cuatro

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Me encontraba en la biblioteca y Luke no había llegado.

Pasaron cinco minutos y comencé a tomar mis cosas para irme de allí, si Luke no respetaba mis horarios pues yo no lo ayudaría.

Estaba a punto de levantarme e irme cuando vi al rubio corriendo hacia mi, llegó dejando su mochila en el suelo y el desparramandose sobre la silla.

-Ya...Llegue- dijo tomando aire con dificultad.

Miré frunciendo el seño.

-Luke, la próxima vez no esperaré cinco minutos, si a los dos minutos no te encuentro, me largo.

Él asintió rápidamente.

Me volví a sentar y abrí mi libro de matemática.

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Luke no era malo en matemática, a él le costaba prestar atención.
Se pasaba de largo números en las cuentas o se confundía en pequeños errores que hacían que todo su cálculo se vaya por el caño.

Sólo tenía que esforzarse un poco más.

La hora al fin había terminado y los dos estábamos guardando todo.

Hemmings tenía una gran sonrisa pegada a su rostro.

-Quieres que te lleve?

-No, voy caminando

-Te acompaño?

-No hace falta.

-No me molesta

-Estoy bien yendo sola.

-Podríamos ir solos juntos.

Suspiré.

-Luke, eso no tiene sentido.

-Si para mi.

-Mi casa solo está a seis cuadras, podré ir perfectamente.

-Entonces te acompañare para asegurarme de que así sea.

Bufé. Jamás me iba a dejar en paz si no aceptaba su estúpida oferta.

-Bien. - él me dedicó una sonrisa, yo simplemente rodé los ojos.

Comenzamos a caminar hacia mi casa y Luke intentaba comenzar temas de conversación con cualquier cosa, aunque yo le respondía seca, él seguía intentándolo.

No estaba segura de si era estúpido o simplemente demasiado bueno.

Me decidí por la primera opción.

Al fin habíamos llegado. Agradecí por eso, Luke me hizo una pregunta y como no lo había oído no sabía que mierda responderle.

-Bien.

-Bien.

Luke dejó un beso en mi mejilla a forma de saludo y me sonrió.

-Qué?- pregunté enojada, había invadido mi espacio personal.

-Imaginé que tu cuerpo sería igual de frío que tú.- dijo divertido.

-En serio?

-Es que jamás ríes? Al menos podrías sonreírme no lo se, algo que demuestre que no eres un robot?

-Tengo mi acta de nacimiento en casa.

Entonces fue cuando Luke se rió por primera vez en toda la tarde.

Su risa era cálida y tierna igual que la de un niño.

Su risa me gustaba.

Intenté alejar ese estúpido pensamiento y entré en mi casa, aunque antes de cerrar la puerta Luke habló.

-Te veo mañana Pey.

'Pey'

Mi madre me llamaba así cuando era pequeña. Ahora ella no estaba.

A veces quisiera que mi padre pasara más tiempo en casa conmigo y lo siento, siento que ya no todo es como antes.
Pero era exactamente así y debería aceptarlo.

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L U K E

Ya habían pasado como dos semanas desde que me juntaba a estudiar matemática con Peyton, ella era genial, es lo más cercano a un amigo que he tenido en estos últimos años.

Todavía no la había podido hecho reír, eso era como mi reto del año, hacer reír a Peyton. Aunque ya se estaba terminando mi tiempo.

Emily se me había hecho la celosa por unos días por el hecho de juntarme con Peyton a estudiar, pero simplemente no le escuché.

Mis "amigos" también me habían dicho que estudiar con ella era la peor de las opciones, supuestamente eso "afectaría mi popularidad" pero ese tema jamás me importo, por lo que tampoco les escuché.

Hoy sería el examen final, estaba nervioso, durante el recreo busqué a Peyton, y la encontré en la biblioteca del colegio.

-Pey- ella no me miró, pero hizo un movimiento con su mano a forma de saludo. Estaba demasiado concentrada en su libro.

-Pey, necesito que me desees suerte.

-No lo necesitas Luke

-¡Si que lo necesito!

-Agh- ella levantó la mirada interrumpiendo su lectura- buena suerte Luke.

-No, así no.

Peyton dejó el libro que leía y me miró atentamente.

-Entonces? No hago magia Luke.

-Uhm... No lo sé.

Ella bufo y me miró enojada.

-Bien, bien. Dame un beso.

Peyton abrió bien grande los ojos, luego volvió a la misma cara aburrida de siempre.

-Te volviste loco, Luke.

-Yo jamás dije en los labios, tú sola llegaste a eso.

-Digamos que podrías ser más específico.

-Besame toda la cara.

-Tampoco haré eso.

Ahora bufé yo.

-Por qué no?

-Porque es cursi y estúpido.

-Entonces la mejilla?

-Apuesto a que Emily te ha besado la mejilla hace un rato, no pondré mis labios en un lugar donde también estuvieron los de ella.

-Bien, bésame el cuello.

Peyton me miró confundida.

-Eres raro.

-Eso me lo dice la chica que nunca sonríe.

-Que le pidas a alguien que ni es tu amigo que te bese el cuello es más extraño.

-Mierda Peyton, el timbre va a sonar, sólo bésame el estúpido cuello.

Ella suspiró rápidamente mientras que se ponía de pie.

-No pienso pasarte la lengua ni dejarte algún chupón.

Asentí mientras Peyton se acercaba, ella era más baja que yo por lo que tuvo que pararse de puntitas y dejar un beso rápido en mi cuello.

Sonreí satisfecho mientras sonaba la campana.

-De qué sonríes?

-De que ahora no podré reprobar.

No sé si era idea mía o Peyton se había sonrojado ligeramente.

Caminamos hasta el aula y me senté en mi lugar, sin absolutamente una pizca de nervios. Sabía los temas, tenía todos mis útiles listos y Peyton me había dado el beso de la suerte.

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the cold girl. lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora