Uno Corto

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No hay molestias que recorran de los pies a la cabeza, siempre de la cabeza al cielo. Ellas suben junto con el corazón, arriba en el infinito, tan eterno y efímero que se confunden con las promesas. Tanto silencio dejarán afonicas las cuerdas vocales de tu corazón para que no huya aquello que tienes cautivo. Pero se quiere volar, arriba, al infinito, donde las molestias y las promesas, donde el silencio de tormentas. Donde todas esas palabras son sinónimas cuando recorren el cuerpo hasta las nubes.

Callar gritandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora