Poder Sin Limites

VI

sentimientos de ansiedad y culpa me recorrian, tenía la necesidad de regresar y averiguar por qué me sentia así al estar enfrente de un desconocido, también quería disculparme por haber sido infantil y escapar de aquel momento tan raro y quizás tan importante.
No paraba de darme bofetadas mentales por el mero echo de haber perdido una oportunidad valiosa, según el abuelo, lo que el cerebro olvida, el corazón recuerda; mi corazón se había acelerado al estar frente a ese chico, quizás, el sabrá algo de mi o lo conocí y no lo recuerdo pero mi corazón si, a pesar de intentarlo tango, no soy capaz de comprender muchas cosas.
Decidi que ya no había caso seguir culpándome tanto, ademal, porque me sentiría culpable, nuca interactúe con alguien de mi edad, suspiro con pesadez y dejó de correr, por una razón que no me gustaría saber, me giré a observar sobre mi hombro, para luego seguir adelante.
-mira, haya esta-varias voces comenzaron a escucharse a mi alrededor, voces que me acompañaron en toda la vida que recuerdo, me hago la distraída fingiendo no haber escuchado, aunque el juego ha lo conocía; primero fue Red XIV quien se lanzó contra mi, el niniki de tan sólo 10 años no llegó a tocarme y estuvo a punto de golpear su cabeza contra un árbol, sin duda era igual a su padre. La siguiente en arremeter fue Seiyu, la hembra más pequeña de la camada, cambio su táctica e intento correr contra mis piernas, no costo saltarla, ella a diferencia de sus hermanos, era tranquila y rara vez se interesaba en esta clase de cosas. Red XIII se habalanzo contra mi apenas toque tierra y tras de el, el resto de la manada se sumó a la montaña de carne y pero que habíamos formando, Seiyu restregó su hocico contra mi cabeza asiéndome cosquillas.
-vale vale, me rindo-dejo caer mis manos en señal de no tener intención de seguir luchando, los felinos me dan espacio para levantarme.
-No puedo creer a la gente que dejan entrar a cañón cosmo-escucho al joven niniki Red XIV quejándose con su padre, mi curiosidad me obliga a querer saber a qué se refiere, pero tenía la sería sospecha de saber a quiénes se referían.
-destruyamos su auto, de todos modos está prohibido entrar a Cañón con autos, después del desastre de Shin Ra-mis manos comenzaron a sudar frío a causa de recordar ese terrible momento para cañón cosmo.
-no creo que sea bueno hablar de Shin Ra ahora-senti un par de miradas sobre mi, intente no darle importancia pero era imposible.
"Los árboles caían uno tras otros, la paz se veía corrompida a medida que Shin Ra se hacercaba, Shin Ra era una organización que fabricaba artefactos impulsados por Mako, la energía vital de nuestro planeta, dicen que el sirce no recuerda sus vidas pasadas, pero a pesar de eso, ese momento lo recuerdo con claridad.
Shin Ra estaba dispuesto a hacer todo por conseguir la gran materia, pero yo no estaba dispuesta a dejar que destruyeran lo que nos quedaba, el mundo en ese momento estaba de acuerdo conmigo, estabamos conectados, use todo mi poder para destruir a Shin Ra, la corriente vital, el mundo y yo, nos encargamos de  destruir todo rastro de ellos y sin planearlo, arrazamos con más de lo planeado, mucha gente murió y los sobrevivientes se vieron amenazados por el jenoesticma, provocado por el alma de Sephirot, hijo de Jenova,quien corrompió la corriente vital, ese fue el final de mi vida pasada, me fui y no lo hice sola, gente inocente se fue con migo, pero esa gente a diferencia de mi, no renacieron*
-oye, estas bien?-otra vez me dormí con los ojos habiertos, muchas veces sin darme cuenta, mi cerebro comenzaba a divagar en un tema y quedaba pensando en eso por horas.
-si, lo estoy-reacciono enseguida a las palabras y empujones de Mirla, me paro de un salto y estiro mis brazos, como si acabara de despertar de una larga siesta.
-eh oido que hay un príncipe en cañón cosmo-suelto un suspiro, el tercero en el día, dejo mis manos tras mi espalda y levanto mi cabeza para ver el cielo.
-porque no me sorprende? -las palabras simplemente de mi boca, como si no me importara que estás hirieran a alguien- todos sólo planean usarme para hacercarce al último cristal, que se encuentra en Lucis y poder quedarse con mi poder-recorde lo que el anciano me había dicho en un momento, cuando sin aviso previó, comenzaban a llegar pretendientes de distintos reinos.
"-No te confíes mucho pequeña, muchos de los hombres que han venido, sólo están interesados en tu poder, te lo explicaré, recuerdas el cristal que se encuentra protegido en Lucis?-asiento levemente con la cabeza, escuchando con atención a aquel sabio abuelo-es el cristal madre de ese pequeño que cuelga de tu cuello-el señala mi collar y como instinto, lo sujeto y preciono contra mi-si por alguna razón, el cristal madre y el cristal hijo se juntan lo suficiente, actuarán de puente y quien toque el cristal hijo, conseguirá apoderarce de tu alma Mako, pero obviamente para eso, tu debes llevarlo puesto, así que si te lo quitas, tendrás chances de escapar-mi abuelo sonríe habiertamente y levitando me ayuda a ponerme de pié, me hace señas para que lo siga al telescopio del gran planetario y lo apunta hacia un reino, un reino que deceaba con mi vida conocer-pero por eso, no puedo dejar que vallas a Lucis, te pondrás en peligro, si el cristal madre detecta a el cristal hijo, ambos brillarán, revelando tu posición-
-por eso atacaron Lucis cuando tenía ocho años-el anciano me mira con sorpresa y un leve gesto de pena, era normal que se sorprendiera cada vez que decía las cosas que el no se atrevía a decir."
-Iré al planetario a hablar con el abuelo-veo a Red alejarce poco a poco, pero mis pies avanzan y corren a su lado, sus hijos y esposa no tardan en imitar mi gesto.