A la mañana siguiente una mujer bajita y regordeta, que sonreía constantemente, me trajo el mismo desayuno que tomaba yo en mi burbuja, y algún vestido de los que yo tenía en mi armario.
-¡Buenos días! Me llamo Roberta y con tu permiso te he hecho la maleta, he metido la ropa que más te sueles poner... En serio, estoy tan feliz de conocerte, por fin, en persona... Es que siempre he tenido la sensación de que te conocía, pero nunca realmente lo he hecho... Ay Dios, me enrollo un montón. Come, come, que estás muy delgadita. Para lo que necesites me llamas, te he metido mi número de teléfono en la maleta. Ay, pero que tonta, si tú no sabes lo que es un teléfono, bueno... Ya te enterarás.
Te lo vas a pasar genial en casa de Claudia, tiene un hijo de tu edad, es muy simpático y siempre está atento a todo y sé que te va a ayudar en todo lo que necesites.
Ah, ya me acuerdo a lo que venía... Es que últimamente se me olvida todo... Susana te está esperando en su despacho, dice que tú sabes ir solita, así que me ha dicho que no hace falta que te acompañe. Bueno, te dejo comer que te estoy entreteniendo. Adiós bonita.-¿Pero cuántas palabras se pueden decir al minuto? Se ha marchado y no me ha dejado decir nada, ni siquiera hola.
Tranquilamente termino de desayunar, me empiezo a vestir y decido ir a ver que quiere la señora Díaz, aunque todo lo hago lo más despacio que puedo, para que se canse de esperarme.Cuando llego a la habitación verde, la señora Diaz me mira con sus enormes ojos marrones y me dice con cara seria. -Buenos días, espero que hayas dormido bien y que te encuentres en mejores condiciones, después de tu desmayo de ayer nos preocupamos todos mucho.-
Ya, claro.-pienso.-Porque sin mí, todo lo que llevan investigando durante años no serviría para nada.
-Bueno, -continuó la señora Diaz- te vas a ir temporalmente a vivir con Claudia para ver como convives con más personas. Ella te llevará al colegio y estudiarás con más chicos de tu edad. Del dinero no te preocupes, nosotros nos encargamos de todos tus gastos. Toma, aquí tienes un móvil en que te hemos guardado todo los teléfonos que puedas necesitar. Un móvil es un aparato electrónico que sirve para comunicarte con otras personas que están lejos, ya te enseñarán a usarlo.
Tienes que venir cada semana para que te hagamos unas pruebas y vayamos viendo tu progreso. Eso es todo. ¿Alguna pregunta?-No, ¿me puedo ir ya?
-Sí, nos vemos el viernes que viene. Que te vaya bien Alicia.
En cuanto salí de esa sala por fin pude respirar tranquila. ¿Qué sería este aparato del que tanto me habían hablado?, ¿un móvil?
Comencé a caminar de vuelta hacia la habitación donde había dormido la noche anterior esperando encontrarme con Claudia y poder irnos por fin de este horrible laboratorio donde, aparentemente, he vivido tantos años sin yo saberlo. Camino a la habitación me encontré por fin con Claudia.-Ay, aquí estás. Llevo esperándote horas. Vamos, sígueme. Vámonos a tu futura casa. Ya han bajado tu maleta al coche.
Me llevó a un aparato con un cartel en el que ponía "ascensor". Pulsó un botón y al rato la puerta se abrió. Cuando subimos era una especie de habitación muy pequeña, con una gran cantidad de números a la derecha. Claudia pulsó el menos uno y el ascensor comenzó a bajar. Al abrirse las puertas, apareció ante nosotras una gran cantidad de aparatos enormes completamente diferentes entre sí, eran rojos, verdes... Unos más grandes y otros más pequeños. Claudia encendió uno de estos y me abrió la puerta para que me sentase. Cuando ella se sentó a mi lado, no pude evitar preguntarle: -Claudia, ¿qué es esto?
-Es un coche, y te sirve para ir más deprisa a los sitios. Y donde se guardan los coches se llama garaje.-
Salimos del garaje y llegamos a la calle. Dios, no sé cómo explicaros la sensación que tuve. ¡Me sentí libre! Por una vez en mi vida conseguí sentirme alejada y relajada.
El coche cada vez iba más deprisa. Había muchísima gente en la calle que corría. Volaban, como si todos llegaran tarde a algún sitio importante. Cuando vi esto sentí la necesidad de correr, me di cuenta de que yo nunca había corrido. Cuántas cosas no habré hecho. Intenté borrar estos pensamientos tristes y continué mirando por la ventana. Todo era hermoso. Habían altos edificios y grandes parques, nada que ver con mi burbuja.
Y por primera vez, me sentí feliz de haber podido salir de mi burbuja, de ver tantas cosas maravillosas. Esto no era el mundo cruel que a mi me habían pintado.
¡Este mundo es precioso!

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Burbujeando
AdventureNací en una burbuja. Sí, literalmente... Mi vida era genial, jamás tuve ni una sola preocupación. Quizá mi gran problema se basaba en cómo ordenar la burbuja cuando venían invitados, o qué vestido me tenía que poner cada día. ¡Tenía una vida tan...