Capítulo 12

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Mariano

Salimos a las 7:00 a.m. El viaje fue divertido; charlamos, nos reímos, tomamos mate y la pasamos bien. Llegamos cerca de las 12 del mediodía.

Cuando llegamos, fuimos directo al hotel que había reservado a dejar nuestras cosas. Lali quedó impresionada con todo el hotel, en especial con la suit. Dejamos nuestras pertenencias y salimos a dar una vuelta cerca de la playa. Ella estaba muy contenta, eso me gustaba.

-¿Te gusta Mardel? -le pregunté sonriendo.

-¡Me encanta! Me quedaría a vivir acá.

-Algún día capaz que podamos.. eh, puedas venir, cuando termines de estudiar.

-Sí, ojala.. ¿Sabés qué? Me muero de hambre.

-Yo también, che.. Volvamos al hotel, ya deben estar por servir el almuerzo.

Comimos hasta llenarnos, entre risas. La pasaba tan bien con ella. Ahora iríamos a la playa, lo que tanto queríamos.

Lali

Mardel me encantaba. Anhelaba algún día poder ir a vivir ahí, tal vez si algún día formo una familia lo haga. Eso me regresaba al tema de mi enamoramiento. Mariano, no me lo podía sacar de la cabeza. Y claro, vivíamos juntos, estabamos siempre, siempre juntos. Me gustaba, pero en el fondo me dolía. Cuantas veces pensé en besarlo. Cuántas veces estuve a punto y no pude. Obviamente, de la nada yo no lo haría. Si se da, se da, sino ni en pedo. De todas maneras, me encantaría hacerlo. Me encantaría que fueramos más que amigos. No sé que voy a hacer.

Me preparé mi bikini y fuimos a la playa. El sol era espectacular, había mucha gente, todo era hermoso.

¿Vamos al agua? -Le pregunté a Mariano.

-Dale, vamos.

Él se sacó su remera, dejando al descubierto su perfecto cuerpo tallado. Esos abdominales, esa espalda. Este hombre me volvía loca, y yo tenía que hacer lo posible por disimularlo. Creo que me salía como la cola de atrás.

-¿Te vas a meter con ropa? -Me preguntó, al ver que después de un rato yo seguía con la ropa puesta.

-¿Eh? No, no. Me colgué, perdón.

-Ah.. ya veo, es que soy tan potro que te deje embobada.

-Sí.. ¿eh? Nah, andá, agrandado.- Dije, todavía media estúpida. Y quién no, teniendo ese cuerpazo en frente. Salí de mi trance y me saqué la ropa, quedando con la bikini.

Mariano

No se podía creer el cuerpazo que tenía esta mujer. Me daban ganas de cosas que no puedo mencionar, sinceramente. La había visto así antes, pero no estaba tan embobado con ella como lo estoy ahora. Qué problema que tengo.. y no le encuentro solución. Estoy mal, muy mal. Algo voy a hacer, tengo que hacer esto, pero no ahora. Voy a buscar el momento indicado, y va a ser en este viaje. Ya voy a pensarlo bien.

-Marian, ¿Me ponés protector en la espalda? -Dijo, sacándome de mi trance.

-Eh, sí, obvio. Date vuelta.

Mientras le pasaba el protector por la espalda y los hombros, tenía ganas de abrazarla por la cintura, y no podía.

Nos metimos al agua, y pude notar que a unos 20 pibes se les caía la baba mirando a Lali. Me puse celoso, muy celoso. Trate de evitar notar eso, pero después de un rato me molestó demasiado.

-Eeeh, Lali.. ¿Te parece si salimos? Capaz que quieras tomar sol, está lindo.

-Bueno, dale. Vamos.

Después de un rato, le pregunté si quería un helado. Me dijo que sí, y ella se quedó ahí mientras yo fui a comprar un bombón de palito para los dos. Cuando volví, me quedé paralizado con la escena. Sentí ¿Furia? ¿Celos? No sé bien, era una combinación rara de sentimientos feos. Lali se encontraba con uno que yo había visto que se babeaba por ella cuando nos metimos al agua. Estaban hablando y ella le sonreía. Ella le hizo señal de que se sentara a su lado en la arena. No sé hace cuánto estaban hablando, tardé como 7 minutos en buscar los helados y supongo que el tipo no desperdició tiempo.

Mi cuerpo se dirigió solo a donde estaba Lali y las palabras me salieron sin ser procesadas.

-Disculpame flaco, ¿Quién sos?

-Hola, me llamo Agustín.

Era un flaco de mediana estatura, pelo rubio y ojos bien celestes. Tenía buen lomo, pero no tan trabajado como el mío. No quería que estuviera con Lali.

-Ah, mucho gusto.- dije de mala gana.- Mirá, sabés que ya nos íbamos nosotros.- señalé a Lali.

-Mentira, Mariano. Traías los helados, nos ibamos a quedar un rato.- saltó Lali. ¿Qué te pasa, Lali? Seguime la corriente por una vez en tu vida, por favor.

-No, La. Es que se me ocurrió un lugar al que te puedo llevar para que conozcas, no sabés lo que es. Te va a encantar. Vamos juntando todo así vamos.

-Bueno, está bien.. entonces me voy. Acá tenés mi número, Lali. Escribime al rato así te agendo. Un gusto, Mariano. -dijo Agustín, sonriéndome

-Sí, igualmente.- dije, sin ánimos, mientras él se paraba y se iba.

Sentí alivio y satisfacción, mientras lo veía alejarse de nosotros.

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Acá está el capítulo 12! Casi me olvido de subirlo. Gracias a la persona que comentó en el cap anterior, sino no me acordaba. Está medio aburrido a mi parecer, pero ya se va a poner bueno, esperen al próximo sábado. Saludos!

La ruleta de la vida - MarialiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora