La leyenda de la Navidad

44 6 15
                                    

Miré hacia los lados, comprobando que ningún ser peligroso estuviera alrededor. Al afirmar que allí no había nadie, le hice una señal a mi robot acompañante y seguimos corriendo por el suelo blanco que formaba la nieve, atravesando las edificaciones destruidas por sus mismo creadores, los despiadados y crueles humanos.

Desde que había visto el mundo por primera vez, estábamos en guerra. Nunca supe por que fue, y aún sigo sin saberlo, pero es algo en lo que tampoco me podía centrar demasiado. En aquel momento estaba buscando a mi padre, la única familia que tenía. No había vuelto desde aquel día que me desperté y no le encontré a mi lado. Se había ido, sin ni siquiera decirme nada. Lo busqué por cada pedazo de la casa, pero no lo encontré ni rastro de él. Al caminar por todo el espacio posible y ver que no estaba por ninguna parte, decidí salir de casa para volver a verle. Mi padre no me permitía salir de casa, solo en caso de verdadera necesidad, ya que estar fuera era un peligro que solía acabar en la muerte, o algo peor. Pero, sinceramente, ya no podía suceder nada peor. Estar sin la única persona que me ha querido en este mundo oscuro era una tortura con la que nada se podía comparar. Así que me preparé para ir a por mi familia, metiendo mis cosas en la única bolsa que teníamos y con la compañía de un robot guía creado por mi padre.

Y allí me encontraba, pisando la nieve helada que se hayaba debajo de mis pies mientras el pequeño robot buscaba algún rastro de mi padre. Sin embargo, la desesperación me carcomía. Por mucho que siguiera a aquella máquina, seguía sin encontrar a mi padre. Caminamos durante horas, escondiéndonos de todo humano que viéramos, corriendo por los destrozos ocasionados por la guerra actual y pasando por encima de los cadáveres de personas que nunca querría haber visto, pero seguimos sin dar con él. Para cuando mis piernas ya no pudieron caminar más, ya se hizo de noche.

Caí de rodillas y miré hacia arriba. En el cielo no había ni una sola estrella, ni una sola luz lo que iluminará. En cierto modo me sentía identificada: en mi ya no había ninguna luz, porque ya no tenía esperanzas. No habíamos encontrado nada, ni siquiera una pista sobre su paradero. Lo único que tenía en aquellos instantes era una sensación de vacío y de profunda tristeza que parecía que no se iban a ir nunca. No me sentía viva, y tampoco tenía ganas de vivir. Solo quería de dejarse llevar por el manto de la muerte, y dejar aquel mundo maquiavélico atrás. Solo quería dejar de sufrir...

Justo cuando estuve a punto de caer, rindiéndome por completo para cerrar sus ojos por siempre, un leve tintineo resonó, lo que me hizo alzar la cabeza hacia el lugar donde se había producido el sonido. Y vi algo que pensé que nunca iba a ver.

Una brillante luz se alzó entre la penumbra, destacando la escena que se hayaba allí. Rodeada de brillos de colores, me encontré cara a cara con una chica montada en una gran y extraña máquina voladora de color rosa. La joven tenía el pelo azul verdoso y estaba recogido por dos largas coletas que llegaban hasta sus rodillas. Llevaba ropas de color rojo y blanco, y en su cabeza estaba puesto un gorro de esos mismos colores. Alrededor de la extraña de pelo azul revoloteaban unas cajas con lazos de distintos colores, que parecía que brillaban con luz propia.

Me quedé un rato mirándola, sin saber bien que hacer, ya que me costaba asimilar aquella situación, a pesar de que la tenía delante de mis ojos. Era demasiado irreal y surrealista, a pesar de que sabía que no lo era. Sencillamente, costaba creer que aquello era real.

-Eh, pequeña - comentó la chica de coletas azules con una cierta alegría que me chocó-. ¿Te gusta la Navidad?

¿Na... vidad...? ¿Que era eso...? ¿Quizás era algo que podría salvar a mi padre...? En verdad no tenía muy claro... ¿A que quería llegar con eso...?

Al ver mi cara de completo confusión, ella comprendió que no entendía de lo que estaba hablando. Se acercó a mi con una sonrisa, dispuesta a decirme algo más.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 01, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cuento DibujadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora