Sus nervios estaban a flor de piel y se reflejaban en el temblor de sus manos que intentaban peinar su abundante, sedoso y rizado cabello castaño frente a el mismo espejo donde el día anterior se había visto sonreír como todo un idiota. Eran alrededor de las 4:30 p.m. y se guardaría para sí mismo que llevaba frente al espejo desde las tres de la tarde viendo los detalles a arreglar, lavando su rostro, odiando que su nariz se mantuviera siempre rojiza, causante de el clima.
El rugir de su estómago le hizo bajar la mirada hacia su abdomen, bufando y alzando un par de cabellos que caían por su frente.
—Espero le guste ir a la ciudad, y así podamos comer algo —Farfulló entre dientes, imaginándose todo, permitiéndose fantasear cualquier escena de película juvenil estúpida y romántica.
Volvió a mirar su reloj, habían pasado tan sólo cinco minutos, debía hacer algo para controlar su ansiedad o terminaría volviéndose loco. Además del hambre había otra sensación en su estómago, un nudo de emociones.
Bajó las escaleras, asomando su rostro por el umbral que daba hacia la sala hallando en ese viejo sofá a Mabel, con una mirada intensa mientras maquillaba a su pobre tío cuyo estado era parecido al coma en ese sueño que estaba.
—Mab... —Apunto de decir algo, se encogió de hombros y suspiró.
—Cállate Dipper —Murmuró la chica, interrumpiendo a su hermano. —Lo despertarás —Agregó señalando a su víctima.
—Bien, me tengo que ir —Avisó, girando sus ojos, amagando con dirigirse a la puerta.
—¿A dónde vas? —Cuestionó su hermana. Y claro ahí estaba él, teniendo que mentir, teniendo que dar una buena excusa debido a ese sermón en el cual no estaban de acuerdo con quedar de verse con extraños.
—A... A casa de un amigo —Dándole la espalda a su hermana, caminó hasta la puerta.
—Pero... —Mabel alzó una ceja mirando dudosa a su familiar, meditando un poco. —Vale, cuídate Dipper —Finalizó con una sonrisa, deseándole lo mejor a su hermano.
—¡Sí adiós! —Contestó saliendo por la puerta y mirando la hora en su celular, faltaban poco más de quince minutos para la hora acordada, se cruzó de brazos y comenzó a caminar, quizá si caminaba en un paso lento y se tomaba su tiempo, llegaría a las cinco en punto. —Parezco una chica apunto de ver a su novio —Se dijo a sí mismo, sonrojado, avergonzado de sí mismo.
Llegó al lugar en cuestión, centrado, rodeado por unos cuantos árboles y pinos, sonrió a la par que se recostaba en el césped, un poco seco debido a la comezón que le comenzó a dar por encima del suéter.
—¡Pines! —No tardó en escuchar un grito acompañado de una sombra que tapó la luz solar que le había dado en los ojos.
—¿Wirt? —Cuestionó levantándose de a poco, admirando a el castaño. —Te imaginaba menos...
—Ya sé, feo.
—¡Al contrario! Eres apues... —Sus ojos se abrieron a la par y se cubrió los labios con ambas manos tras darse cuenta del descarado halago.
Hubo un silencio bastante incómodo en el cual ambos muchachos apartaron las miradas, sin saber que más agregar. El silencio se rompió en cuanto uno de los celulares sonó, por lo que ambos los sacaron para poder saber de dónde provenía.
—Hey ¡Tenemos el mismo! —Obvió el más alto de los dos.
—Genial pero...
—Fue el tuyo el que sonó.
—Apenas iba a preguntar eso —Rascó tras su nuca, desbloqueando la pantalla de su celular para ver de qué se trataba, eran todas simples notificaciones;
" A Bill.-Ciph le gusta tu foto."
Y así continuamente hasta llegar a 69 notificaciones. Para el muchacho esto ya se había vuelto rutinario, después de todo sus seguidores tenían la libertad de hacer eso, siempre dando muchos "gustas" por así decirlo. Volteó a ver a su acompañante quien mantenía las manos estiradas, sosteniendo una pequeña caja en ellas, no entendía la razón o cuanto tiempo llevaba en esa posición.
—Mmh... Un regalo ya sabes, uno como fan tiene que... Tiene que... —El color en sus mejillas le delataba, estaba completamente apenado. Apartó la mirada.
—Oh... —Dipper tomó el obsequio, observándolo con detenimiento mientras un brillo especial se formaba en sus ojos. —Dios ¡Wirt es increíble! Me encanta —Sacó de la caja un collar con una medalla colgando donde la estampa de una de sus series favoritas permanecía ahí.
—¿De verdad? Me alegra escuchar eso —Susurró esbozando una sonrisa.
—¿Qué tal si vamos a comer y aprovechamos el rato para conocernos mejor?
—¿En serio me preguntas eso? ¡SÍ A TODO!
(...)
Bill.-Ciph
Hola Pino
Hola ¿Ciph?
Puedes decirme Bill ;)
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Sólo Un Mensaje
FanfictionMensajes y más mensajes. Eran la forma por la cual un joven se comunicaba con dos extraños, uno eternamente enamorado de él mientras que el otro, bueno era un enfermo, acosador y depravado que anhelaba fuertemente, encaprichado, obtenerle a toda cos...