La ruleta de la vida - Mariali

Capítulo 5

Mariano

Me desperté temprano al día siguiente y con muchas energías. Fui a la cocina y empecé a preparar el desayuno para Lali y para mí. Preparé café y unas tostadas.

Lali

Me desperté y miré extrañada a todos lados. Recordé que la noche anterior me había quedado a dormir donde Mariano. Miré mi celular y vi que era temprano, pero escuché unos ruidos en la cocina así que supuse que él ya se había levantado. Yo hice lo mismo y me dirigí a la cocina.

Cuando llegué, él estaba dejando las tostadas en la mesa.

-¡Hey, enana! Por fin te levantás -dijo mirándome con una sonrisa. Tenía puesta una bermuda y unas ojotas, dejando al descubierto ese cuerpo tallado por los dioses.

-Hola, viejo loco -dije un poco adormilada- veo que te esmeraste en preparale un buen desayuno a tu invitada especial.- dije sentándome a la mesa.

-No te creas, le eché cianuro a tu café. -dijo él, imitándome.

-Gracias por avisar, siempre tan bueno conmigo vos.

-Jajajaja, bueno, ¿Cómo dormiste, peti?

-De 10, un lujo. Cada vez me gusta más la idea de venirme unos días acá.

-Bueno.. genial entonces. Por más mañanas así.. -dijo mirándome con una sonrisa maliciosa.

-¿Así como..?

De repente, Mariano se levantó de su silla, aún sin que alguno hubiese tocado su desayuno. Me agarró un poco brusco y me alzó, para luego salir corriendo conmigo encima hasta el patio, mientras se reía como un niño.

-¿QUÉ HACÉS, BESTIA? -Pregunté a los gritos, mientras me lo veía venir.

Mariano

Cuando estaba por desayunar con Lali, sentí el calor que hacía y tuve unas ganas inmensas de echarme un chapuzón. Aproveché la oportunidad y llevé a cabo un plan malicioso.

Agarré a Lali a upa y la llevé corriendo hasta el patio, mientras ella me gritaba que la soltara. Ya había entendido lo que quería a hacer.

Llegamos y me tiré con ella encima a la piscina.

-¡TE VOY A MATAR, FLACO! ¿POR QUÉ CARAJO HICISTE ESO?

-Jajajajajaja, no te enojes Lala, me dio calor y nada, quise darme un chapuzón.

-¿Y qué tenía que ver yo?

-Nada, quería mojarte nomás. También quería que te enojaras. Bueno, agradeceme igual, está hermosa el agua y nos refrescamos un poco -dije acercándome a ella.

-Bueno, sí. Está linda. Pero sos un bruto -dijo riendo.

Que linda risa tenía. Me gustaba cuando se reía, me gustaba cuando se enojaba y me gustaba cuando del enojo pasaba a la risa. Estaba empapada, y la ropa que le había prestado se le pegaba al cuerpo. Se veía muy sexy. Ella en verdad era sexy. Pero no sé que hacía mirándole el cuerpo a mi mejor amiga.. ¿Será que me gusta? Lo reflexioné veces anteriores, pero me pareció una estupidez. ¿Me gusta Lali? Eso no está bien. Además, era mucho más chica que yo, y era obvio que ella no sentía lo mismo. Me quería como un amigo.

-Mariano, ¿seguís ahi? -su voz me sacó de mis pensamientos.

-¿Qué? Sí, perdoname, me colgué pensando en algo.

-¿Se puede saber en qué pensaba el viejo loco?

-Este.. nada, me acordé de cuando jugaba con mis amigos de chico en la pileta, ahora me vuelvo a sentir un nene.

-Siempre vas a ser un nene, un nene inmaduro. Salgamos de acá, que tengo hambre y quiero desayunar.

-Madurar es para frutas, Lala. Y bueno, dale, vamos.

Lali

No me podía enojar nunca con él. Hacía cosas que me daban ganas de matarlo y al final me terminaba haciendo reír. Con él todo me cae bien, me lo tomo con humor. Él siempre hace las cosas para que yo me ría. Es tan dulce conmigo. Lo quiero mucho.. mucho. Quiero que estos momentos de los dos sean eternos. Que siempre estemos juntos. No sé por qué, lo quiero de una forma especial. Espero no estar enamorándome de Mariano, porque eso arruinaría todo. Él no siente lo mismo y es muy grande para mí. La edad de él a mí no me molestaba, pero él nunca querría a una nena como yo. Prefiero olvidarme del sentimiento ese, pero cada vez que lo veo me da una sensación muy rara por todo mi cuerpo. 

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