Parte 11: La isla de los deseos.

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El ambiente estaba muy tenso como para aliviarse con la isla, todo lo que les había contado Zoro llenaba de furia a cada miembro de la tripulación. Salieron a cubierta y observaron la tierra frente a ellos, era pequeña con una vasta vegetación en ella, pero tendría algún pueblo. Las arenas blancas los recibieron en cuando desembarcaron.

- Zoro, cuida de Sanji mientras vamos a ver si encontramos algo –

- si –

Los tripulantes se adentraron en la zona, dejando al espadachín solo con el cocinero en el barco, caminó por la cubierta y miró indeciso la puerta de la cocina, finalmente decidió entrar. En su interior, Sanji estaba con una manta en sus hombros, contemplaba la cocina con nostalgia, miró a Zoro con los ojos enrojecidos por el llanto. Zoro lo abrazó pero eso no detuvo las nuevas lágrimas que brotaban de sus ojos.

- Zoro... perdóname... - dijo cuando se hubo calmado – no quería que me vieras así –

- ¿de qué hablas idiota? – Dijo acariciando sus cabellos – no quiero que me ocultes nada, ni tus emociones ni tus temores -

El espadachín juntó sus labios a los de Sanji, pero el rubio temblaba ante esa caricia, seguramente lo que vivió fue demasiado como para recordarlo todo de una vez, deshizo el beso y le miró con una sonrisa, esperaría todo lo necesario para darle un beso.

- No hare nada hasta que tú me lo pidas –

- Perdóname –

Zoro colocó uno de sus dedos en la boca del rubio indicándole que no hablara mas, se abrazaron durante un tiempo demasiado corto para ellos, pues en cubierta sintieron las pisadas de un extraño.

Zoro tensó las espadas, dejó al rubio en la cocina, no estaba en condiciones de pelear, seguramente le distraería mas si peleaba. Sanji lo sabía y por eso no insistió en luchar. En cubierta, una chica de rubios cabellos caminaba por el barco, tendría doce o trece años, sus ojos verdes miraban al mar, se giró y miró al espadachín, en su mirada se veía el sufrimiento de aquella chica, sus ojos derramaron una sola lagrima y cayó al piso inconsciente.

- ¡oe! – Zoro corrió hacia la chica – ¡Sanji! –

- ¿Quién es ella? – dijo apareciendo en cubierta.

- No lo sé, solo la vi y la chica se desmayó –

- Tenemos que llevarla dentro, esperemos que lleguen los demás para ver qué hacemos con ella –

- Está bien –

Mientras en otra parte de la isla

- Todo ha sido destruido –

Los tripulantes del mugiwara contemplaron lo que en algún tiempo fue un pueblo, todas las casas estaban destruidas o quemadas, los cadáveres se apilaban en el interior de las casas, no veían a nadie que hubiese sobrevivido.

- ¿hace cuanto que destruyeron el pueblo? –

- A juzgar por la descomposición de los cuerpos, yo diría que cerca de un año, pero me inquieta el olor, no solo son cuerpos quemados y descompuestos, hay otro olor en el aire – dijo Chopper con inquietud, miró uno de los cuerpos y comprendió el peligro – una epidemia... ¡rápido! Todos volvamos al barco –

- Chopper... ¿Qué sucede? – pregunto Usop.

- Los ha matado una enfermedad, si no nos damos prisa nos contagiaremos de ella –

Deseo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora