Naces , vives , mueres.
Naces, entre los brazos de una tierna mujer que reconoces sólo por el latido de su corazón. Ella te quiere, vaya si te quiere. Ella luce unos ojos preciosos , con esas ojeras que adornan la piel cansada de levantarse por la noche para que dejes de llorar, te levanta de tu cuna y te dice que ya está, que ya está contigo, deja de llorar vida mía. Y tú no la entiendes , pero te vuelve a acercar a sus latidos y sabes que es ella, así que te duermes hasta la mañana siguiente.
Te despiertas temprano porque hoy hay excursión con la clase, vas a la cocina y vuelves a ver ésas inconfundibles ojeras, ella se enternece al ver como te rascas un ojo y bostezas, llevas el pijama de Superman que huele a tu madre porque esa noche te dio miedo dormir solo y empezaste a llorar ,como cuando eras un bebé . Te comes el desayuno, te vistes y mamá te lleva a la escuela, mamá hoy esta preocupada. Antes de subir al autobús ella vuelve a acercarse con sus latidos a ti y te da un abrazo asfixiante, te dice que tengas cuidado y escuches a la profesora, te da un beso pero lo borras de tu mejilla con la chaqueta que aún huele a mamá, no me beses delante de mis compañeros.
A la noche siguiente, Ella te manda un mensaje al móvil, que te está esperando en la casa del bosque, que vengas, quiere decirte algo. Ojalá lleve ese vestido de girasoles, piensas. Ojalá este vez no me ponga nervioso al verla. Vas a salir por la puerta, demasiado perfumado y con demasiada tontedad. Mamá te para y te pregunta que a dónde vas a ésas horas, tu dices que con los colegas, a ella se le pronuncian las ojeras al fruncir el ceño, tu no vas a ninguna parte. Le gritas a su voz cansada, la haces llorar, pegas el portazo y te vas, mamá llorará toda la noche y tu no le dirás; que ya está, que ya estoy contigo, deja de llorar mamá.
Vives, te das cuenta que estás vivo des del primer beso, arropado por un vestido de girasoles. Al despegar tus labios de los suyos te das cuenta que también le has besado ésas pecas que adornaban sus comisuras, y te encanta. Ése vestido ya no lo lleva puesto, tu ropa en el suelo ya no huele a mamá, la casa del bosque ya no es para jugar.
Dónde has estado toda la noche, a ti no te importa mamá. Ella tiene las ojeras aún más oscuras, te dice que te quebrarán el corazón, sus latidos no están cerca pero puedes oír como se aceleran, está preocupada, pero no sabe de lo que habla. Déjame en paz mamá.
Te despiertas antes que ella por la mañana, te haces un café, aún falta mucho para irte a trabajar, pero no has dormido bien. Mamá te llama. Buenos días mi vida, cómo te encuentras. Te preguntas qué hace levantada, no puede hablar por teléfono a ésa hora estando ingresada. Ella ríe como una niña pequeña que sabe que ha hecho algo malo, dice que ha despistado a las enfermeras y guarda su móvil junto a tu foto en pijama de Superman debajo de la cama. Le dices que se vaya a dormir, puedes notar sus preciosas ojeras a través de su voz, mamá tu nunca cambiarás.
Ella sigue dormida en vuestra cama, quieres despertarla para darle un beso de buenos días, pero a ella no le gustan las ojeras, ella no se levanta por las noches, ella tiró el vestido de girasoles.
Hasta que llega el día, el día que odiabas pensar que llegaría.
Mueres.
Mueres encima de la cama del hospital de tu madre. Le gritas a todo el mundo, no quieres a nadie en la habitación. Buscas desesperado el silencio, buscas desesperado oír sus latidos una vez más, pero sabes que volaron lejos allá donde tu no puedes llegar para decirle; que ya está, que ya estás con ella, haz que deje de llorar mamá. Eres incapaz de oír su corazón, se deshidratan tus ojos y los cierras, como cuando eras pequeño, cuando llorabas hasta que te fuera a arropar entre sus brazos. Estas a punto de caer en un abismo infinito cuando de repente te viene el olor a ella, miras debajo de la cama y ves tu pijama de Superman junto a ti en una foto, rascándote un ojo y bostezando. Ése pijama huele a mamá porque se levantaba todas las noches que lloraba para cuidarme, se levantaba todas las noches porque yo tenía miedo de estar sin ella, se pasaba las noches levantada porque yo no quería volver a verla, se levantaba todas las mañanas para darme los buenos días des del hospital. Pero ya nunca más se levantará, mamá ahora podrá descansar en paz. Mamá tenia unos ojos preciosos, mamá tenia unos latidos inconfundibles, mamá ya no volverá a llorar, las ojeras de mamá al fin desaparecerán.
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Callar gritando
PoetryMi diario personal y muy probablemente que, cuando me leas, se vuelva también el tuyo. No porque sea lo que has estado buscando pues, éste tipo de libros no eres tú quien los encuentras, son ellos que te esperan. Y llegas en el momento oportuno. Cad...