Karla

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Lo prometido es deuda, disfruten la lectura.
Edad: 14 años.
Ella vivía en una linda cabaña café oscuro, de dos plantas y una bonita vista a un cercano bosque. Ella vivía con su padre, su madre y Jenny y John, estos últimos de 17 años, ya que, eran gemelos.
Eran una familia feliz.
Pero había una duda que carcomía la mente de la joven llamada Karla, su orientación sexual estaba indefinida, lo peor era imaginar la reacción de sus padres al saber su dolorosa duda, ya que era un excelente ejemplo de cristianos homófobos, de solo pensar en los insultos que recibiría de parte de su madre, las burlas de sus hermanos, pero lejos lo que más le aterraba eran los golpes de su padre hacia ella.
- Malditos sean todos los maricones del mundo -. Decía su padre mientras veían televisión después de la cena, en ella mostraban algunos de los países que legalizaron el matrimonio homosexual.- ¿Cómo pueden permitir tal atrocidad?, que bien mis hijos no son unos de esos cerdos asquerosos -.
Para Karla cada insulto era una apuñalada en el pecho, jamás podría revelar su duda, al menos no sus padres ni a sus hermanos. Ella pensó en alguna persona de confianza total hasta que su cara se iluminó con su característica sonrisa, María, María era su vecina y su mejor amiga. Por suerte era viernes, mañana por la mañana iría a la casa de su mejor amiga.
• • •
Ya en la puerta de la casa de María, tocó el timbre una vez, nada, tocó otra vez y esperó dos minutos, iba a tocar una tercera vez pero escucho las fuertes y emocionadas pisadas de su amiga bajando la escalera para abrirle, al permitirle el acceso a su hogar vio a una linda adolescente, que varias veces era confundida por una niña de 10 o 11 por su baja estatura, con rubios y abundantes rizos y unas hermosas esmeraldas que llevaba como ojos, la saludó con una sonrisa que dejó a la vista sus blancos dientes, simplemente hermosa, pensaba Karla.
- Pasa, pasa -. Dijo María haciéndose a un lado para dejarla pasar.- Ve a mi habitación, iré por jugo de naranja -. Y se fue corriendo a la cocina, Karla subió al lugar indicado.
• • •
Después de unas horas de diversión en la casa de María, Karla decidió revelarle el por qué de su visita.
- María -Dijo dejando de reír y sonreír.- ¿Puedo contarte un secreto?-.
-Por supuesto -Respondió extrañada por el cambio de actitud de su amiga.- Puedes decirme lo que quieras-.
- Tengo una duda s-sobre mi ...-Dijo Karla mientras aguantaba las lágrimas.
- ¿Qué pasa Karla?-Preguntó preocupada por su amiga y depositó sus manos sobre las de ella.
- Creo que me g-gustan las m-mujeres - Al revelar aquello se sintió muy aliviada, al fin alguien la apoyaría. O al menos eso pensó porque al segundo que le dijo su secreto a la persona que pensó que jamás la traicionaría, María soltó sus manos de golpe y la empujó al suelo.- Me das asco -Dijo con toda la repugnancia del mundo.- ¡Eres un fenómeno! ¡Fuera de aquí, vete! -Gritó mientras la sacaba de su casa a patadas y la arrojaba al concreto con fuerza, haciéndole daño, pero poco le importó.- Vete y no vuelvas, no te quiero ver por aquí, monstruo asqueroso -Dijo dándose media vuelta para entrar a su casa.
Karla volvió a casa llorando, por suerte estaba vacía, fue al garaje y tomó una gruesa cuerda, la ató a su árbol favorito y se la puso en el cuello, luego de haber subido a la rama del árbol que estaba a tres metros de altura, nadie nunca la aceptaría, nunca nadie la apoyaría o alegraría, era un estorbo en el mundo, sólo eso.
Hecha esta reflexión salto de la rama y le dio al mundo su más bella sonrisa, su última sonrisa.
Bueno, bueno, bueno. Espero que les haya gustado, les agradecería una estrellita <3 y/o un comentario.
Adiós :3.
~EmaBon.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2016 ⏰

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