Capitulo 65

432 32 6
                                    

El carruaje que los transportaba le parecía cada vez más pequeño, el vino se había acabado, se sentía cada vez más mareado por el movimiento del carruaje y la única cosa de entretenimiento que él tenía era el abrir y cerrar la ventana por la que veía la ciudad de Volantis

-tengo que salir de este carro-murmuró a su acompañante sin dejar de abrir y cerrar la ventana

-Volantis es una ciudad grande

-tengo que salir de este carro-repitió

-las probabilidades de que lo reconozcan se multiplican

-tengo que salir de este carruaje

-no se si encontrare nuevas formas de decírselo

-tengo algo claro y es que, no le serviré de nada a aquella reina si pierdo la cabeza, no recuerdo el día que vi otro rostro que no sea el tuyo

-es un rostro bueno-puntualizó el hombre mirandolo con seriedad

-estoy perdiendo la cabeza

-sí alguien lo reconoce perdera algo más que eso

-estamos a miles de lenguas de Poniente-dijo el mientras se levantaba de los cojines y tomaba una capa cubriendo su cabeza y parte de su rostro con el-lo ve?, nadie me reconocerá-golpeó parte del carruaje haciendo la señal para que el chófer parara-vamos-dijo antes de dirigirse hacia la puerta de aquella carcel andante.

Era verdad Volantis era una enorme ciudad, llena de movimiento por todas partes, el mercador era enorme con variedad de cosas, desde animales y sus pieles, a esclavos para todo tipo de actividades

-hay muchos esclavos-dijo el mientras caminaba por el pasillo del mercader

-si-dijo su acompañante siguiendolo-los amos de Volantis están muy bien organizados, tatuan a sus esclavos con diferentes formas, moscas para los descomponedores, martillos para los sirvientes y lágrimas para las putas, para que nunca olviden-y era cierto el miró a todos los esclavos que vendian, todos con un tatuaje en su mejilla que los caracterizaba, el no vio ningún esclavo sin aquella marca

-¡que el señor nos ilumine con su luz!-escucho decir alguien en Valyrio lo que llamó su atención, cuando miró a aquella dirección vio un circulo de esclavos que miraban a un chica parada en una par de cajas para que todos pudieran apreciarla y escucharla, tenía un tatuaje de lágrima en su mejilla-porque la noche es oscura y llena de horrores!-el se acerco más escondido entre unas escaleras mirando a la chica-en otro tiempo fui como ustedes, comprada y vendida, flagelada y marcada, el señor de la luz los escuchos, escucho al rey como escucha al esclavo, nos ha enviado una salvadora!, del fuego renació para rehacer el mundo!-la chica sonrisa orgullasa, y el sabía de quién hablaba-¡LA REINA DRAGÓN!-cuando dijo aquello todos los esclavos dieron un grito de veneración, y gritaban, Mhysa una y otra vez

-vamos a ver a la salvadora-dijo a su acompañante-quien no quiere ver a la salvadora?-suspiro y acomodó su capucha

-vamos, busquemos un burdel-no tuvieron que caminar mucho en realidad, la ciudad tenia un burdel cada diez pasos, entraron con facilidad sin que nadie lo reconociera-lo ves, solo somos dos viajeros tomando un merecido descanso-dijo mientras se sentaba en una mesa vacía y una chica le tendía una copa de vino, no tardo mucho en tomar todo su contenido, cuando iba por la tercer copa vio como una puta pasaba a su lado, con una larga cabellera blanca y con vestido que dejaba ver su trasero y senos, con una piel blanca y pecosa

-oye!-gritó un hombre en otra mesa-madre de dragones! Ven acá!-el y sus compañeros rieron mientras la prostituta se acercaba a ellos con una sonrisa y se sentaba en las piernas del hombre

The One: Queen Dragon (Pietro Maximoff) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora