Rapto 1/2

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Con ánimos y una actitud bastante fresca, una joven muchacha caminaba por las calles de Gravity Falls una mañana templada, en busca de unos antibióticos y antigripales para su hermano, con el afán de ir rápido y regresar con la misma velocidad.

Pero algo iba mal, muy mal.

Quería creer que era su imaginación, que estaba siendo muy paranoica o que tal vez ver documentales hasta altas horas le habían traumado, sin embargo, se atrevía a jurar que un hombre la venía siguiendo desde hacía tres cuadras atrás.

Entró a la farmacia, conteniendo la respiración mientras se acercaba al mostrador y pedía lo necesario, percatándose de que la presencia del hombre también estaba en ese establecimiento; "Ojalá también venga a comprar y punto."

—Permítame —Dijo la encargada, una mujer canosa de aspecto malhumorado que se alejó en busca de lo solicitado.

—Claro —Dijo ella, esbozando una sonrisa que dejaba a la vista sus coloridos brackets.

Su vista viajó hasta poder mirar de reojo a el hombre de antes, este observaba, concentrado, productos al azar, y sin querer, en un impulso de ansiedad, sus uñas comenzaron a repicar contra el mostrador de cristal que le permitía ver otros cuantos medicamentos a la vista del público. Apretó la mandíbula al igual que sus ojos y sólo la voz de aquella mujer regresando, la sacó de su trance. Titubeante sacó dos billetes de su cartera, los extendió y tomó la pequeña bolsita donde una cajita reposaba. Pagó y salió, dándose cuenta que en efecto, el hombre le seguía.

Exasperada ya, sacó su celular con la gran esperanza de llamar a su hermano o inclusive a la policía.

Aceleró el pasó hasta que llegó a un cruce, donde vio cómo una camioneta se estacionaba justo frente a ella. El tiempo se le detuvo, el ruido dejó de existir y su respiración se aceleró, dispuesta a correr, se halló atrapada entre unos brazos que por detrás le impedían moverse ni un ápice, un trapo de extraño olor invadió su nariz y boca provocándole una asfixia de agonía. Pataleó, arañó, deseó gritar y lo único que consiguió es que ese aroma lo inhalara con la suficiente fuerza como para comenzar a sentir poco a poco su cuerpo perder fuerzas, su vista pesar y su respiración para.

Su batalla acabó al igual que su libertad.

Sólo Un MensajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora