, porque te haya pasado algo a ti no tienes porque ser así con la gente - ahora la que se estaba enfundando era yo.
- Pero eso, a ti, no te incumbe - lo dijo despacio, pausado.
- Me da igual lo guay o machito que te creas, no tienes derecho a ser así con los demás - estábamos discutiendo, en medio del pasillo y yo casi me pongo a gritar.
Me echó una mirada de profundo resentimiento y ,tras empujarme ligeramente, siguió andando.
Decidí no ir a la siguiente clase e ir a la biblioteca; allí me encontré con Pedro, que tenía la hora libre, y le conté lo que me había pasado y lo enfadada que estaba.
- ¿Cómo se puede ser tan... -gesticulé con las manos - tan así?
- No le culpes, se siente mal; aunque nadie sabe que pasó en realidad.
- ¡Me da igual!
- Shhh... - me riñó el bibliotecario.
- Me sigue dando igual, - murmuré por lo bajo - no le soporto.
- Alex, piensa en que si a ti se te muriera alguien si te gustaría que te lo recordaran o hablaran de ello.
- No, pero... - me callé porque Pedro tenía razón.
- Exacto, y si le sumas que nuestro amigo Barea ya es terco y frío por sí solo...
- Lo intenté hacer con buena intención - me quejé suspirando.
- ¡Shhhh...! - me repitió el bibliotecario. Le miré con cara de profundo asco.
Pedro asintió. Dejamos el tema y estudiamos un poco; al rato decidimos volver a las habitaciones. La de Pedro estaba cerrada por dentro, supuso que Barea se habría encerrado, molesto con el mundo. Pasamos a la mía que estaba vacía, y se empeñó en enseñarme a jugar a algunos juegos de cartas.
ESTÁS LEYENDO
Dear time diary ( Español)
Random- ¡Tú eres una chica! - gritó el alto. - Que inteligente eres... - dije con desdén. - ¿Cómo has entrado? - ahora habló el moreno del cigarro. - Estudio aquí. -Pero si este internado es solo masculino... - abrí mucho los ojos sorprendida. - ¡¿En qué...