Esta noche estoy nuevamente perdida, entre los laberintos de mi mente; mis amos me han dejado salir de las tinieblas por un rato, me he portado bien, he hecho todo lo que me han pedido sin titubear, me han recompensado mis buenos servicios, me agrada cuando eso pasa, aunque no puedo hablar se que estoy sonriendo ligeramente, aunque sea un instante un momento efímero, por un momento soy feliz, me han permitido escribir mis memorias en su presencia.
Mi amo Andru esta sentado sobre un sofá y se encuentra atento mirando ese aparato tan extraño, he visto las imágenes moverse, al principio me da miedo el pensamiento que cruza por mi mente, estoy congelada y el mundo que no se detiene para escuchar los lamentos de un alma, existo pero soy ignorada, fui olvidada por todos y por la vida, miro a mi señora jugar con otro objeto en sus manos, lo llama teléfono celular, dice que escucha música, lo que el hombre hace para su vida, pero yo creo que para su propia destrucción, solo se que llaman a esto evolución y revolución.
Ver a mis amos reír y jugar, me hace feliz pero me llena de melancolía transcribir mis duras y sangrientas memorias, deberé inspirarme en el fuego que lo consume todo, e igual lo revive todo, el recuerdo nostálgico y sádico de mi inició, ese año marcado de sangre, 1810 y el cambio de las tierras de la Nueva España en donde una chica como yo, de sangre criolla se intereso por las artes mágicas, y caí en manos de las artes oscuras prehispánicas de esas tierras custodiadas por esos maravillosos volcanes, señores del sueño eterno, cubiertos de nieve y con un interior lleno de fuego, esta mi tierra cambiante como las estaciones del año, las noches siempre eran cálidas por la luz y fulgor de las velas, el sonido de las criaturas y aun recuerdo como era esta habitación lo que paso en ella.
Tenia a mi madre tomada por los cabellos, que comenzaba a tornarse blanco, llorando por su vida, por la muerte de mi querido hermano menor, suspirando y aclamando que yo era un monstruo, yo retaba la mirada de mi padre, y el solo mostrando su orgullo que habían despertado en mi la más oscura crueldad, ese hombre solo era una estatua contemplando mi advertencia, Irais deseaba que ofreciera a mi madre al otro ser infernal, me retaba a cumplir mi pacto hacia ellos, así que con una sonrisa rota pero radiante cargada de locura lo hice, humille a la mujer que me dio vida, aun tenia la daga, sentía el peso del metal en mis manos, tome con más fuerza de los cabellos a mi madre tan fuerte que me detenía la circulación de sangre a través de mis dedos, me pulsaba y ese dolor era placentero, un hormigueo en mi piel cada vez más helada, ya que en apariencia la muerte me abrazaba.
Tome la daga y deshice el lindo vestido negro de mi madre, lo hice pedazos con el filo que también le marco la piel, recuerdo las lineas carmesí en esa espalda fuerte que soporto el peso de crear vidas, esa mujer aun mostraba unos senos algo caídos por amantar a sus hijos, mi madre se puso colorada de la vergüenza ante la mirada de todos los presentes petrificados por mi espectacular regreso de la muerte. Mi descaro fue grande cuando me acerque a besar esas mejillas sonrojadas cálidas por el pudor, más el grito de mi madre fue el momento orgasmico del acto, la daga se la había clavado en el seno izquierdo buscando su corazón, me sentía fuerte ante mi asesinato, abrí la herida, la hice profunda entendiendo el metal por esa cavidad, la sangre corría a chorros por el vientre mientras ella aun derramaba lágrimas de dolor, el brillo de la vida se esfumaba.
El placer de ver el rostro desfigurado de mi padre al presenciar la muerte de esa mujer que lo había amado, le había dado descendencia, que se había entregado a el, una mujer que cumplió las normas de un matrimonio de la época santa y temerosa de la voluntad divina, en fin metí mis dedos en esa cavidad abierta y saque el corazón que daba sus últimos latidos mi madre cayo como muñeca de trapo al suelo, ese órgano aun vivía en la palma de mi mano tan fuerte como la fe de mi madre a un dios que ya no escucha , camine hacia Andru. -Extiende la copa querido que te ofrezco un delicioso vino tinto - aplaste ese tejido y llene la copa, después llena de rabia aventé esa materia sangrante al pecho de mi padre salpicando-le del liquido carmín la cara, la camisa de lino blanca y el traje negro que lucia en celebración a mi funeral.
Todos iban elegantes al funeral de una bruja maldita, reí mientras mi amo degustaba el contenido tibio de la copa, aquel hombre orgulloso se arrodilló hecho pedazos, el tronco cayo y se volvió hastillas que se podía llevar el viento, y ese glorioso elemento se hizo presente, las ramas de los árboles golpeaban el cristal en movimientos bruscos, como bruja controlar los espíritus que controlan los elementos es fácil; es fácil invocar al viento, al agua, al fuego y la tierra, magia elemental, en fin había terminado mi iniciación al mundo de las tinieblas, los relámpagos de la tormenta aplaudía mi sacrificio, Irais se encontraba a mi lado, me tomo entre sus brazos y me beso lento y apasionado, jugando con mi lengua, pude sentir esos colmillos filosos que podían desgarrar mis labio, mientras Andru sin descaro acariciaba mi cuerpo a la vista de todos, temblé ante aquel tacto, me apegue a esos dos cuerpos que estaban cálidos por la sangre consumida.
Me separe de esos labios con el sabor único y la abrace por el cuello sintiendo sus pechos junto a los míos, que maravillosa sensación, todos mis sentidos estaban alerta, -Mátalos querida... hazlo por nosotros mi amor- las palabras de Irais eran hermosas a mi locura y ese tono seductor me lleno de placer, Andru me dio una espada que en la empuñadura tenía un dragón, contemple esa bella arma y era ligera a mi fuerza que aumentaba constante a mi trasformación, una pluma entre mis dedos y tal filosa como la daga, me recuerdo girando, contemplando los tres cadáveres, mi amado público, pero sobre todo disfrutaba del lamento de mi padre, era una dulce melodía y yo solo era una princesa oscura.
Gire haciendo que mi hermoso vestido alzara vuelo, se llenara de sangre cuando la tela de la falda caía al suelo, tome la espada comenzando mi matanza, los presentes cayeron hechos pedazos ante mis pies, a los de mis amos, las paredes salpicadas de sangre, las cabezas rodando por la alfombra, todo era de color carmín como el fuego que lo consume todo, mi vals demoníaco, gritos y lamentos que en ese momento fueron la música que acompaño mi celebración, pero que con el paso lento del tiempo se volvió parte de mi constante tormento.
Saliendo de ese momento eufórico y lleno de excitación que hacia de mi corazón agonizante palpitara de dicha, cambio a mi melodía que acompaña mis pasos a través de los pasillos de mi prisión , si tu el que lee estas palabras carmesí, humano te contare que ese viento agudo que sopla, ese que te envuelve y te hace tener escalofríos que pasan desde tu nuca hasta la punta de los pies, es el lamento de los espectros, almas como yo que salen a suplicar piedad por sus pecados, pero que más da verdad.... si tu lees mi historia recostado en tu cálida cama a oscuras con tu aparato moderno, bueno cuidado por que al perder esa escasa luz que te acompaña puede que un alma se acerque a ti y se apodere de tu cuerpo vivo que desea usar para sentir y que la muerte desea pudrir.
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RELATÓ DE UNA ALMA
HorrorHe aquí mi inicio en el mundo de las letras, después de tanto tiempo entre sombras y tinieblas, esperó no chocar con las tintas amargas y ser guiada por las palabras, que bien destruyen peor que un arma o alivian el alma. Hola mi nombre es Beatriz...