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El lunes llegó rápido y con él, la carta de amonestación para el Gerente General y sus secuaces (quiénes gustan hablar mal de mi mientras yo no estoy). La mayoría de los implicados, aceptaron el documento en silencio, otros se disculparon, pero el mayor culpable, hizo un alboroto en la oficina.

—¿Eres el dueño de esta empresa? ¿Cómo se te ocurre perjudicar de esta forma a quien es cabeza de la empresa? Te crees la gran cosa por tener un puesto alto... Gracias a mí estás ahí porque te he dejado. Deberías agradecer que tienes un empleo, si sigues así te voy a despedir. Esto— arrugó la carta y la rompió— no es nada más que una prueba de tu ingratitud y deslealtad a quienes te dan de comer ¿y todo por este niño?— se situó frente al escritorio de Jimin, este dio un respingo en su silla, lo miró de arriba a abajo con una mueca despectiva y mi actitud calmada ahora estaba cambiada por una alerta y enojada. Si le haces daño...— ¿Qué intentas? ¿Te gustó intentar pasar por encima del Gerente General?— maldito engreído... La mayor parte del tiempo, evito las malas palabras, pero este, se las merece— Déjame decirte que no eres NADA, ni siquiera eres muy inteligente, sólo eres un chico bonito... Y muy bonito, hm...con un cuerpo increíble. ¿Por qué no dejas de hacer cosas inútiles, como la que hiciste y vienes conmigo? Te pagaría y muy bien—.

—Suficiente— golpee mi escritorio sorprendiendo a ambos. Jimin, mi niño... ¿Cómo se atreve a hablarle de esa manera?—. Muy bien sabes que está empresa no te pertenece y que yo tengo la potestad de despedir a quién yo quiera y, en menos de un minuto, me has dado más de diez razones para hacerlo. Jimin está de testigo que me insultó y me amenazó y yo estoy de testigo que le faltó el respeto a Jimin, también están las cámaras de seguridad y estoy seguro que si las revisamos habrán más faltas de su persona para con la empresa y los colaboradores. Ahora salga de mi oficina y espere por favor su carta de despido. Gracias— finalicé con un tono sarcástico.

Salió muy indignado de la oficina. Otra contratación más por hacer...aunque eso no es lo importante ahora. Vi a mi chico cabizbajo y no pude evitar sentir rabia. Llegué a su posición, hice girar su silla y me arrodille frente a él. Acaricie su rostro, limpiando una solitaria lágrima que resbalaba por su mejilla derecha.

—Park Jimin, mírame— le llamé con ternura— todo lo que dijo que supuestamente eres, no es cierto, a excepción de una... No puedo decirte que no llores, ¿sabes? No te culpo por ser sensible o por tener esos sentimientos, es verdad que puede llegar a doler, pero no dejes que te afecte. Esa persona no conoce siquiera una mínima parte de quién es Park Jimin. ¿Te digo quién es ese maravilloso joven?—.

Movió la cabeza en negación, pero yo quería decirlo. Lo obligue a hacer contacto visual.

—El joven Jimin es un chico alegre, inteligente, algo altruista, hermoso en todos los aspectos y muy inteligente, inclusive más inteligente que yo. No veo ninguna falla en él y el hecho que pueda demostrar así sus sentimientos, lo hace más perfecto. Llora si quieres, si necesitas hacerlo, pero no dejes que te afecte. O ¿Ya olvidaste lo que me dijiste ayer? Aplicar la escucha selectiva. Vamos a hacerlo juntos, ¿te parece?—.

Mostró una sonrisa avergonzada, bajó la cabeza y dejando caer sólo una lágrima más, me miró de nuevo a los ojos y asintió enérgicamente.
Jimin me imitó: puso una mano en mi mejilla, creo que intentó llegar a mis labios, pero no era el lugar adecuado para aquello. En lugar de (lo que creo) lo que tenía pensado, unió nuestras frentes.

—Gracias YoonGi. De verdad te agradezco por pensar de esa manera, sinceramente me hacía falta escucharlo... Aunque no creo que sea del todo cierto...—.

—Eres eso y más, Jimin. Lo sé porque te conozco y te he visto por mucho tiempo. Eres un joven muy bueno Jimin... No— me corregí— Eres el mejor—.

Nuevamente me dio una negativa con la cabeza. Me levanté de donde estaba y reuní toda mi paciencia para no gritarle o pegarle... Es muy testarudo.

—Bueno, joven Park Jimin, como no me cree, le voy a poner un reto. ¿Acepta?—.

—¿De qué se trata?—.

—¿Aceptas o no? En mi opinión, si te digo no tendría chiste, no sería tanto un reto—.

—Está bien, señor YoonGi. Acepto. ¿De qué se trata?—.

Pasé por alto el hecho que me hiciera sentir muy viejo al decirme señor. Ya calmate Jimin, ni siquiera es mucha la diferencia de edades.

—Conoces los dos proyectos grandes que tenemos que hacer. Contratación y motivación de personal, ¿cierto?— asintió— Pues bien, esta compañía cuando tiene que hacer la motivación, prefiere que lo haga alguien de nuestro departamento, obviamente hay una remuneración extra, muy buena. Tenía pensado hacerla yo y de hecho la había adelantado en mi casa y casi la tenía terminada, pero considerando los últimos eventos, te reto a hacerla. Deja de hacer lo de contrataciones y concéntrate en eso—.

—Eso es...algo muy difícil señor. Aunque sepa lo teórico de ese asunto, desde que lo estudié, supe que eso no era lo mío. No me gusta hablar en público, me pongo nervioso, no sé si los demás me van a entender o si después los demás piensan que ellos pudieron haberlo hecho mejor—.

—Bueno, ya aceptó señorito Park Jimin. No hay vuelta atrás—.

—¿Por qué me hace esto? Pensé que me querías— dijo dramáticamente. Reí por su comentario.

—Lo hago Jiminnie— su sonrojo me distrajo—... Pero necesitas demostrarte a ti mismo, demostrar a mí y a los demás que eres capaz de hacer las cosas, que eres bueno e inteligente y no sólo motivar al personal sino, al final debes decirte “eres grande, Jimin”. Además esta empresa necesita un cambio verte a ti será memorable—.






Lo bueno fue que era temprano. Jimin empezó por lo básico (el presupuesto) y luego intentó escribir un ensayo en su computadora sobre lo que iba a hablar. Miraba el monitor muy enojado y pasó la mayor parte del día buscando en Internet observando charlas motivacionales y, a los quince minutos antes de salir, la inspiración le golpeó. Digitaba muy rápido y alternaba su mirada del reloj al monitor como si la hora de salida fuera el fin del mundo, me dio bastante miedo, aunque era interesante verlo, parecía que en cualquier momento perdería la cabeza.

—Ya Jimin, déjalo así, ya seguirás el miércoles cuando vuelvas— dije con una combinación de orgullo y diversión.

—¿Qué? No, no puedo parar, me quedaré. Tengo que quedarme, debo que terminar—.

—Aigoo, pero qué niño más aplicado, pero ¿quién te entiende? Al principio casi te mueres por que tenías que hacerlo y ahora piensas que morirás si no terminas hoy. Relájate, ya seguirás el miércoles que vienes de nuevo—.

Alegó que se le olvidaría todo si no lo escribía de una vez así que, en el auto sacó su cuaderno y, como le aconsejé, escribió las ideas principales en su cuaderno. Decidió hacerlo en el auto y, de vez en cuando, el malvado Jungkook frenaba exageradamente haciendo que su letra se volviera una obra abstracta (pero aún así, hermosa).

—Ya Jimin, déjalo así. Cambia el chip mira que ya llegamos a tu Universidad—.

—Si, gracias por todo YoonGi—.

Hicimos contacto visual, logrando comunicar cosas que no sé podían expresar con palabras...o al menos así lo sentí yo.

Salió del auto rápidamente y yo volví mi mirada hacia la ventana para verlo pasar.

—¿Qué le pasa a ese? ¿Qué le hiciste? Pensé que en algún momento debía ir hacia el hospital y no aquí, se veía terrible—.

—Déjalo. Jimin sólo está poniendo mucho empeño a su trabajo... Nunca lo había visto de esa manera y definitivamente aún así, algo obsesivo, me gusta mucho ese chico—.

Jungkook reprimió su risa y después:

—Eh— se aclaró la garganta—... Disculpa YoonGi, olvidé mi cuaderno. Buenas noches— y cerró la puerta del auto sin dejar de mirarme.

Maldición.

¿Amor? [YoonMin/JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora