Capitulo 53

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Sus ojos miraban el cielo nocturno mientras señalaba las estrellas, bajo estas la hierba relucía mojada de rocío y salpicada de rosas de todo tipo

-ese es Conejo-dijo Pietro señaldo la constelación-ves que tiene orejas?-una hermosa risa lleno sus oidos, justo a lado de el, Pietro volteo hacia su izquierda y lo que vio le dejo atónito, una chica, de su edad, con una hermosa tes pálida, un cabello totalmente blanco que brillaba como las estrellas que iluminaban la noche, estaban hombro a hombro

-estoy segura que no se llama asi-dijo la chica mientras volteaba y lo miraba encontrandose con unos hermosos ojos violetas, brillantes, intensos, perfectos, Pietro la miró detenidamente como si estuviera tratando de memorizar cada parte de aquella chica- te pasa algo?-la chica frunció el ceño confundida

-no-murmuró Pietro, la chica sonrió y volvio a dirigir su mirada hacia arriba

-muy bien entonces, como se llama esa de allá?-preguntó la chica mientras señalaba una constelación con una sonrisa, Pietro miró hacia esa dirección las estrellas parecían formar una especie de oso, un poco deforme, pero ahí estaba, parado en sus dos patas

-Oso-contesto Pietro con una sonrisa mientras miraba a la chica, esta nego con la cabeza

-eres un mal profesor-lo miró-se me prometió una lección de astronomía

-que?, pero si los marineros solían navegar guiandose por el gran oso!-la chica volvió a negar con la cabeza y comenzó a levantarse, entonces Pietro, dispuesto a tenerla más tiempo con el, la sujeto por el tobillo y la jaló hacia así, la chica rió mientras caía ligeramente a su lado, y en un leve instinto, como si fuera parte de el, Pietro rodo sobre la chica posicionándose encima de ella, poniendo todo su peso en su brazo y chocando sus ojos con los de ella, y entonces se besaron, la boca de ella se movio sobre la suya, ardiente e inquietante, lo rodeó con los brazos y le hundio las manos en su cabello

-Pietro-dijo, una palabra a medio camino entre una plegaria y un gemido, se dejo ir entre los brazos de la chica, todo su ser pareció chispear y danzar, le delineó la boca, la mejilla, la curva de la mandibula con sus besos

-Pietro-susurro-mi Pietro

Entonces, abrió los ojos.

Las estrellas, la hierba, la chica se habían esfumado, estaba en su cama, con las sábanas revueltas alrededor de el, y su corazón latiendo frenético, aun era noche, desde su ventana podía verse la ciudad, pero no había ninguna estrella en el cielo, Pietro suspiró dejandose caer entre sus almohadas, aún podía sentir la calidez de aquella chica, sus labios besandolo y sus susurros con su nombre, sus hermosos ojos violetas mirandolo y su brillante cabello revuelto entre la hierba húmeda, todo creación de su imaginación, pero Pietro nunca había sentido algo tan real.

La noche parecía la más fría que Jessamine había sentido, a pesar del fuego que calentaba su tienda, la capa que la cubría y calor que emanaba de Asheris dormido a lado suyo, sentía el frio recorrer por su huesos, Ser Barristan se había quedado con ella, a petición de Daario Naharis, diciendo que, como Guardia Real de Jessamine él debía quedarse a protegerla

-hemos esperado demasiado-dijo Jessamine mientras se levantada del sillon y caminaba por  la tienda preocupada

-ellos estan bien, khaleesi

-esque, no se en decir cuanto se tardad en saquear una ciudad

-deben ser precavidos, mi reina, a pesar de...-cascos de caballos se escucharon cerca de ella, acompañados de fuertes pisadas, y ruidos de armaduras chocando contra escudos, entonces aparecio, Gusano Gris, lleno de sudor y sangre pero con una cara sería y orgullosa

The One: Queen Dragon (Pietro Maximoff) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora