Capítulo V

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Rick
¿De que sirve lanzarme si no puedo estar con esa chica? Se perfectamente que el beso no significó nada para ella, y no deberíamos olvidar a Sam ¡¿Que puedo hacer?! No debería haber besado a Riley, fue una idiotez. Mejor debería dejar de pensar en ello e intentar dormir.

-Rick -oí mientras sonaba un golpe proveniente de la ventana que había sobre mi cama- abreme.

No podría ser... ¡Oh dios! ¡Espero que no sea!
Me levanté y abrí la ventana con bastante miedo ya que me esperaba lo que pasaría ahora.

-Jonathan -le dije al chico con capucha cuyo pelo oscuro cubría su frente y sus ojos verdes intimidaban a quien le mirara que entraba por mi ventana.

-Me esperaba un recibimiento por todo lo alto -dijo el chico casi gritando, ahora mi miedo era que despertara a Riley.

-Cállate y vete -le dije fríamente.

-Vaya, pensé que te alegraría verme-soltó Jonathan con una sonrisa- ¿y esta quién es? -preguntó refiriéndose a Riley- ¿Ya has roto con la zorra de la rubia?

-Jonathan... -dije sin dignarme a mirarlo- tienes que irte.

-Muy bien, nos vemos otro día -soltó el chico mientras sonreía y salía por la ventana.

¿¡Otro día!? ¿¡Es que pretendía volver!? Me tiré sobre la cama con el fin de dormirme, cuando miré a la cama de Riley me encontré a la chica sentada en la cama, mirándome.

-Es el chico de tus dibujos -dijo la chica.

-¿Has estado mirando mis dibujos?

-Si, son muy buenos y...

-No deberías haberlos mirado -le dije de forma cortante.

-Lo siento -dijo la chica con cierto arrepentimiento en su voz- ¿Qué es eso?

Miré en la dirección a la que se dirigía su mirada y vi sobre mi mesita de noche un trébol de cuatro hojas, noté como me empezaban a molestar los ojos y cuando me di cuenta una lágrima había cruzado mi rostro y había caído al suelo con un leve destello a causa de la luz de la Luna.

-¿Estás bien? -preguntó la chica colocando su mano en mi hombro, negué- Rick, ¿quién era ese chico?

-Jonathan es... -comencé a decir, pero se me quebró la voz- por favor Riley, no me hagas hablar del tema.

Me tumbé en mi cama con el fin de dejar escapar el tema, a pesar de que sabía que no podría conseguirlo. Oí las pisadas de Riley dirigirse hacia mi cama, seguido de un cosquilleo en la nariz. Abrí los ojos y vi a Riley sobre mi con su cabello cayendo en mi cara, con una preciosa sonrisa y un brillo especial en su mirada. Adoraba verla sonreír, a pesar de que apenas la conocía, la adoraba.

-He pensado que podríamos quedar con Hunter, Caleb, Lena, Sam y Amy -dijo la chica aún sonriendo.

-¿Quedar dónde? -le pregunté a Riley con curiosidad de saber que habría preparado

-Eso dejaré que lo decidas tu -dijo la muchacha con una leve sonrisa.

-Podríamos ir al cine -dije yo- estaría bien.

-Tienes razón.

Un recuerdo cruzó mi mente, Riley notó la desilusión en mi rostro.

-¿Pasa algo? -preguntó Riley.

-Caleb y yo tenemos entrenamiento. Pero Hunter y tu podríais pasaros a vernos y después podríamos ir a tomar algo.

-¿Y que pasa con Sam y Lena?

-Si no me equivoco, la chicas se quedaron a dormir en la casa de una de la animadoras de primer año, siempre las de primero son las primeras en hacer una fiesta de pijamas, ven películas, hablan de chicos, se arreglan el pelo... Lo típico que hacen las chicas en una fiesta de pijamas.

-Nunca he ido a una fiesta de pijamas -dijo Riley con cierta vergüenza.

-Si quieres le puedo decir a Lena y Sam que te lleven a la próxima.

-Estaría bien.

Me quité la ropa y me puse la equipación del equipo de Rugby, eché una mirada hacia Riley y me di cuenta de que la chica estaba levemente sonrojada, salí de la habitación para que tuviese intimidad y se pudiera cambiar. Al rato escuché como hablaba con alguien.

-Venga Hunter, ven -decía la chica- si, estará Caleb, y Rick también, te recuerdo que ambos están en el equipo, tontito. ¿Lena y Sam? En casa de una de las animadoras, así que hoy no tienen animadoras -la chica soltó una risita- no me pienso poner una de sus falditas, imbécil. Enserio Hunter, ven.

Oí sus pasos acercarse hacia la puerta, en la cual seguía pegado para oír algo más. Noté como giraba el pomo y abrió la puerta instanteamente quitándome toda estabilidad.

-¿Estabas escuchándome? -sólo balbuceé algo completamente incomprensible, a lo que Riley no prestó atención- vamos al entramiento.

La chica salió de la casa y fue con un paso de decisión hacia el instituto. En la puerta estaba Hunter, el cual salió corriendo hacia Riley al vernos y con el cual fuimos al campo de Rugby. Ambos se sentaron en las gradas, los chicos ya habian comenzado a entrenar, quizá llevarían unos diez minutos.

-Bien, has llegado esta vez sólo quince minutos tarde -me dijo Caleb levantando su casco para dirigirme una mirada.

-¿Quince? Habría jurado que eran diez, curioso.

-Calla y comienza entrenar -soltó el chico de pelo rizado.

El entrenamiento de ese día consistía en el típico partido. Mi concentración ese día digamos que ni existía, o que al menos no existía en el campo de juego, sino que mi concentración estaba completamente puesta en Riley. Ella estaba hablándole a Hunter, el cuál se limitaba a asentir mientras su vista permanecía fija en algo, aunque por más que miraba a mi alrededor no conseguía saber que. Un dolor me recorrió todo el pecho, y luego el hombro al golpearme con el suelo, miré hacia arriba intentado fijar mi vista en la figura que miraba a la vez que evitaba ser deslumbrado por el Sol.

-¿Por qué has hecho eso Caleb? -le grité.

-Para bajarte de las nubes -respondió tendiendome una mano.

Tomé su mano y me puse en pie. Pero aún después de su aviso, seguía distrayéndome mientras miraba a Riley hablar, mientras movía sus pequeñas y delicadas manos y curvaba sus pequeños y preciosos labios. Era tan bella...

La Chica De La Cama De Al LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora