Corazones Desesperados

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Se fue arrastrando lentamente, pequeñas cortaduras le llenaban el vientre y la mayoría del cuerpo. Llevaba un corazón palpitante en sus manos, brotaba gotas de sangre de vez en vez, pintando los brazos del hombre que lo llevaba de un tono carmesí.
La figura femenina que estaba de pie le miraba con tristeza.
-Veo que vas lento. ¿Es tu corazón acaso? -preguntó la mujer de rizos elegantes.
-Si, es la prueba más fiel de mi amor hacia ti. Es la prueba de que te amo, te entrego mi corazón -él extendió los brazos y se lo ofreció. Ella miró el corazón con una sonrisa. Este se volvió negro al momento. La mujer pensaba que todo aquello era una simple broma.
El hombre cayó, inconsciente, sin vida. El corazón rodó por el piso y quedó a los pies de ella, negro y sin vida, soltando sangre y susurrando un bajo «Te amo»

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