Lagrimas De Amor.

Capítulo X.

Hija, es hora de que salgas con Samanta... Aunque sea un rato, Paso hace un mes...
-No quiero mamá, ahora vete...

No tengo cabeza para nada que no sea Felipe.

Todas las noches le pedia a Dios que me ayudara para soportar el dolor de perderlo, pero parece que no me escucha...

El dolor de mi corazón es inexplicable, Me deteriora el alma, desangra mis ojos, destruye mi felicidad, desarma mi vida.

Me dicen: No es el único hombre en el mundo... Vendrán otros, cariño... Olvidalo... Trata de pensar en otras cosas...
¡Por Dios como pueden decir eso, ¿no saben que se siente acaso? Diablos aún lo Amo!

Al día siguiente e tomado la decisión de ir y enfrentarlo.
Pero al llegar veo que la casa esta vacía.

Aún mas grande es el hoyo que se hace en mi alma... Ahora no se ni donde encontrarlo.

Sara, una vecina de Felipe se acercó a mi y me dijo: -Se fueron hace quince días, no dijeron hacia donde, ni dejaron recados... -Gracias... ¿Sabes, por que se mudaron? -Parece que por la salud de Felipe... -¡La salud!. -Me sorprendo y la miro con los ojos mas abiertos y grandes que una vaca. -¿Que tiene, que le pasa?. -Lo siento, pero no se nada más... Adiós y buena suerte Hanna...

¿Estará mal. Que tiene. Será ese el motivo de nuestra separación. Es grave. Me necesitará?
Tantas preguntas llegan a mi cabeza y no se como responderlas y tal vez jamás lo sabré...

Pasaron los días y con gran dificultad e tratado de seguir con mi vida, de actuar con naturalidad.

Lo malo es que en las noches vuelvo a caer en el vacío...
Samanta insiste que busque a alguien más, pero como encontrar a alguien que llene mi vacio interior, que acabe mi dolor en el alma, que me llene igual que lo hacia él, Como empezar a amar a alguien más cuando sigo amando a otro...

A veces pienso que jamás lo superare...

Pasaron otros dos meses, así que me hallé mas estable y tranquila...

Iba por el parque central cerca a mi antigua Universidad... Y de repente es como si hubiese comenzado de nuevo, el mismo temblor en los pies, las mismas mariposas alborotadas...

Porque lo veo, estaba ahí frente a mi, ese maldito que tanto amo estaba allí justo allí...

Solo me mira, sonríe y me abraza. El abrazo mas caluroso que e tenido en toda mi vida...

Mis impulsos me llevan a besarlo, y no fue malo, ya que no se resistió, al contrario me apretó fuertemente, como si me fuera a escapar de él...

Pude sentir la llama del amor encendida en ambos. Lo juró, pude sentirlo.

Pienso que tal vez era una despedida anticipada, solo para que los tres, lo supiéramos, sin decir una sola palabra, ni que sucediera nada...