Natsu se dirigía a una tienda. No a una tienda cualquiera, a una tienda de aparatos electrónicos: televisiones, altavoces, consolas... Y sobre todo, teléfonos móviles.
Natsu.
Creo que me estoy arrepintiendo. ¿Por qué le habré hecho caso a ése rubio oxigenado?
“¿Acaso Natsu-san es tan cobarde que no es capaz de comprarse un móvil? Aws, Natsu bebé, Natsu gallina, pok, pok, pokok”.
—Diantres. Me dejé llevar por mi impulso —gruñí.
Y es que ahora estaba un aprieto. Si no me compraba el dichoso móvil tendría que pasearme en tanga en su instituto. Y eso sí que no, no voy a perder mi orgullo y dignidad de ésa manera, definitivamente no.
—Emm, disculpe —me rasqué la nuca un poco nervioso. Sting, te voy a carbonizar.
—¿Qué es lo que desea, joven? —me preguntó después de acabar con el otro cliente.
—Verás. Si no me compro un teléfono tendré que pasearme en mi instituto en tanga. Y como nadie quiere eso... —aclaré la garganta— Hagamos esto rápido y nadie saldrá herido.
La chica del mostrador sólo me miró con una ceja alzada. Había diversión en sus ojos.
Al final me compré un modelo de hace 2 años, sólo por la razón de que era más barato.
—Gracias por la compra, espero que no tenga ningún incoveniente con el teléfono. Vuelva pronto.
Salí con lentitud de la tienda. Me fijé en los detalles de la caja de mi nuevo teléfono. Sonreí victorioso.
—Oh Sting, Sting, Sting... Mereces que te de un aplauso en la cara con dos ladrillos. He gastado casi la mitad de mis ahorros por éste cacharro. ¡Le quemaré el trasero con gasolina!
Bueno, quizás no sea tan malo después de todo.
Nota: Y aquí es donde todos deberían alabar a Sting.
Hazzie.
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Audios ➙ NaLu AU
FanficEn donde Lucy le envía audios de voz a un número desconocido para poder desahogarse.