Quinto Chat

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Dipper despertó de golpe, acelerado, como quien olvida algo, o bien con la sensación de haber olvidado algo. Recapituló lo pasado en la noche, recordando a Bill quien posiblemente en esos momentos estaría durmiendo. Tomó su teléfono celular desbloqueándolo y encontrándose con un par de mensajes;

Bill.-Ciph

Hey Pino dulces sueños

¡Dipper! Te extraño :( y eso que sólo oí tu voz

Joder, tu voz es preciosa

Buenos días Mi Pino

Que tengas un lindo día, casi tan lindo como tu rostro

Etiquétame en una foto tuya, muero por tener una <3


Una vez leyó todos, y releyó por segunda vez utilizando esa voz tan masculina y extravagante que ya se había grabado en su mente, sonrió con auténtica vergüenza, sus mejillas reflejaban el resultado de eso.

(...)

Eran las tres de la tarde, una tarde ni muy fría ni muy calurosa encima de Gravity Falls, cuyo lugar boscoso y anticuado, tenía un clima bastante cambiante. Ese día el Pines no había tenido clases debido a asuntos escolares que implicaban la asistencia del personal del colegio, más no el estudiantil, por lo que su tarde había quedado desocupada.

Tomó sus llaves y se amarró un suéter ligero a la cadera en caso de que llegase a hacer frío, abrió la puerta y se dispuso a salir a caminar por el bosque, debido a que su cabaña quedaba bastante centrado en el bosque y lo suficientemente alejado de la población, se podía dar el genuino placer de recorrer el área con máxima satisfacción, tranquilo, relajado y con un exquisito aroma a pino y otras hojas húmedas en los suelos. Mientras caminaba su mente comenzó a divagar, claramente en una persona en concreto; ¿Qué estatura tendría Bill? Normalmente los europeos eran altos, ¿En qué trabajaría?, ¿Qué le gustaría hacer?, ¿Cuál era su más grande sueño?, ¿Habría posibilidad de que Bill fuese gay? O en el peor de los casos ¿Tendría pareja?, treinta y dos años, o más bien, treinta y dos años de experiencia. Se mordió el labio, con las mejillas sonrojadas, dándose leves golpes cerca de las sienes con los ojos cerrados, su imaginación era grande... Y mucho.

El sonido de su celular lo desconcertó, sin embargo, este no tuvo que vibrar ni dos veces cuando Mason ya lo había sacado con ilusión contestando en espera de volver a oír esa voz que la noche anterior le arrulló hasta dormir;

—¿Bueno? —Preguntó en espera de que la línea fuese atendida.

—Dip Dop ¿Dónde estás? —Aquella chillona voz, bastante femenina en compañía de ese ridículo apodo le dio la respuesta a la perfección y sus hombros decayeron con desilusión, no era el ruso.

—Oh Mabel... —Suspiró demostrando consigo la decepción que su pecho sentía. —Salí a caminar un rato, estoy en el bosque, creí haberte dejado un mensaje avisándote pero me parece que sólo lo pensé y no lo ejecuté —Agregó frunciendo su ceño, haciendo memoria para ver si recordaba si lo había efectuado.

—El tío Stan te busca, dice que no has limpiado tu habitación y no parece contento.

—Ah... Ya regresaré.







(...)


— билет

— Где?

—Oregon...

Sólo Un MensajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora