Capítulo IX

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Rick
Vueltas, sólo era capaz de dar vueltas en la cama imaginando que podía haberle pasado a la chica, era idiota, ¿acaso no era consciente de la hora que era? ¿acaso no era consciente de que había faltado a clase? En cuanto llegase hablaría con ella seriamente... Vale, no soy su padre, no tengo porque reprimirle nada... Pero aun así estaba bastante preocupado. Cerré los ojos intentando quitar mis preocupaciones y entonces escuché un ruido, encendí la luz y vi a Riley tumbada sobre su cama.

-¡Riley! ¿Donde has estado? ¡¿Faltas a clase, no te presentas en casa y ni avisas?!

-Estaba con Hunter -dijo la chica tranquilamente- no esperaba que te preocupases por mi...

-Pues si, me he preocupado... Temía que te hubiese pasado algo...

-Tranquilo estoy bien -dijo la chica con la cara roja- Rick... ¿Puedo dormir contigo?

Me quedé paralizado. No tenía ni idea de que responderle, en parte estaba deseoso de dormir con ella, acariciar esa suave piel, sentir ese sedoso cabello castaño, notar la leve respiración de la chica, pero una parte de mi decía que no podía hacer eso, no podía seguir con este "juego", no era justo para Sam, pero por dormir con Riley una noche no debería pasar nada... Asentí, le hice un hueco en la cama y ella se tumbó junto a mi, su cara estaba a centímetros de la mía y podía distinguir una ligera y tierna sonrisa en ella, sonreí yo también y aparté un mechón de pelo de su cara colocandolo tras su oreja. Sentí una fuerte tentación de besarla, pero no lo hice, me limité a rodearla con un brazo y acercarla a mi pecho. La chica cerró lo ojos y yo besé su cabeza.

-Te amo... -dije en un susurro casi imperceptible antes de dormirme yo también.

Abrí los ojos y me estiré completamente, miré a mi lado y la chica no estaba.

-¿Riley? -la chica entró en la habitación vistiendo una camiseta blanca de tirantes con un estampado fucsia y turquesa que dejaba por delante su ombligo al descubierto, mientras que por detrás llegaba algo más baja de su cintura, tapando parte de esos shorts azules que tan bien combinaban con esos botines, y como no, el colgante que le regaló Parker- ¿a donde te habías ido?

-Me estaba arreglando, te recuerdo que tenemos clase -dijo acercándose a mi hasta estar a escasos centímetros de mi y posando su mano en mi pecho- o podemos quedarnos aquí si lo prefieres...

-¿Riley? ¿Que estas haciendo? -dije mientras la chica me quitaba la camiseta y a continuación me besaba- ¡Para!

-¿No te apetece hacer algo con tu novia? -dijo la chica casi en un susurro.

-¿¡Novia!? Riley... Para... Por favor...

-Creía que eras un chico de acción.

-¡Riley! -dije apartándome de ella y evitando que su mano se siguiera dirigiendo a mi pantalón.

Esta situación se estaba saliendo de mis manos, escapaba de mi control... No estaba entendiendo nada. No quería que esto pasase, no podía pasar. Necesitaba una explicación lógica o quizá...

Abrí lo ojos y vi a la chica delante de mi, con sus ojos aún cerrados y su sonrisa aún en su rostro. Había sido un sueño, un sueño sin ningún sentido al parecer. Salí de la cama, me vestí y bajé a desayunar. Al rato la chica bajó también, llevaba la misma ropa que en mi sueño. Nos fuimos a clase sin mediar palabra, no sabía que decir, quizá no había sido lo más adecuado dormir con ella, pero aún así, sentía una extraña sensación, sabía que lo que sentía por ella iba tomando fuerza, cada segundo que pasaba. Llegamos al instituto y Riley se fue con Hunter, yo busqué desesperadamente a Caleb, no estaría tranquilo hasta encontrarlo. Entré en clase y allí estaba Caleb, me senté junto a él y le eché una mirada de complicidad. El profesor entró y comenzó a escribir algo en la pizarra, a lo cual no presté demasiada atención.

-Creo que debo romper con Sam... -solté yo.

-¿¡Qué!? -gritó el chico, el profesor se dió la vuelta y nos mandó a callar- ¿por qué?

-Creo que me estoy enamorando de Riley.

-¡Eso no es una razón!

-¡Señor Jones! -dijo el profesor- si tanto le apetece hablar con el Señor Campbell podrán hacerlo después de clase, en un castigo.

-Pero señor... Tenemos entrenamiento -dije yo intentando persuadirlo.

-Tranquilo, estareis en el entrenamiento -dijo el profesor- en las gradas. Me encargaré de hablar con el el entrenador. Y tranquilos, para que no os aburráis hasta entonces vais a pasaros el tiempo ayudando al vedel, seguro que el resto de profesores agradecerán no teneros en sus clases.

-¿Puede hacer eso? -preguntó Caleb sorprendido.

-Lo acaba de hacer -dije yo igual de sorprendido que Caleb.

Salimos de clase y fuimos con el vedel, una vez que salimos del cuarto de la limpieza para hacer nuestras tareas vi a Riley salir corriendo del instituto. No le presté mucha atención y comencé con las tareas del vedel, después Caleb y yo fuimos a las gradas, y empezamos a estudiar, aunque realmente ninguno iba a estudiar.

-Creo que tienes un admirador -dijo Caleb refiriéndose a un chico rubio de primer curso- no te quita ojo.

-Caleb eres idiota -dije riéndome- el chico te está mirando a ti, creo que le molas. Podrías hablarle.

-¡No me gusta ese rubiales! Sabes de sobra quien me gusta y dudo que él se vaya a fijar en mi...

-Anda no te desanimes, quizá si le gustas y no lo sabes.

-Tengo claro que no.

-¿Qué crees que deberia hacer con Sam? -pregunté cambiando de tema.

-Creo que ya has tomado una decisión -dijo mi amigo.

Por fin llegó la hora de irnos de allí. Volví a casa, el silencio inundaba la casa. Subí a mi habitación a buscar a Riley, pero sólo vi una nota:

"Rick, se que no lo entenderás, de hecho ni yo lo entiendo, pero he tenido que volver a casa. Probablemente ahora mismo esté en el tren a Chicago o ya halla cogido el avión a Nueva York. Sólo quería decirte que volveré en unos meses, y no olvides que te quiero.
Con Amor, Riley"

No podía ser, esto no tenía ningún sentido, ¿Por que tenía que irse? ¿Por que justo ahora? Quería poder abrazarla, poder besarla, porque la amaba y la necesitaba a mi lado.

La Chica De La Cama De Al LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora