Cuento Dibujado

Adios, País de las Maravillas

Adiós. Ya no me volveréis a ver más. Esa niña pequeña que una vez estuvo, al País de las Maravillas nunca regresará.
Me sentía perdida, pero a la vez atraída, por ese lugar. Donde todo se podía hacer realidad. Donde todo era posible. No como en la vida real, en la que hay demasiados límites.
Pero ya me hago mayor. Se que este es mi mundo, el mundo en el que nací. Tengo que afrontar la realidad, y no esconderme más en el Mundo de las Maravillas.
Gracias por todo, queridos seres.
A los animalitos, con los que tuve aquella loca carrera.
A la Oruga Azul, a la que su humo me molestaba.
A la Liebre y al Sombrerero Loco, por darle un poco más de alegría y locura a mi vida.
Al Gato de Cheshire, por siempre sacar tu mejor sonrisa.
A la Reina de Corazones... gracias... Bueno, no se por que dártelas, pero por algo te las daré.
Pero sobretodo, gracias a ti, Conejo Blanco, por ser mi amigo y guía en aquel mundo de locos.
Muchas veces me hubiera gustado ir con vosotros de nuevo, al País de las Maravillas, para no volver. Pero la realidad me necesita, igual que yo la necesito a ella. No estoy hecha para estar en vuestro mundo.
Con esto me despido. Me despido de la historia que siempre recordaré de mi infancia. De mi infancia. Por que nunca la olvidaré.
Se que algunos llorareis, a otros os dará igual, y otros solo querrán que vuelvan para ver mi cabeza en una bandeja de plata.
Pero me tengo que ir, para no volver. Siempre os llevare en mi recuerdo, y espero que vosotros también hagáis lo mismo. No olvidar a aquella niña de pelo rubio y vestido blanco y azul, que paseo curiosa por aquel mundo.
¡Ah, por cierto!
No intentéis volver a mi. Si lo hacéis, me asegurare de mataros con mis propias manos.

Goodbye, Wonderland.

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Espero que os haya gustado esta versión mía de Alicia en el País de las Maravillas.
¡Muchas gracias a todos por su apoyo, y por seguir estos relatos de esta aprendiza de la escritura!