The One: Queen Dragon (Pietro Maximoff)

Capitulo 21

La risa del rey resonó por todo el salón mientras Jessamine con su madre a su lado entraban al gran salón, los soldados de las escoltaban se abrían paso por la multitud que había en ese instante, el maestre, el jefe de la guardia real y hasta unos cuantos señores de diferentes casa se encontraban ahí, el rey sentado en su gran trono de hierro, fundido con espadas de los enemigos de su familia desde hace mil años. Sus hermanos se encontraban ahí, uno a cada lado del rey, vestidos con formalidad para aquella especial ocasión, Asher cargaba a su primogénito Aegon , de apenas un año, y su esposa Elia cargaba a la pequeña Rhaenys y en su vientre abultado a su tercer hijo, Jessamine no entendía lo que pasa, por qué había tanto soldados, o señores de casa, lo único que pudo pensar era una celebración, pero de que?, su dia del nombre había pasado ya, y faltaba mucho para el de sus hermanos, talvez madre y el iban a tener otro bebe, Jessamine se emocionó al pensar en otro hermano o hermana en su casa, pero aquel sentimiento se esfumo cuando su madre y ella llegaron al trono junto al rey y ver enfrente de el a dos hombre mugrientos a unos pocos metros de ellos arrodillados y atados sin poder moverse, Jessamine tomó la mano de su madre nerviosa, pensando en que esto no era una celebración.

-porque no me soprende?-dijo el rey mientras miraba a los hombres-los Stark, traidores hacía mi, hacia la corona y ahora, hacia todo el reino, tratando de matar a mi hijo y futuro rey, algo que quieran decir antes de su ejecución?-el hombre mayor levanto la mirada hacia el rey, mostrando nada más que despreció

-su hijo debería decir la verdad de el porque lo amenzamos!-todos dieron un grito ahogado, el rey tenso su mandíbula mirando asesinamente a lord Stark-su hijo secuestro a mi hija!, la secuestró aun sabiendo que ella estaba comprometida con alguien más y teniendo una esposa!, quiero ver a mi hija ahora!-Jessamine miro a su hermano Asher que miraba de reojo a su padre sin temor, nisiquiera negando las palabras de lord Stark

-tiene mi palabra que su hija esta sana y a salvó-dijo Asher mientras dejaba a Aegon con su esposa, que se mantenía sería y callada en todo esto

-yo no le estoy pidiendo su palabra Asher Targaryen, yo exigo ver a mi hija!

-BASTA!-grito el rey-no permitire que hable asi a mi hijo en nuestra casa, ustedes son unos traidores a la corona!, amenazan a mi hijo, gritan a sus reyes en su casa!, son una deshonra para su familia y ahora serán juzgados como traidores, quemenlos!-gritó-quemenlos con fuego valyrio!-todos en la sala dieron otro grito ahogado, mientras los soldados se adentraban a la sala con una caldera de fuego valyrio, ardiendo e iluminando el salón con su color verdoso, mientras los soldados ponian el cadero justo enmedio de la sala otros ataban a lord Stark con cuerdas y lo colgaban del techo hasta el caldero mientras su hijo Brandon era atado desde un muro por el cuello, Jessamine cerró los ojos dispuesta a no ver lo que iba a suceder pero su hermano Viserys la tomó de su menton obligandola a mirar

-no cierres los ojos-susurró Viserys mientras la miraba serio-si lo haces padre se enojara, tienes que ser valiente-Jessamine asintió mientras miraba a su madre, esta se encontraba mirando hacia el frente sin ninguna expresión, ella iba hacer la proxima Khaleesi como su madre, tenia que ser fuerte, dejo salir un suspiró y miro hacia el frente, lord Stark bajaba hacia el caldero de fuego valyrio con lentitud hasta llegar a un punto donde solo sus pies lo tocaban, su rostro se encontraba empapado de sudor y mordia su lengua para no gritar

-NO, PADRE!!-grito su hijo mientras trataba de llegar hasta el pero sus esfuerzos se veian inútiles ya que el mismo se ahorcaba con cada esfuerzo, derrepente un grito siniestro se escucho, lord Stark estaba quemandose vivo, poco a poco, gritando hasta no poder más, llenando la habitación con sus gritos, mientras su hijo tratando de salvarlo se ahorcaba en cada intento, las extremidades de Jessamine temblaron al verlos y escucharlos, gritos de agonia que se combinaban con la siniestra risa del rey