Vamos a ver, tranquila, ¿de acuerdo?
Es la primera vez y es normal que en algún momento tengas miedo, puede que hasta llegues a caerte pero no va a passar nada porque voy a estar a tu lado todo el trayecto y, si te caes, voy a estar aquí para evitarlo.
Debes poner el pie aquí. No, aquí. Así, perfecto. Muy bien, ahora con el pie de atrás debes impulsarte y ponerlo encima. Sé lo que estarás pensando y sí. Durante una milésima de segundo vas a estar apoyada con un pie pero, ya te he dicho que tranquila. Que no me pienso ir de tu lado.
Tu piensa, que hay gente que esto lo ha hecho sola. No tenían a nadie que les cogiera al caer, a nadie que les dijera como empezar, a nadie que les ayudara a dar esos primeros pasos. Pero no es tu caso. Me tienes a mi que te recogeré del suelo cada vez que te caigas, que te guiaré el camino cogiendote de la mano, que te ayudaré cuando no sepas que hacer.
Y cuando menos te lo esperes vas a saber ir tu solita. Subirás subidas y bajarás bajadas. Perdón, subiremos subidas y bajaremos bajadas. Porque te guste o no siempre me vas a tener ahí, aunque acabemos las dos en el suelo y nos debamos ayudar mutuamente a levantarnos.
Así que tranquila, poco a poco, ¿sí? No tenemos prisa. Ahora concéntrate en dar ese pequeño impulso que necesitamos para empezar.