Rick y Azul volvieron en un incómodo silencio a la choza.
-¿Y eso?- Preguntó Elías.
-Trajimos recursos de mi casa. Ropa, zapatos, botiquines, cosas de higiene y algo de comida.
Rick se rascó la cabeza.
-¿Podemos ir a bañarnos? Tengo más que sucia la cabeza.
-Claro. Como somos caballeros, primero las damas.- Dijo el Don.
-Quieren que veamos cómo está el agua ¿No?- Dijo Azul.
-Sep.- Respondió Rick.
Las nombradas fueron a buscar su ropa, mientras los "caballeros" hablaban en el comedor.
-¿Qué pasó en la casota?- Preguntó Elías.
-Nada, juntamos las cosas y vinimos.- Respondió Rick.
-¿Y no vas a contar que seguiste a la de pelo arcoiris?- Lo delató el viejo.
-¡No la seguí! Simplemente había un árbol de bananas cerca de su casa.
-Y yo me tiré un pedo de color verde y olor a frutilla.- Bromeó Elías. Igna rió a carcajadas con eso.
Rick los miró mal, y salieron las chicas.
-¡No nos vayan a espiar!- Dijo Trin.
-¿Para qué querríamos ver un Michelin y un palo bañándose?- Bromeó Rick.
-Cállate, seguro me vas a querer ver las tetas de un palo, pervertido.
Se cagaron de risa, y las chicas se fueron. Habían llevado dos batas. Una de la madre de Azul y otra de la misma.
-Ahora, decime con detalles lo que pasó en esa casa.- Insistió Trin.
-La puta madre, que no pasó nada.- Respondió Azul, quitándose la remera.
-Yo sé que algo pasó ahí.- Dijo, imitando su gesto. Pero paró de inmediato al ver una sombra a lo lejos.
-¿Qué pasó? ¿Rick Riordan está en esta isla?- Rió Azul, pero paró de inmediato al ver lo mismo que su amiga.
Se colocaron a la velocidad de la luz su ropa, y susurraron entre ellas.
-Corre hacia la choza, yo me encargo.- Dijo Azul.
-¿Estás loca? Pueden tener armas, y no podés defenderte de eso.
-Tranquila, Michelín, los distraigo, traes a los chicos y peleamos.
-Siempre querés pelear vos.
-Bueno, si tanto quiero, hechiza a estos mirones y yo voy a buscar a los pendejos.
-Entendido, esqueleto arcoiris.
-Callate, Michelín oscuro.
Azul caminó normal hacia la choza, mientras que Trin hacía lo suyo.
-¿Hay alguien ahí? Espero que no quieran mirarnos.-Rió, hizo un gesto con las manos, y unos hombres armados se acercaron como zombies.
Azul pateó la puerta, y les avisó apurada, temiendo por la vida de Trin.
-Ya mismo vamos.- Dijo Elías. -Estás por quemar toda la choza.
Azul se tranquilizó, y dejó pasar a Rick, a Igna y a Elías.
-Nosotros nos encargamos, Don.
Sigilosamente, se acercaron a unos arbustos. Trin reía coquetamente, mientras los hombres le toqueteaban el cabello.
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¡Malditos Frutos!
AventuraCuatro adolescentes, una rebelde asquerosamente rica hasta para ella, un loco guasón y raro, una fangirl rosada bastante graciosa y su chico "perfecto", van de paseo en el helicóptero de los padres pijos de la rebelde arcoiris. Una tormenta, un mal...