Lagrimas De Amor.

Capitulo XI.

Mientras lo besaba, me sonrió y me soltó.

-Como has estado Hanna? -Me pregunta tratando de evadir lo sucedido.

-Mal... Porque tú me has dejado sola.

Me mira, mientras una lágrima sale y desliza por su mejilla.

-Lo siento, pero era lo mejor...

-¿Para ti?... ¿Para ti era lo mejor?... Estoy destrozada, no me hayo en este mundo sin ti, sabiendo que ya no me amas y que puedes llegar a estar con otra y...

-Claro que te amo, nunca te dejare de amar... ¡NUNCA!... -Me interrumpió...

Al instante me besa, y me abraza, Pero al soltarme, me mira a los ojos y cae al suelo lentamente.

-Felipe, Que te sucede... ¡FELIPE!...

Mi desespero es gigante, No sé lo que le pasa, esta inconsciente.

Solo rogaba a Dios que estuviese vivo...

Despierta al momento, me mira y me dice: -Por esto terminé contigo. Tengo Cáncer...

Esas me palabras me dolieron en el alma, ahora más que nunca mi corazón se desvanecía...

Llore insaciablemente... -Pero porque... Yo hubiese podido estar contigo, acompañarte, apoyarte, eres egoísta...

-Quería evitarte el dolor de mi muerte... (En ese instante, una bocarada de sangre salió, manchando mi pantalón)...Quería desaparecer y ya.

Cada palabra, cada gesto, cada segundo que pasaba era más doloroso...

Iba perder para siempre al hombre de mi vida...

-Pero... Bueno eso ya no importa, ahora te tengo aquí entre mis brazos. Por favor no me vallas a abandonar ahora. -Le digo, mientras las lágrimas no dejan de caer.

-Eso no te lo poder cumplir...

Al paso de 10 segundos sus ojos se van cerrando mientras una babaza combinada con sangre sale de su boca.

-¡Por favor, no te vayas (Un suspiro de tristeza y un chillido salen de mi) No puedes dejarnos!... Vamos a tener un hijo, Tu hijo Felipe, no lo abandones...

Sonríe, me mira y dice: -Cuídalo por mí...

-Tienes que ayudarme a cuidarlo, no podre sin ti... ¡Por favor Dios!

Y en su último aliento me susurró: -Te Amo... Y falleció en mis brazos.

-¡No!, ¡No!, ¡No!... -Mientras me deshago en llanto.

El mundo se me vino encima, al verlo ahí sin movimiento, sin aliento, Estaba aturdida por la tristeza, Mi vista se desvaneció, al caer desmayada a su lado.

Desperté en casa de Felipe. No sabía porque, pero quería pensar que todo había sido una pesadilla, una triste y horrible pesadilla... Pero no.

Entra la madre de Felipe, llorando, directo a darme un abrazo y lloramos juntas.

-Él te amaba tanto.

-Y yo a él.

-Dios lo acompaña ahora, y a ti también.

-Sí, y a mi hijo...

Mi suegra calla unos segundos, y me vuelve a abrazar mientras llora.

-Un nieto, mi hijo me deja un nieto en su lugar...

Muestro una pequeña sonrisa. La miro a ella y miro la habitación.

-Ayer despertaste, pero del dolor de la perdida te hacías daño a ti misma... El doctor te recetó un calmante...

Tu madre está afuera, acompañando a mi esposo... -Me dice continuamente. -ah, organízate para el funeral...

Se va dejándome sola en la habitación de Felipe, supe que era la suya, por los dibujos, la decoración y las fotografías... Además como olvidar su cama.

Mientras me pongo el vestido negro y los tacones, No puedo evitar llorar...

Pasa el funeral, pasa el entierro, pasan los días, los meses... Y aun siente el gran vacío que me ha dejado. Daria todo para que estuviese vivo, aunque fuera lejos de mí pero vivo.

Los días son tormentosos, grises, La debilidad abunda en mí.

El dolor me cubre, solo tengo cabeza para pensar en él y en mi hijo. Mi hijo es el único motivo de felicidad ahora, porque siento que Felipe vive en él, porque esa criatura, fue el fruto del tan grande amor que Felipe y yo nos teníamos.

Pero aun así, mi alma esta opaca, Creo que me secare de tanto llorar.

Los días son grises, y las noches, son más noches.

Ya pasaron 3 años después de la muerte de Felipe.

Ya tengo a mi hijo aquí conmigo y soy feliz con él. Aunque no niego que extraño extremadamente a Felipe. Pero como dice la canción: "Los caminos se hacen largos y el caminante, luego de caer Tiene que ser fuerte, para levantarse"

Voy a seguir mi vida con mi hijo, construyendo un mejor futuro para los dos.

Pero sin olvidar que encontré al amor de mi vida, que el amor verdadero existe, que tuvimos nuestro Gran amor, en días contados y aunque fue poco tiempo lo disfrute y viví enamorada del durante el tiempo que estuvimos juntos.

Aunque muchas veces el destino puede cambiar, sé que Dios me lleva de la mano y me guía. Si, se llevó lo que más amaba en el mundo, pero dejo a cambio un fruto de mi ser. Que ahora se, que las lágrimas que soltamos él y yo, fueron Lágrimas de amor...

-Hanna Watson.