Capítulo XII

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Riley
Entré por las puertas del instituto velozmente, pero con paso decidido, sabía a dónde me dirigía, y nadie me lo impediría. Vale, eso sonaba como si fuese matar a alguien, pero iba enserio, nadie se iba a poner en mi camino, aunque mi camino fuera sólo hablar con Hunter.

-Apartaos, que viene la reina -dijo el idiota de Liam cuando entré en clase, pero le ignoré y me dirigí a mi asiento.

Hunter ya estaba sentado, concretamente recostado sobre la pared con una sonrisa de bobo en la cara y sus preciosos ojos azules perdidos en alguna parte.

-¡Hunter! ¡Despierta!

-¡Buenos cafés! ¿Tienes día? -dijo el chico sin quitar su sonrisa constante e irremediable, era tan dulce.

-¿Hunter que estás diciendo? -pregunté mientras me reía.

-He dicho: ¡Buenos días! ¿Tienes café? Café o algodón de azúcar, la verdad es que me da igual.

-¿Algodón de azúcar?

-Si... O quizá prefiero fresas... No lo sé.

-Tengo una galletita -dije sacándola de la mochila- ¿te sirve?

-Claro -contestó el chico cogiéndola y comiéndosela.

-Hunter, centrate. Cuentame que pasó ayer ¿Fue todo bien?

-Claro que fue todo bien, soy el Doctor del Amor.

-Creía que era tu primera cita.

-Vale, soy el Doctor del Amor desde ahora.

-¿Y os besasteis? -dije mientras me reía.

-No... Pero me ha invitado al baile.

-Rick aún ni me lo ha mencionado... ¿Cuando es?

-El sábado...

El profesor entró de golpe junto a un chico alto de pelo castaño y revuelto, tenía la vista fija en el suelo, llevaba una chaqueta de cuero negra sobre una camiseta roja, unos vaqueros oscuros y unas deportivas negras y rojas. Cuando llegó al centro de la habitación levantó la vista, dejando ver unos ojos celestes, penetrantes, intimidantes. Una mirada temible, helada.

-Os presento a Toby Cavanaugh, vuestro nuevo compañero -dijo el profesor- siéntate junto a esa chica rubia, se llama Amy.

El chico se dirigió a su sitio, con cierta indiferencia, sin ni molestarse en saludar a Amy, ni dirigirle una sonrisa... Odiaba el tipo de chico que era guapo pero un completo idiota, aunque eso pensaba de Rick al principio y ahora... Quizá no debería ser tan negativa con Toby, quizá si le daba una oportunidad me sorprendería.
Pasé las clases pensado en cuando Rick me pediría que le acompañara al baile, y como lo haría, quizá sería de forma espectacular, o sería simple pero romántico. No tenía ni idea, así que dejé de darle importancia y fui al comedor con los demás. El comedor era una sala mas grande que el gimnasio con montones de mesas en las que cabian seis personas y una gran barra al fondo en la cual esperabamos que la cocinera nos echara su asquerosa comida. Me puse en la cola con mi bandeja, y Toby, el chico nuevo, se colocó a mi lado.

-¿La comida aquí suele ser tan putrefacta? -preguntó intentando crear conversación.

-Algo así -respondí yo- pero tienes suerte, hoy es jueves, al menos el zumo de manzana sabe de verdad a manzana.

El chico se limitó a reír. Durante unos segundos hubo un silencio cortante entre los dos, fuimos cogiendo la comida que nos servía la cocinera y Hunter, Amy y yo nos sentamos en nuestra mesa de siempre. Toby se pretendía sentar sólo, así que lo invité a sentarse con nosotros. Toby a mi izquierda, Hunter a mi derecha y Amy delante de Toby. Entonces llegaron Caleb y Rick, Caleb se sentó delante de Hunter y le dirigió una sonrisa.

-¿Porque el nuevo está sentado en mi sitio? -preguntó Rick.

-Sólo te has sentido ahí una vez -dije riéndome- relájate le he dicho yo que se sentara con nosotros.

-Está bien... -se limitó a decir Rick- Caleb, se me olvidó decírtelo, Toby es el nuevo integrante de nuestro equipo y creeme, cuando lo veas en el campo te sorprenderá.

-Podríamos ir todos a ver el próximo partido -propuse yo animada.

-Claro, es muy buena idea -continuó Hunter- ¿Cuando es?

-Es el sábado -dijo Amy- y tenemos que prepararnos para el baile.

-No se si iré -dije yo, lo que hizo que Rick me mirara- nadie me lo ha pedido aún.

-Tu sólo espera -dijo Amy de forma misteriosa mientras Rick sonreía, y extrañamente, Toby también tenía una ligera sonrisa- Hunter, tu si vas, ¿no?

-Claro, va conmigo -dijo Caleb mientras se levantaba de la mesa para acto seguido darle un beso en la mejilla a Hunter y hacer ademán de irse- me voy a la biblioteca, quiero estudiar algo ¿vienes, Hunter?

-Eh... ¡Si! -dijo mi amigo, se agarró al brazo de Caleb y se fueron los dos.

-Amy, ¿con quien vas tú? -le preguntó Rick.

-Si nadie me lo pide, iré con Liam.

-¿Quién es Liam? -preguntó bastante interesado Toby.

-El chico pelirrojo -respondió Amy.

-¿Estais saliendo?

-No -contestó nuevamente la rubia- sólo somos amigos.

-Creo que deberíamos ir con Caleb y Hunter, ya sabéis, a estudiar -dije yo intentando dejar el tema del baile.

-¿Y estropear su momento romántico? Mejor volvamos a clase -dijo Rick.

Estuvimos en clase haciendo prácticamente nada, ya que el profesor se retrasaba. Amy estaba tan aburrida que se puso a jugar con las cosas de química, virtió unas cuantas sustancias y el líquido que había en el frasco pasó de ser azul a ser de un intenso rosa.

-¿Como lo has hecho? -pregunté visiblemente asombrada.

-Digamos que no soy la idiota que todos creían -dijo mi amiga enmarcando su frase con una amplia sonrisa.

-Señorita Ross -dijo el profesor mirándonos fijamente y con cierta ilusión- podría intentar no adelantarse tanto respecto a la clase.

-Quizá la clase quiere un avance más rápido, menos tema y más práctica -dijo Amy, a lo que el profesor dudó ciertamente- ¿que me dice, Señor Lawrence?

-¿Que sabes hacer, Amy? -dijo el profesor mostrando cierto interés.

-Me alegra que lo pregunte -dijo la rubia sonriendo- cogeré este botecito de aquí, el cual con la mezcla equivocada podría producir una pequeña explosión, y lo verteré. Producirá un efecto muy mono.

-¿Mono? Adelante, hágalo.

Amy cogió el bote que contenía un líquido transparente y virtió la mitad de su contenido en la mezcla rosada, lo agitó y esperó. Una especie de espuma comenzó a salir del recipiente y se solidificó rápidamente.

-Y así es como se hace algodón de azúcar -dijo Amy con una sonrisa impecable y perfecta- podéis probarlo, creo que no es tóxico.

-No se si me fío de ese "creo" -dijo Caleb entrando en la clase.

-Yo si -dijo Hunter cogiendo un trocito- ¡Algodón de azúcar! ¡Algodón de azúcar rosa! ¿Que mal puede hacer?

Hunter se comió el algodón de azúcar y su cara adquirió un color rojizo junto a una mueca de asco y desagrado, rápidamente cogió un papel y escupió una pasta rosa fucsia.

-¡Que asco de algodón de azúcar! -dijo Hunter lamiendo el papel para quitarse el sabor.

-No he dicho que debiese estar bueno.

-Venga, no tiene que estar tan malo -dije metiéndome un poco en la boca para escupirlo al instante- rectifico, está asqueroso.

-Quizá se te de bien la ciencia, ¡Pero la cocina no es lo tuyo! -dijo Hunter aún lamiendo el papel.

-Calla idiota -dijo la chica sin poder evitar reírse, y contagiando su risa a todos, incluso al Profesor Lawrence.

La Chica De La Cama De Al LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora