No hay despedidas que duren menos de un siglo y que no se sientan como un pestañeo. Tampoco lugares idóneos...dónde? En qué sitio el adiós deja de ser del otro bando. Cómo ondear tu mano, mientras te alejas, sin temblar. No hay despedidas que duren menos que la eternidad. Eso no existe en ningun corazón. Cuando se acabó te olvidas de llevarte la felicidad contigo. La abandonas en ése lugar idóneo que no existe. Sabes de sobras las consecuencias de dar un abrazo, empapado de futura nostalgia. Qué sacrificio se le puede comparar. Qué lucha interna es más sangrienta. Qué temor se atreve a desafiar tu moral.
Sigue sin haber despedida que dure menos de un pasado y más que un roce. Siguen mis ojos sin poder superarte.
ESTÁS LEYENDO
Callar gritando
PoetryMi diario personal y muy probablemente que, cuando me leas, se vuelva también el tuyo. No porque sea lo que has estado buscando pues, éste tipo de libros no eres tú quien los encuentras, son ellos que te esperan. Y llegas en el momento oportuno. Cad...