Deseo Prohibido

Parte 12: Misterios en la isla

Todos se movían de un lado a otro en el barco, si querían encontrar el agua la mejor opción era Robin y Chopper, ellos serian de gran ayuda en la selva, Nami estaba entusiasmada por hacer otro mapa, no encontraba los materiales que quería y registraba su habitación desesperadamente en busca de ellos. Franky hacia su Franky-dance y junto a Usop vieron que sería más provechoso para usar en la isla. La chica contemplaba emocionada el movimiento en el barco, hace unos momentos no parecían más que un grupo de aventureros pero ahora parecían toda una tripulación de piratas. Un dolor en su hombro la hiso recordar su estado, se estaba debilitando rápidamente...

- Meiko-chan –le dijo Nami a su espalda – ¿te gustaría venir conmigo un momento? – le dijo sonriente.

- vale –

Nami guió a la chica hasta la habitación de mujeres, le trajo unos cuantos trajes que se había traído de cuando se embarco en su pequeña isla en el este blue, le miró un momento y le pasó una polera y unos pantalones.

- pruébatelos para ver cómo te quedan –

- ¿puedo? –

- ¡claro! no podemos dejar que vayas con esa ropa, ya está muy desgastada ¿verdad? – le dijo con una sonrisa – ven, aquí podrás ducharte con tranquilidad antes de cambiarte –

- si... muchas gracias –

- No te preocupes, si necesitas algo me llamas, solo grita señorita Nami –

- sí – la chica le mostró una cálida sonrisa a la navegante, quien se marchó dejándola en el gran baño.

La chica comenzó a desvestirse, miró su cuerpo desnudo por primera vez en mucho tiempo frente al espejo de la habitación... la enfermedad había comenzado a aparecer, su hombro ya se estaba cristalizando y en su espalda también sentía leves comienzos de la cristalización, pero las partes más visibles se veían normales aun. Entró en la bañera que estaba llena de agua tibia y comenzó a limpiarse pero el agua caliente parecía quemar sus heridas, sentía arder su espalda...

- ¡ay! – La chica se quejó suavemente, no quería alertar a los demás – por... favor... - suplicó débilmente la chica por aquel quemante dolor.

- Meiko-chan vine a ver como estabas... - dijo entrando al cuarto pero al ver a la chica sufriendo corrió donde ella – Meiko-chan ¿Qué sucede? –

- señorita Nami... discúlpeme, es solo un ardor en las heridas del virus... - Nami miró con fijeza su hombro y espalda – no es nada... -

- ¿Cómo que no es nada? Ven – le tendió una mano para ayudarla a levantarse y la cubrió con una toalla – ¡Robin! –

- ¿sucede algo? – dijo la arqueóloga apareciendo en la puerta.

- Ven, ayúdame a secarla – entre las dos colocaron a Meiko en la cama de Robin y comenzaron a secar cuidadosamente sus heridas – será mejor llamar a Chopper – dijo preocupada.

- Termina de vestirla, yo iré por él – dijo Robin levantándose.

Nami secó con cuidado el cabello rubio, no podía desviar la mirada a esas heridas. La chica se vistió con la ropa prestada, la que por suerte le quedó bien. Poco después llegó Robin con Chopper.

- ¿Qué sucede? –

- Chopper, mira estas heridas – dijo Nami mostrando el hombro de la chica - ¿Qué le sucede? –