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Aquellos dos días ya habían llegado a su fin, y hoy era el gran banquete en celebración de las dieciséis primaveras del príncipe heredero.

Las cocineras trabajaron desde muy temprano, los guardias empezaron a organizar la seguridad de palacio, miles de anuncios se dieron en el pueblo central. Hoy era un día muy agitado para todos, empezando desde la realeza, hasta el pueblo, quienes festejaban, puesto, pronto podrían tener un nuevo rey.

Los dos príncipes aun se encontraban durmiendo en sus aposentos. Los reyes acababan de despertar.

Los miembros de la corte preparaban a sus familias, cada uno elegían sus mejores ropas para vestir aquel día, era la presentación oficial del príncipe ante la sociedad real.

Con dieciséis años el príncipe heredero ya era capaz de manejar el trono. Pero para ello hacia faltaba algo más.

Las nanas fueron a levantar a los príncipes, los vestidores reales estaba a punto de llegar con la diversidad de trajes que acababan de confeccionar especialmente para cada miembro real.

BaekEun era quien no quería despertar, estaba soñando con su amando. Soñaba que solo estaban ellos presentes, que podía estar junto a él. Que podía reinar con él. Era el sueño perfecto y no quería despertar nunca.

Pero al final tuvo que hacerlo.

Los encargados del aseo personal acababan de entrar a la habitación del príncipe, prepararon el agua tibia para bañarlo, los vestidores dejaron las prendas elegantes que hoy le tocaría vestir. Y cada uno hizo su trabajo.

Como resultado, BaekEun fue vestido con un Duramagi* ligeramente colorido en el cual predominaba el color rojo. Tenia el mejor calzado que había visto en su vida. Y un pequeño adorno en su cabeza. El cual era una corona tradicional, la cual estaba adornada con perlas y pequeñas joyas que caían en ambos lados de su rostro.

Al entrar los cuatro miembros a la sala principal sonrieron al verse. Los reyes portaban trajes en tonos azules, mientras que el príncipe menor uno en todos color verde y el heredero uno color rojo.

La familia real desayuno sin problema alguno. Tan solo les toca a esperar a la hora anunciada en la que los invitados empezarían a llegar a palacio.


[...]

El reloj había marcado la hora, los invitados estaban por llegar, BaekEun estuvo en su habitación todo el tiempo, sin hacer nada, no podía arruinar aquel nuevo traje que portaba, ahora en tonos lilas, morados y celestes. Se tendría que quedar ahí hasta el momento en el que vocero anuncie su ingreso al igual que con cada miembro de la realeza.

El emperador de china, el emperador del norte y el de Japón fueron los primeros en llegar, y fueron ubicados en sus respectivos lugares. Tan solo tras ellos llegaron los del consejo del rey y sus correspondientes familias, y luego los demás invitados, todos portando sus mas caros y elegantes vestuarios.

El vocero dio pase a los reyes, quienes entraron sonrientes a la sala de ceremonias, luego fue llamado el príncipe menor. Y por último y el más importante de aquel día fue anunciado el heredero al trono Lee BaekEun. Quien al entrar todos tenían una sonrisa con admiración hacia el. Pero la que lo hizo saltar mentalmente de emoción fue ver la sonrisa de su amado quien estaba junto a su familia.

Aquel largo y aburrido discurso empezó, en el cual se habló sobre el heredero y su familia. Los invitados dejaron sus presentes alrededor del festejado y finalizando esto, el Rey se dispuso a hablar, para presentar finalmente a su heredero.

—Me encuentro muy agradecido por tener su presencia el día de hoy,— Empezó a hablar el rey —Gracias amigos míos por estar en la presentación oficial de mi hijo al mundo de la realeza.

El rey con su brazo atrajo y pegó a BaekEun a su cuerpo, los emperadores, gobernantes y los miembros de consejo sonreían y aplaudían. Pero, ChanLi y BaekEun no perdían aquella mirada que los conectaba.

El príncipe se acercó a cada uno de sus invitados, y los saludo con respeto y una sonrisa en su rostro. Aquel momento era importante para él. Pero no deseaba esto, no quería ser un Rey.

La reina comenzó a hablar, de igual manera que el rey agradeció la presencia de todos. Agradeció los obsequios hacia su hijo. Y saludo a todos con formalidad. Junto con su pequeño hijo.

La cena fue servida. Y las personas reunidas en aquella mesa se regocijaba de alegría, sonreían y decían lo muy deliciosa que estaba la comida.

El rey, con un carraspeo de garganta hizo entender de que tenia algo que anunciar. Levanto en alto su mano y empezó a hablar bajo la mirada atenta de todos.

—Tengo un anuncio que daros. Un anuncio que mantuve como secreto a mi hijo y que hoy con todos vosotros presentes lo diré. Y con esto traer más felicidad a esta fiesta.

Pronto el Emperador de China se acercó al rey, ambos se pararon y apretaron sus manos junto a una reverencia como saludo.

—Hoy quisiera deciros que el Emperador del China y mi persona. Anunciamos que nuestros herederos están oficialmente unidos por compromiso. Y pronto como esposos, así uniendo a ambas familias y con ello unir nuestros reinos como uno solo.

BaekEun sintió el tiempo detenerse. Pensó haber escuchado mal, aquello que había dicho su padre era falso. No lo podía creer ni aceptar.
Lo primero que hizo fue buscar la mirada de ChanLi, y al encontrarla se dio cuenta de que él se encontraba de la misma forma. Mientras todos festejaban a su alrededor ambos estaban en un estado de shock.

Parados, sin decir absolutamente nada.

Pudo ver como su padre hizo callar a todos y le pregunto a su hijo el por que de su seriedad.

—No sabia que se trataba de esto.— Contestó casi sin voz. Sintiendo como un nudo se formaba en su garganta.

—Lamento que mi hijo este de este modo. Como os dije antes. Él no tenia conocimiento de esta noticia— Habló el Rey entre risas.

—Te estoy entregando mi más preciado tesoro. Mi hija es muy hermosa, tan solo es un año menor que tú. Pronto la conocerás ella vendrá pronto a conocer a su futuro esposo.— Dijo el Emperador de China compartiendo risas con el Rey.

—Gracias por ser parte de mi felicidad— Fue el turno de hablar de BaekEun, quien lo hizo con la mejor cara que pudo poner en aquel momento. Y la mas falsa sonrisa que pudo dar.

Mientras ChanLi tenía una opresión en el pecho, y unas ganas de gritar a los cuatro vientos y delante de todos los presentes que era dueño del corazón y alma del príncipe, que no permitiría ese matrimonio.

Y BaekEun sentía unas enormes ganas de romper a llorar ahí mismo.

BaekEun tomo una decisión. Hablaría con su padre y pediría renunciar al trono. Quizá así podría ser feliz con su amado.

«Era el comienzo del fin»

Una segunda oportunidad [ChanBaek/BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora