Parte 3: Sueño o Realidad.

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- ¡ahí!-

Zoro señaló hacia un costado de la montaña donde se podía ver una cueva para protegerse de la nieve, entraron y se dejaron caer en el suelo, la nieve no llegaba dentro, pero eso no evitaba que entrara el frío, el silencio entre los dos era incomodo, en un momento Sanji se levantó y empezó a recoger ramas que veía tiradas en el suelo, juntó un poco y fue a sentarse al lado de Zoro. Con el encendedor consiguió hacer una pequeña fogata en la que estuvieron cómodos los dos, la fogata no era grande y comenzaba a dar muestra de querer apagarse.

- tsk - se quejó Sanji – ¡si no conseguimos guardar calor moriremos congelados en este maldito lugar! –

- entonces deja de gastar energías y cállate –

Zoro estaba con los ojos cerrados en el piso, sabía que eso era verdad, también sabía que si se dormía todo acabaría para él, se decidió a abrir los ojos y vio a Sanji mirando fijamente el fuego, como si eso pudiera evitar que se apagara, de pronto puso una mano sobre el fuego y se puso a hurgar en su bolso una tetera y un trípode para colocarla sobre el fuego... al rato después, un poco antes de que el fuego se consumiera, la tetera hirvió y un suave olor a café les llego a ambos, tenían que evitar dormirse así que un café era su última opción, lo bebieron lentamente para hacerlo durar y evitar que se enfriara, al terminar el suyo, Zoro dejó a un lado su taza y la quedo mirando, aun tenía en su cabeza las imágenes de ese sueño, sintió una oleada de calor por todo su cuerpo ya que no podía dejar de escuchar la voz de Sanji en su cabeza, esos gemidos inevitables que trataba de reprimir, ese cuerpo bajo el suyo... estaba recordando cada parte del sueño cuando un sonido lo distrajo, miro a su lado y vio a Sanji tirado en el suelo.

- ¡oe! – al levantarlo notó el color de sus mejillas – rayos tiene fiebre ¡oe! No te duermas ¡Sanji! –

- no puedo evitarlo... tengo tanto frío que se cierran solos... - la voz de Sanji era casi un susurro, eso alarmó a Zoro.

- ¡sigue hablando! – Lo trató de sacudir pero una frase se quedó en su cabeza "demasiado frío"

Dejó a Sanji recostado contra la pared y se levantó, se quitó su chaqueta, luego la polera y abrigó a Sanji con eso, el frío se coló por todos sus huesos, pero primero tenía que hacer que Sanji reaccionara.

- ¡oe despierta! – lo sacudió suavemente hasta que este abrió los ojos – ¡hasta que despiertas! –

- ¡Zoro! ¿Por qué? – Sanji estaba confundido al ver que tenia la chaqueta de Zoro en sus hombros, lo cual le había quitado la mayor parte del frío.

- Porque si no Luffy me echaría la bronca por matar al cocinero –

- ¡rayos! Si seguimos así uno de los dos va a terminar muerto, solo hay una manera de que los dos salgamos de esta con vida –

- Si no hay opción... -

Sanji se levantó y puso la chaqueta en rededor a los hombros de Zoro y empezó a quitarse la parte de arriba de su ropa, Zoro lo miraba embobado, aquel cuerpo que veía en su mente estaba ahí frente suyo, era igual de pálido... Sanji se sentó entre las piernas de Zoro, lo que incomodó un poco al espadachín y se terminó de cubrir con su chaqueta, pudo notar que el cocinero estaba rojo aunque no podía ver completamente su cara, Sanji se echó un poco hacia atrás para que su espalda tocara el pecho de Zoro, ya que este por darle su chaqueta estaba congelado.

- Deja de moverte tanto –

- ¿Por qué? –

Sanji sabia la respuesta, ya que desde hace un momento que había sentido como se endurecía aquella parte de Zoro, pero en vez de decirle algo sintió ganas de acercarse más, no quería admitirlo pero aquel espadachín estaba siempre presente en sus pensamientos, molestándolo, haciendo de vago, mirándolo... se movió un poco más, disimulando acomodarse y pudo escuchar un suave sonido en la voz de Zoro...

- Deja de moverte – la voz de Zoro ya no sonaba dura, sino más bien como una súplica...

- ¿Por qué? ¿Te molesta que me acerque tanto? –

- Serás...- Zoro se dio cuenta de que había sido descubierto, así que abrazó a Sanji y lo atrajo hacia sí – ¿esto es lo que querías que hiciera? –

- ... -

Sanji se quedó en silencio al sentir las cálidas manos del espadachín en su pecho, sintiendo el calor que le daba en su espalda, sintiendo como lo había atraído más hacia él, sin darse cuenta su miembro había reaccionado ante esa simple caricia, las manos de Zoro comenzaron a acariciar sus pezones, haciendo que Sanji dejara salir un suave gemido, ante ese sonido, Zoro bajó una de sus manos hasta el pantalón del rubio y empezó a masajearlo por encima, haciendo que este se estremeciera, con su boca comenzó a lamer suavemente el cuello de Sanji, lo que le producía leves escalofríos al otro, el espadachín siguió en estas tareas hasta que los gemidos del rubio empezaron a salir más fuertes, Zoro decidió bajar su mano para ayudar a la otra a desabrochar el pantalón del cocinero y empezar a masturbar su duro miembro hasta que este se vino en sus manos, pero Zoro no paró ahí, con el líquido en sus dedos, mojó la entrada del rubio haciendo que este diera un respingo pero no hizo nada por detenerlo, cuando Zoro metió el primer dedo, escuchó un dulce gemido de parte de Sanji.

- Vaya, no sabía que escondías esa dulce voz –

- ¡aaahhh! –

- ¿quieres que pare? – Dijo con tono lujurioso en su oído – dime –

- n-no –

- Te haré mío – sentenció.

Al decir esto, sacó sus dedos de Sanji y se bajó el pantalón para poder meter su miembro dentro de él, al meterlo, este sintió un dolor punzante, pero también poco a poco lo empezó a inundar el placer, Zoro comenzó a moverse con más fuerza cada vez, provocando que los gemidos de Sanji salieran con mas deseo en su tono, estuvieron un momento así, hasta que ambos se vinieron, Sanji en su vientre y Zoro en su interior, al salir de él, estaba a punto de decirle algo cuando Sanji se giró y lo besó dulcemente en los labios.


Deseo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora