Lagrimas De Amor.

Capítulo II

-Hola. -Me dice mirándome a los ojos. Me siento como en el infierno blanco, él y solo él le da luz a esa oscuridad de mi interior, aunque el no lo sepa.
-¿Que tal?. -Digo con seriedad aunque en mi interior tengo unas ganas gigantes de besarlo y no soltarlo jamás.
Me sonríe y sale un momento del lugar.
Me siento en el pupitre de la última fila a la derecha en el ultimo lugar, para no ser notada.
Y llega ella, la maldita loca de mi amiga, Samanta.
-¡Que hay maldita perra!. -Me saluda con su sonora y gruesa voz. Ella es quien sabe todo de mi, no es la típica amiga que aconseja y te regala chocolates en tu cumpleaños, la zorra esa solo me insulta cada vez que hago una estupidez, me hace pasar vergüenzas, y olvida mi cumpleaños. Pero eso es lo que me gusta de ella, eso me hace amarla como a una hermana.
-Que hay puta barata... Le susurro.
Se sienta a mi lado, me mira a los ojos e inicia a contarme las tonterías que cometió el fin de semana.
La miro disponiéndome a escucharla, pero de repente muevo mi mirada hacia la puerta y entra de nuevo, Felipe Stewarth. El idiota que roba mis pensamientos.
Nota que lo miré, y hacemos contacto visual, mueve su cabeza hacia arriba en forma de saludo y solo le sonrio.
-¿Me entiendes?. -Dice Samanta. -¿Que, disculpa? -Por estar mirando a Felipe con cara de borrego degollado no me estas prestando atención, maldita bastarda... ¡Hanna!.
Solo soy capaz de mirarlo a él, mi completa y total atención esta en él.
Entra el maestro Gutierrez a darnos clase.

Han pasado ya 45 minutos donde por poco me sale ampolla de tanto escribir en la cartilla.
-Muy Bien grupo. -Grita el maestro como si estuviese en una plaza de mercado. -Para el trabajo que les dará la nota para pasar la materia deben hacer el deber que le enviaré al correo...
¡Ah! Ahora que recuerdo lo harán de a 3 personas.
-Samanta y yo nos miramos como los protagonistas de telenovelas románticas. Ahora nos preguntamos quien sera el tercer compañero.
-¿Hacemos el trabajo?. -Me dice con una clara y armoniosa voz.