Parte 7: Problemas.

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Todo estaba negro, no podía ver donde se encontraba, quizás tenía los ojos vendados o solo estaba ciego, pero eso no le impidió escuchar esas voces que se acercaban a él. Miedo, sí, él tenía miedo de esas voces que lo atormentaban, pues sabía lo que pasaría y no podría evitarlo...

- ¡¡¡Sanji!!! ¡¡¡COMIDA!!! –

El grito repentino de Luffy lo despertó de aquella pesadilla, estaba respirando agitadamente, se levantó de su cama tratando de olvidar aquello pero un dolor le hiso sentarse, quizás el juego de anoche lo había afectado más de lo que pensó, antes de que el capitán lo fuese a buscar, tomó sus ropas y caminó hasta su baño para cambiarse más tranquilo, comenzó a desvestirse y notó como un liquido rojo manchaba su ropa interior, ¿tanto se había excedido anoche? Las primeras veces pensó que era normal pues aun no estaba acostumbrado y Zoro tenía mucho cuidado con él, pero lo que más le extrañaba era que él no sentía nada de eso mientras lo hacía, al contrario, deseaba más y más, terminó de vestirse y escondió su ropa, las sabanas también las escondió por si había algún rastro de sangre en ellas, después se encargaría de ese asunto...

- Sanji, quiero comida – dijo el capitán haciendo pucheros.

- ya prepararé el desayuno, tú deberías ir a pescar el almuerzo pues aun no tenemos mucho que comer –

- siiii – dijo con voz desanimada.

El capitán por mas infantil e inocente que fuera, era bastante fuerte y se ganó su respeto y el de muchos más, sabía que también él podría aceptar su relación con Zoro pero aun así no quería contarle, él no era el mejor para guardar secretos.

Ya en la cocina, puso manos a la obra, algo de té, un poco de café, algo de harina mas algo de mantequilla... en poco tiempo pudo tener una buena comida, pan casero – de ese que te hace agua la boca con su olor – mermelada de mandarina –aun está pagando a Nami por ellas – té para las damas y Brook, y café para los demás. El dolor ya había desaparecido pero si el peli verde se daba cuenta, quizás dejaría de estar con él íntimamente, o peor, dirá que todo fue un error y que terminen, esos pensamientos daban vuelta en su cabeza mientras colocaba la mesa.

- ¡COMIDA! –

- Luffy espera, déjame algo... - Usop parecía cansado, otra vez debió perder la carrera.

- ¡Yohohoho! – Brook estaba con todo el ánimo de la mañana – ¡buenos días! –

- vaya cocinero-kun, no pensé que podías hacer tanto con tan pocas cosas que quedaron –

- hola Robin-chan, Nami-swan – puso la mejor de sus sonrisas para no delatarse a sí mismo – buenos días –

- ¡Luffy eso es mío! –

- grugrirgrtreef –

- Luffy, no hables con la boca llena... -

- ... -

Zoro estaba en un rincón de la mesa sin hablar, sabía que si miraba a su amado Sanji no podría soportar no besarle, trató de ignorarlo como hacía antes, pero el hecho de que ambos sintieran lo mismo lo hacía más difícil aun, terminó de comer y salió para evitar cualquier acto de su parte, antes de cerrar la puerta le miró y vio una sonrisa en su boca mientras miraba de reojo en su dirección, frenó esas ganas de correr y hacerlo suyo en ese instante así que fue a dormir en algún lugar del barco, ya habían pasado tres días desde que salieron de la isla de invierno y no habían visto nada similar a una isla donde desembarcar, eso le preocupaba...

Poco a poco los mugiwara fueron retomando sus tareas normales a la espera de la isla, Nami miraba de reojo a Sanji y Zoro, quienes de vez en cuando cruzaban una que otra mirada, pero algo le hiso sentir que estaba mal, el rubio tenía un aire distraído, más que otros días, un aire más... preocupado. Lo dejó pasar pues parecían ser cosas de pareja, sonrió para sí misma al ver lo obvio que podía resultar todo y lo feliz que se veían esos dos a su manera.

Sanji seguía pensando en ese sueño tan distante, sentía como si hubiera un "antes" de ese sueño, como haberlo tenido antes y lo hubiese olvidado en un rincón. Fue a su cuarto a encargarse de su problema de ropa mientras pensaba en todo, un suspiro se le escapó, no le gustaba tener que lavar su ropa pero era la única que tenia, se lo pediría a alguien pero eso sería muy humillante por no decir vergonzoso, por lo que lo hiso él mismo, los dejó tirados a un lado para que se secaran, se disponía a repetir lo mismo con las sabanas cuando fue sorprendido por las manos de Zoro, que lo empujaron sobre la cama de modo que él quedó abajo con la evidencia en las manos. La mirada de Zoro era fría ¿hace cuanto estaba ahí?

- ¿esto es lo que me ocultabas? – pregunto con voz herida.

- no es lo que piensas... -

- ¡¿Qué puedes saber de lo que pienso si me has ocultado esto?! – Unas lagrimas surcaron sus mejillas hasta caer en el rostro del rubio – ¿Por qué no me dijiste que te estaba haciendo daño? –

Lo último lo dijo en un susurro que le dolió tanto a Sanji que le hiso pensar que en verdad tenía razón -¿Por qué no se lo dije? ¿Por qué espere que pasara esto?- tomó con su mano el rostro de Zoro y le limpió una de las lágrimas que corría por su mejilla.

- No me has hecho daño – dijo con voz suave – por lo menos yo no he sentido que me hicieras ningún daño, esto no creo que lo hayas hecho tú –

- ¿Qué crees que pudo ser entonces? ¡No hay otra explicación más! –

El rubio pensó un momento más, era cierto, no tenía otra explicación, pero Zoro no le había hecho esto, no él, estaba seguro de eso, a menos que estuviera tan atento a otra cosa que no lo sintiera, lo cual era bastante probable pero no podía decirle eso, porque sería igual que decirle que él lo había hecho, ambos se miraban intensamente hasta que una voz los sacó de sus pensamientos...

- Quizás cocinero-kun tenga razón y no fuiste tú –

Ambos hombres miraron hacia la puerta sorprendidos por la forma en que se encontraban.

- Así que por eso estabas tan decaído hace un rato Sanji-kun – Nami y Robin miraban desde la puerta abierta la escena, ambas con una sonrisa por haber comprobado sus teorías.

- Nami, Robin... ¿Qué hacen aquí? –

Deseo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora