11. El Collar.

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Esta historia está viva \:v/ sólo que estuve poniendo un poco más de atención en otra.
La que si está bien muerta es la de "¿Te enseño a ser mi novio?" :'v

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La miraba fijamente a los ojos, de repente mi garganta se secó y me quede sin habla, su mirada y su su risa lo hacía todo más difícil, no tenía idea de que decir, si me quedaba callada arruinaría el momento, pero si decía alguna estupidez lo arruinaría más.

Me reí levemente y pareciese como si me estuviera burlando, aunque una parte si me causaba gracia. — Entremos, me estoy cansando de sostener esta caja —hablé evadiendo esta estúpida y típica escena de película ¿arruine el momento? Por supuesto que si, y me alegra haberlo hecho.

Su sonrisa se desvaneció pero ella luchó por mantenerla, así que volvió a sonreír— bueno ¿te ayudo con eso?

— Claro que no, son mis cosas, no te deberían de importar —hice un gesto de desprecio.

— Creo, que, ah —titubeó con timidez inclinando su rostro— deberías ser más agradecida, no cualquiera te ofrece ayuda hoy en día —soltó hablando de forma rápida, como si al decirlo con más velocidad evitaría arrepentirse de haber hablado.

— No necesito la ayuda de nadie —lancé con agresividad mientras me daba la vuelta entrando a la casa y dejando mi maleta y mi caja en las escaleras.

— Claro que la necesitas, todos necesitamos de alguien en algún momento de nuestra vida y, creo que tu necesitas mucha —mencionó poniendo su mano derecha en mi hombro cual madre aconsejando a su hijo.

— Pues supongo que soy la excepción, no necesito ayuda de nadie, no la necesité y no la necesitaré —pronuncié fastidiada de ella, de su voz y de sus malditas frases. Debí haber dicho gracias, pero no es lo mío hacer eso. Demasiadas veces la misma palabra me mareó:v

— Esta bien, entiendo, no insistiré más —soltó un suspiro largo y miró hacia el techo como si intentara pensar en alguna otra cosa que cambiara el tema, de pronto dio un brinco y preguntó con entusiasmo— ¿Quieres que te enseñe tu habitación?

— Claro que quiero, por eso vine —exclamé con arrogancia.

— De acuerdo —dijo pasando a un lado mío, subiendo las escaleras mientras inhalaba y exhalaba profundo un par de veces.

— Tal parece que te ves algo, no sé, digamos que diferente —hablé intentando provocarla.

— ¿Por qué lo dices? —cuestionó con nerviosismo pasando un mechón de su cabello por atrás de su oreja tratando de que su diadema con una singular margarita lo detuviera.

— ¿Te estoy haciendo enojar, o estresarte? Porqué me encanta fastidiar a las personas.

— ¿Sabes? Es irónico que una persona que le gusta fastidiar se fastidie de todo ¿no crees? Ó ¿acaso te gusta hacerles sentir a los demás lo que tu sientes? Porque si ese es tu plan o tu "caprichito" no lo lograrás conmigo, Alone. —giró un poco la cabeza, lo suficiente para que pudiera ver que me guiñaba el ojo en señal de victoria y me dejaba confusa sin argumentos que decir.

— Bien, aquí está, tal vez no te guste la decoración pero creí que tal vez el negro y blanco sería un buen tema para ti —mencionó cerrando los ojos mientras sonreía.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2016 ⏰

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