Prosas Profanas

64 5 2
                                    


 Rubén Darío.

Si el hombre pudiera decir lo que ama, 
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo 
como una nube en la luz; 
si como muros que se derrumban, 
para saludar la verdad erguida en medio, 
pudiera derrumbar su cuerpo, 
dejando sólo la verdad de su amor, 
la verdad de sí mismo, 
que no se llama gloria, fortuna o ambición, 
sino amor o deseo, 
yo sería aquel que imaginaba; 
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos 
proclama ante los hombres la verdad ignorada, 
la verdad de su amor verdadero. 

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien 
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; 
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina 
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, 
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu 
como leños perdidos que el mar anega o levanta 
libremente, con la libertad del amor, 
la única libertad que me exalta, 
la única libertad por que muero. 

Tú justificas mi existencia: 
si no te conozco, no he vivido; 
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Luis Cernuda. 

Necesitaría una obra más entera para poder agradeceros lo suficiente el que me hayáis dado la posibilidad, aún sin saberlo, de crear algo así. Nunca lo hubiese hecho si no hubieseis estado detrás, si no hubiese existido en su momento algo tan bonito como fue el fandom, al que también le estoy enormemente agradecida. No hay más palabras que las de Prosas Profanas, no puedo decir nada más que no hayáis leído aquí, porque he puesto en estos capítulos todo de mí. Así que simplemente gracias. 

Esto es todo lo que guardaba dentro.

(Al menos hasta ahora...) 

Prosas ProfanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora