《Capítulo 20》

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HyukJae recuperó el sentido con gran esfuerzo. Quiso quitarse de encima de Donghae y se sorprendió cuando él le pidió que no se moviera y lo atrajo de nuevo hacia su cuerpo.

-Peso mucho -dijo HyukJae.

Pero se quedó un rato más, besándolo en la frente y entre el cuello antes de levantarse. Al volver del baño lo encontró tal como lo había dejado; con los ojos cerrados y con una sonrisa en los labios. Una sonrisa que se agrandó cuando se acercó a la cama y le dijo lo que quería saber, lo que esperaba saber: que lo seguía deseando.
Volvió a la cama, se echó de lado y lo atrajo hacia sí. Donghae echó la cabeza hacia atrás y le miró la boca. Con un gruñido, HyukJae le dio un beso tan ardiente, dulce e intenso como lo que acababan de compartir.

-Hae -gimió cuando él lo tomó del pene, listo para amarlo otra vez-. Necesitas...

-Esto.

Acto seguido, Donghae se apretó contra él. Encajaban de un modo tan perfecto que HyukJae sintió algo que sobrepasaba a lo puramente físico. Aquello lo aturdió durante un momento, darse cuenta de lo bien que se sentía, de lo mucho que le gustaba tenerlo en su cama.
Aunque no parecía tener sentido; aunque HyukJae no quería un chico en su vida y estaba seguro de que no había espacio para uno, lo cierto era que se sentía de maravilla.

Desde que lo había sacado de entre las llamas, había dejado de lado su resistencia y se había sumergido en lo que Donghae le ofrecía. Lo besó hasta hacerlo jadear, hasta hacerlo retorcerse de placer contra él, hasta no saber dónde terminaba el uno y dónde empezaba el otro.

-Otro preservativo -dijo Donghae, estirándose para sacarlo del cajón.

Trató de abrir el envoltorio, pero como parecía que con la mano vendada no podía, HyukJae le facilitó la tarea. La sonrisa de Donghae lo embriagaba. Quería complacerlo, hacerle olvidar, hacerlo suyo.
Pero entonces, con la mano sana, Donghae lo obligó a echarse en la cama.

-Hae...

-Tendré cuidado -le prometió, colocándose encima de él-. Mucho cuidado.

HyukJae gruñó y le deslizó las manos por los costados hasta tomarle los brazos acariciándolo, llegando a su pecho, fascinado con la forma en que los pezones reaccionaban a sus caricias.
Donghae lo introdujo lentamente en él (se auto penetro); después se echó hacia adelante, besándolo, rozándolo con su pelo y rodeándolo con su cuerpo suave y húmedo.

-Dios mío, Donghae...

-Lo sé. Es hermoso. Tú eres hermoso.

Donghae empezó a moverse lentamente, entrelazando sus dedos con los de HyukJae. Sin poder evitarlo, HyukJae adelantó las caderas y se hundió más en él, sintiendo que cruzaba sus propios límites y que ya no había vuelta atrás: él era Donghae. Y, al menos en aquel momento, Donghae era él. No dudaba que el deseo potenciara aquel acto, pero no era lo único. Eran sus sentimientos más hondos los que salían a flote.
Ruborizado, con la piel húmeda y brillante, Donghae echó la cabeza hacia atrás con un gesto de absoluto abandono. Más excitado que nunca, HyukJae se empujó contra él, aumentando la fricción y la tensión hasta que Donghae soltó un nuevo grito de placer, arrastrado por el deseo. HyukJae también estaba al límite, sólo con mirarlo. Había estado al límite desde la noche en que se habían conocido, de modo que no podía contenerse aunque lo intentara. Y no lo hizo; lo atrajo hacia sí y lo sostuvo mientras se dejaba llevar por el delirio de la pasión, sabiendo que sólo allí podría tenerlo de verdad.

Sedúceme 《EunhaeYaoi》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora