¿Amor? [YoonMin/JimSu]

3

Volvamos un momento al pasado. Exactamente un año antes, cuando se "conocieron".

Primero, les presento al mayor.

Min YoonGi:

Edad: 31 años.
Altura: 1,75 m.
Complexión: delgada.
Estado civil: soltero.
Ocupación: Asistente administrativo.
Carrera profesional: Licenciatura en Administración con énfasis en Recursos Humanos.

Min YoonGi, a pesar de tener un duro horario en su trabajo, no se quejaba. Se sentía motivado por su jugoso salario. También, sus superiores le hablaron de la pronta jubilación del Gerente de Recursos Humanos y le comunicaron por medio de un correo electrónico que el puesto era suyo tan pronto como se graduara de su carrera. Por fin sería alguien importante en la empresa.

Escogió el mismo asiento, del lado derecho del tren, individual (no le gustaba compartir su espacio con extraños y agradecía mucho que el tren, a esa hora, estuviera casi vacío). Observó con orgullo su nuevo título y, con una sonrisa, volvió su vista hacia el paisaje.

Su tranquilidad duró solo seis paradas. Un chico lo sorprendió al sentarse al frente suyo. Lo puso incómodo. Con recelo, miró el resto de los vagones: la mayoría estaban casi vacíos. La misma mirada la dedicó a su nuevo acompañante, pero pronto, ésta cambió por una de asombro. Nunca, en su (relativamente) larga vida había visto ser humano más hermoso que esté.

El chico notó que alguien lo observaba y con nerviosismo, quitó su vista de los papeles que tenía en frente, hizo una inclinación y le dio un saludo.

Park Jimin:

Edad: 25 años.
Altura: 1,74 metros.
Complexión: delgada, atlética.
Estado civil: soltero.
Ocupación: estudiante.
Carrera en curso: Administración de empresas con énfasis en Recursos Humanos.

Estaba nervioso, ¿para qué negarlo?

Luego de un proceso increíblemente lento, había logrado su traslado para la sede central de la Universidad Nacional de Corea del Sur, ésta se ubicaba en el corazón de Seúl. Ciudad que no conocía. Ningún amigo o familiar que vivir era en esa zona que le ayudara a orientarse, sólo tenía a Google Maps y él odiaba la tecnología.

Desde la noche anterior, fijó la que sería su rutina por el siguiente año y medio que quedaba de su carrera. Iba a empezar algo nuevo y ¿qué mejor que un horario donde fuera casi las 24/7 dedicado a su carrera?

Ahora, a las 6:15 am empezaba su nueva vida.

Esperó el tren por 20 minutos, sabía que el tren llegaba hasta esa hora, pero «mejor prevenir que lamentar». Ok, lo siguiente era escoger su asiento. Tenía que ser individual, no podía ser contrario a la dirección que llevaba el tren (odia viajar en reversa, le provoca náuseas) y debe ser el número 13 a partir de la puerta de donde lo aborde.

«...11, 12 y 13...»

Hizo una mueca al ver que no iba a estar sólo en su recorrido. Se dedicó a leer sus papeles de la Universidad al ocupar su asiento, evitando un poco la mirada de su acompañante. Luego de unos segundos, no resistió la presión.

—Buen día tenga usted— se inclinó un poco—. Soy nuevo en ésta ciudad. ¿Usted podría indicarme cómo llegar a la Universidad del centro?

Perfectamente sabía Jimin, que el tren hacía su última parada ahí, pero no quería ser una molestia. Sentía que debía hablar con él para no incomodarlo. El desconocido le sonrió pues notó su nerviosismo.

—Muchas gracias joven, igualmente para usted. Elimina la idea que puedas perderte, el tren hace su última parada en ese lugar. Nada más tiene que cruzar la calle. No dura mucho en llegar, sólo— miró el reloj en su muñeca— quedan unos quince minutos para que llegues a tu destino.

Asintió y cada uno volvió a sus asuntos. Jimin a sus papeles y YoonGi a apreciar cada detalle del rostro concentrado del menor. Estaba perdido, con el corazón acelerado y un sonrojo (acompañado de una boba sonrisa) pintando su pálido rostro. ¿Esto era aquel "enamoramiento momentáneo" del que siempre le hablaban sus amigos?

El tren frenó. ¿Algo debía hacer YoonGi? ¿Por qué estaba en el tren?
Miró por la ventana ¡ahí debía bajarse!  Antes de salir corriendo a la salida, puso una mano en la rodilla del contrario y la distancia de sus rostros la redujo a 20 centímetros.

—Mucha suerte en su primer día en la escuela, joven.

Jimin, al principio, quedó muy asustado. «¿Qué le pasa a ese sujeto?» Pero terminó riéndose de la forma graciosa en que corría aquel hombre.

~*~

Con el paso del tiempo, las interacciones de estos dos, fueron disminuyendo. Seguía siendo agradable. El mayor así pudo memorizar sus emociones mientras el menor se sumergía en las historias que leía tan ansiosamente.

Terror, alegría, confusión, tranquilidad, paz, irritación, concentración. Eran las emociones superficiales que más mostraba su compañero, se volvían  más profundas cuando estudiaba de su libro de RRHH.

«Tenemos algo en común que nos apasiona» pensaba YoonGi.

Cuando estuvo harto de no saber su nombre, se inventó uno (porque no tiene el valor para preguntarle). Decidió que se llamaría Luke. Y él sería el rey de sus pensamientos de hoy en más.

Mientras tanto, la mente de Jimin, sólo se enfocaba en sacar el recuerdo de su ex novia. Por eso tragaba libros y estudiaba como si no hubiera un mañana. No era aplicado, no era un nerd. No. Simplemente necesitaba algo en qué pensar, llenar el vacío con conocimiento. Vivir otras vidas que no fueran la suya, patética.

Volvamos al presente.

Al igual que YoonGi, logró evolucionar. Después de un tiempo y seguir sus rutinas, sacó a Lily de su mente. Era el mejor de su clase y veía un futuro demasiado prometedor. Iniciaría su TCU pronto y ¿por qué no, iniciar su vida laboral en la empresa donde culminaría su Trabajo Comunal?

Buscó las empresas con más renombre en el país. Con unas cinco tuvo suficiente y empezó con los trámites para empezar. Las primeras tres empresas, le brindaron un rotundo NO. La cuarta empresa, cerró y trasladó sus instalaciones a otro país y la quinta opción que tenía, no contestaba a su solicitud.

Luego de esperar por un mes, decidió pedir otra solicitud. Esta vez «lo que salga, estará bien» guardó la hoja en el libro de Oscar Wilde que leyó en la mañana. Ya lo llenaría otro día. Ahora lo importante era volver a casa.