(Fin de las notas del ingeniero Simón Hart.)CAPITULO XVIII A BORDO DEL «TONNANT»

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Después de la tentativa hecha por el teniente Da-vón, al que se dio el encargo de penetrar en el

interior de Back-Cup con el Sword, las autoridades inglesas no pudieron poner en duda que aquellos

atrevidos marinos habían perecido. Efectivamente, el Sword no regresaba a las Bermudas. ¿Había

chocado contra las rocas buscando la entrada del túnel? ¿Ha-bía sido destruido por los piratas de

Ker Karraje? Se ignoraba, pero hubo una explosión de cólera y do-lor a la vez.

El objeto de esta expedición, conforme a las indicaciones del documento del ingeniero Simón

Hart, era el de apoderarse de Tomás Roch antes de que éste hubiera terminado la fabricación de su

explosivo; logrado esto sin olvidar a Simón Hart, el inventor sería entregado a las autoridades de las

Bermudas; nada había ya que temer del Fulgurador Roch, y cualquier navío de guerra destruiría el

islote de Back-Cup.

Transcurridos algunos días sin que el Sword apareciera, se le consideró perdido. Las

autoridades de-cidieron entonces una nueva expedición, organizada en condiciones de ofensiva.

- Era, en efecto, preciso tener en cuenta el tiempo transcurrido- cerca de ocho semanas- desde el

día en que el documento de Hart fue confiado al tonelillo. Tal vez Ker Karraje poseía actualmente los

secretos de Tomás Roch.

Las potencias marítimas pusiéronse de acuerdo, y se decidió el envío de cinco navíos de guerra

a los parajes de las Bermudas. Puesto que existía una vasta caverna en el interior de Back-Cup, se

intentaría derribar sus muros, como los de un baluarte, a los golpes de la poderosa artillería

moderna.

La escuadra se reunió en la entrada de la Cheasa-peake, en Virginia, y se dirigió hacia el

archipiélago, a la vista del cual llegó en la tarde del 17 de Noviembre.

Al día siguiente, por la mañana, se efectuó el ataque.

El navío designado para acercarse el primero al islote, se puso en marcha.

Estaba aún a cuatro millas y media, cuando los tres proyectiles, después de pasarle, volvieron

sobre ellos mismos, le cogieron por la popa y estallaron a cincuenta metros de distancia. En algunos

segundos se hundió, arrastrando centenares de víctimas a las profundidades del Atlántico.

El efecto de la explosión, debido a una formidable conmoción de las capas atmosféricas, fue

instantáneo. Los cuatro navíos que quedaron detrás sintieron el formidable contragolpe a la distancia

en que se encontraban.

Dos consecuencias había que deducir de aquella repentina y extraordinaria catástrofe: Primera.

El pirata Ker Karraje era actualmente poseedor del Fulgurador Roch.

Segunda. El nuevo aparato poseía el poder destructivo que le atribuía su inventor.

Después de la desaparición del crucero, los de-más barcos enviaron sus botes a fin de recoger a

los que hubieran sobrevivido al desastre. ¡No había más que algunos restos!... Entonces los oficiales

y la tripulación, ansiosos de venganza, cambiaron algunas señales y lanzaron sus navíos hacia el

islote de Back-Cup.

El más rápido, el Tonnant, un navío de guerra francés, se adelantó a todo vapor, mientras que

los demás forzaban sus máquinas para unirse a él.

El Tonnant penetró una media milla en la zona que acababa de ser conmovida por la explosión,

a riesgo de ser destrozado por otros proyectiles. En el momento de evolucionar para poner en

dirección sus piezas, enarboló el pabellón tricolor.

Desde lo alto del puente, los oficiales podían distinguir la banda de Ker Karraje esparcida

sobre las rocas del islote. La ocasión era favorable para hacer fuego contra aquellos bandidos, y el

Tonnant envió sus primeras descargas.

Los piratas huyeron al interior de Back-Cup.

Algunos instantes después el espacio fue sacudido por una conmoción tal, que pareció que la

bóve-da del cielo iba a hundirse en el abismo.

En lugar del islote no había más que un montón de humeantes rocas, rodando las unas sobre las

otras como piedras de una avalancha. En vez de la «taza al revés», la «taza rota». En vez de BaCk-

Cup, un montón de arrecifes que el mar cubría de espuma.

¿Cuál había sido la causa de tal explosión? ¿Era provocada por los piratas, incapaces de

mantenerse a la defensiva?

El Tonnant fue ligeramente tocado por los restos del islote. Su capitán hizo que los botes se

echaran al mar y se dirigieran hacia lo que restaba de Back-Cup.

Después de desembarcar, la tripulación exploró los restos, que se confundían con el banco

rocoso en dirección a las Bermudas. Fueron recogidos algunos cadáveres, horriblemente mutilados

muchos de ellos, una boya ensangrentada... De la caverna no quedaba nada. Todo había sido

sepultado bajo las ruinas.

Un solo cuerpo se encontró intacto. Aunque, apenas respiraba, se tuvo la esperanza de volverle

a la vida. Tendido sobre un costado, en su crispada mano tenía un cuaderno de notas donde se leía la

última línea sin terminar. Era el cuerpo del ingeniero francés Simón Hart, que fue transportado a

bordo del Tonnant. Los cuidados que se le prodigaron para que recobrase el conocimiento fueron

inútiles.

Por la lectura de dichas notas, redactadas hasta el momento en que se produjo la explosión de la

caverna, fue posible reconstituir una parte de lo que había sucedido durante las últimas horas de

Back-Cup.

Además, Simón Hart sobrevivió a la catástrofe-el único de todos- Cuando se encontró en estado

de responder a las preguntas que se le hicieron, he aquí lo que se podía deducir de su relato, que, en

suma, era la verdad de lo sucedido:

Después de sentirse conmovido hasta el fondo del alma a la vista del pabellón tricolor, y

teniendo conciencia del crimen de lesa patria que iba a cometer, Tomás Roch se había lanzado por el

pasadizo. Una vez en la caverna, llegó al depósito donde estaban almacenadas cantidades

considerables de su explosivo, y antes de que Ker Karraje, el ingeniero Serko y los demás pudiesen

impedirlo, había provocado la explosión de Back-Cup.

Ahora ha desaparecido este islote de las Bermudas, y con él Ker Karraje, su banda de piratas y

el secreto de Tomás Roch.

FIN

Julio Verne
 Ante La BanderaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora