➟Epílogo.

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Natsu.

Perdí la cuenta de las cuántas veces visité éste hospital, en donde se encuentra ella profundamente dormida. Después de que la alcanzara de su caída tuve que ir al hospital más cercano porque Lucy no despertaba con nada y estaba demasiado pálida, fría y lejana.

No la conozco, ni siquiera nos hemos visto una vez en nuestra vida, pero siento que ella y yo estamos destinados a hacer muchas cosas juntos. Es por eso que... Quiero que despiertes, Lucy.

—Joven Natsu. Lamento informarle que debemos desconectar a Lucy —me dijo la enfermera que atiende a Lucy.

—No andes jodiendo, ella va a despertar. Y me da igual si despierta 10 años después o más, no voy a permitir que la arrebatéis de mí después de encontrarla.

—Pero...

—¡Pero nada! —escupí con rabia. Entré en la habitación de Lucy y cerré la puerta de un portazo. ¡¿Cómo se atreven a querer matarla de ésa forma?!

Me senté al lado de Lucy y la observé como siempre. Nunca decía nada, sólo me sentaba y la hacía compañía. No hacen faltan mis palabras, ella sabe perfectamente que estoy aquí para ella.

Pero hoy era diferente. Me agustié al verla allí postrada en la cama tan solitaria y tranquila, como si ella fuera una muerta viviente. Es por eso que por ésta vez me tumbé a su lado y dormí con sus dedos entrelazados con los míos.

—Despierta, por favor.

—♥—

Tuve que encararme contra todas las enfermeras y doctores del hospital que querían desconectar a Lucy para que no lo hagan. Me costó, y mucho, pero lo conseguí y valió la pena.

—Entonces Gajeel coge una pajita y succiona el flan pero después lo expulsó por la nariz —comenté riéndome de aquél día—. Ojalá lo hubieras visto, fue flipante.

Por alguna extraña razón de la vida le comencé a hablar a Lucy, ya sea de mi vida o la de mis amigos. Supongo que así ella me conozca más.

—Sigues tan pálida como si la nieve se tratase. Ya son meses, Lucy. ¿Despertarás o no lo harás? Quiero conocerte, cuidarte y protegerte. Dame una oportunidad de estar contigo, pero para ello necesito que estés despierta —declaré con una mueca triste. Me estaba deprimiendo cada vez más ver a Lucy así—. Siempre me pregunto cómo será tu risa cuando te cuente chistes, feliz por verme o sonreír por algo que hice. Me pregunto cómo serías a mi lado.

Acaricié la palma de su mano derecha.

—Me voy. Pero vendré de nuevo, como siempre.

Al llegar a casa me tumbé directamente a la cama. Revisé mi teléfono móvil y tenía bastantes llamadas y mensajes. Los ignoré, no me interesaban, y fui directo a WhatsApp. Contemplé su foto con Mei, se veía tan radiante y feliz, y ahora es tan diferente.

Ahora me arrepiento tanto de no haberme comprado mi teléfono mucho antes. Ojalá esto hubiera sido diferente.

🎀—🎀—[...]—🎀—🎀

Era de noche. Natsu quería dormir e ir mañana a visitar a Lucy, pero no podía conciliar el sueño. Y por alguna extraña razón quería verla en ése mismo instante.

Se volteó para observar a Happy, el cual se encontraba observándolo con sus grandes ojos gatunos.

—¿Crees que sea buena idea verla ahora, Happy?

—Mia... ¡Aye! —respondió el gato, levantando su patita.

—Tan sabio como siempre. Gracias, Happy. Vuelvo más tarde. —Se levantó de su cama y fue al hospital, tal cual, en su bicicleta a una velocidad que no es ni normal.

Al llegar se subió a un árbol que daba justamente en la ventana de Lucy. Se acomodó y se quedó mirándola en la noche. Su respiración seguía siendo tranquila como siempre y la máquina seguía anunciando cada pacífico latido de su corazón.

Y sin darse cuenta se durmió, pensando en cómo sería si Lucy estuviese despierta, y visitándola en el mundo de sus sueños.

—♥—

Al salir el sol, el pelirrosa estaba siendo observado, mientras que él dormía muy sereno. Aquella se subió cuidadosamente a la rama hasta llegar delante de él. Lo observaba con detalle y curiosidad. Le picó la nariz muy fuerte y Natsu despertó.

—¡¿...?!

El dolor de su nariz le importó más que la persona que se encontraba delante suya. Pero al momento de levantar su cabeza se quedó, literalmente, estupefacto.

—¿Lucy?

La nombrada asintió y le dedicó una sonrisa. A Natsu casi le da un paro cardíaco al verla. ¡Estaba despierta y sonriéndole!

—Oh por Dios.

Era tanto su asombro que, sin darse cuenta, cayó del árbol. Y despertó, volviendo a la cruda realidad.

—Hmp. Era demasiado lindo para ser verdad —rió exhausto.

Se bajó del árbol y se fue a su casa. Ésta vez hoy no visitaría a Lucy. Se tomará un tiempo, la situación de Lucy lo está volviendo loco y está realmente estresado.
Ya no más visitas a Lucy, ya no más estrés, ya no más Lucy.

—Adiós, Lucy.

Lucy.

...

Todo está frío y oscuro.

Unas veces la oscuridad se siente cálida y otras frías.

Pero ésta vez se siente como si una ventisca me estuviese arrastrando sin piedad.

¿Qué pasó?


.

.

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Nota: Seguramente ya estaréis planeando mi muerte desde vuestras mentes por haber dejaros ése Final y por no haber publicado el Epílogo por mucho tiempo. Lo sé, lo siento mucho.

He tenido una crisis de inspiración y no quería escribiros una porquería sólo porque no tenía inspiración.

Lamento la tardanza pero he aquí vuestro Epílogo. Ya pronto estará la secuela de “Audios”.

Muchas gracias por leer ésta historia. Los amo un montón. Nos veremos de nuevo pronto.

Hazzie.

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