Derrota.

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Apretó y secó sus ojos deprisa, conforme acortaban su distancia con él los tres hombres adoptaban un aspecto más aterrador; emanaban un aura de peligro justo como la que sintió todo ese tiempo acosándole. Nunca los había visto y por lo visto, sus intenciones no eran saludar o hablar de negocios... esto no pintaba nada bien.

—¿Por mí? Mmmh... qué halago, me van a hacer sonrojar, un — dijo el joven rubio sacando un kunai de su pierna, tratando de examinar mejor el ambiente.
—Te hemos observado y tienes lo que necesitamos. Queremos que te nos unas... — dijo un sujeto alto, con aspecto extraño.

Deidara seguía a la defensiva, sin embargo, pensó en tomar un enfoque diferente. Se guardó su arma y estiró los brazos frente a sí, se estiró y les dio la espalda con falsa seguridad.

—Hmmm, ¿y se puede saber para qué me quieren? — había sacado su arcilla y empezado a modelar, serviría en caso de huir.
— Has sido seleccionado por Akatsuki, hemos venido a reclutarte.
—¿Akatsuki? — preguntó Deidara.

Escuchó un par de rumores sobre algunas organizaciones criminales mientras era Ninja de Iwa, pero esta no le era conocida.

— No me suena, un... Igual no me importa, lo siento. No tiene nada que ver conmigo... no me estorben, un. — respondió mientras creaba un insecto grande, dándoles la espalda — Si no vienen a "encargarme" algo, lárgense...
—... ¿Este mocoso se supone que será mi compañero? — se dirigió el más bajo de ellos hacia el joven de cabello largo —Tiene valentía, pero parece del tipo que mueren joven.
— Es una orden directa del líder, así que tenemos que hacer uso de sus habilidades — respondió el otro.
— ... tch...
—¿Conocen mis habilidades...?

Su plan sorpresa para volarlos con sus esculturas ya no sería viable, su curiosidad se avivó por el hecho de estar tan bien informados. Se suponía que, para las demás aldeas, Deidara había sido declarado muerto esa vez del robo. Usó la diplomacia de la Roca para trabajar de incógnito en otras ciudades, pero entonces, ¿cómo lo sabían ellos?

— ¿Quiénes... son ustedes? — preguntó.
— Sabemos que eres un terrorista que ha causado estragos en diferentes países por tus bombas, también eres un ninja clase S buscado desde tu misma aldea, pero simplemente eres un rumor, pocos saben que estas vivo... ¿Qué propósito tiene alguien como tú? Sobrevives con migajas que tristemente puedes robar, un desertor...— dijo el sujeto alto de piel azulada.
¿Propósito? ... Pues no, no existe alguno. Yo sólo hago explotar mis creaciones a gusto y a veces por encargo, lo hago con mis piezas de arte.
— ¿qué arte...? — profirió el hombre bajo.
— ¡Miren, esto es a lo que me refiero! — Deidara alzó su pieza, una araña, para que pudieran observarla — Hay tanto detalle en las líneas que excede una forma bidimensional. En sí es una pieza magnífica, sin embargo, ese no es todo mi arte... mis creaciones cobran vida. Como forma, no es nada más que arcilla, un, ¡pero también explota! ¡Y cuando lo hace, su existencia se hace más sublime! ¡cambia y se convierte en la verdadera forma de mi arte por primera, última vez! ¡el único momento en que pueden ver su detalle artístico es cuando sufre esa transformación, un! Mi arte, el arte genuino ¡es una explosión!... un. — terminó Deidara triunfante.

Los sujetos le miraron en silencio.

— Qué molesto eres... — dijo el tipo con la cara cubierta.
—¿Ya acabó de hablar? — preguntó el alto.
— Quién sabe... — indicó el joven moreno.

"Tch... ignorantes imbéciles..." El ninja rubio volteó lentamente hacia ellos, les lanzó una mirada fulminante y regresó a su pieza. El joven de cabello largo se inclinó, como escuchando al exterior, desvió de regreso su mirada a Deidara.

Cada que amanece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora