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Una sensación familiar me recorrió de pies a cabeza, la sensación de haber vivido una escena similar se había formado en mi mente, mis sueños eran así, recuerdo estar enfrente del fuego ancestral y a mi lado una mujer tan igual pero tan diferente a la chica que casi toque.
Tuve el impulso de correr tras ella, de atraparla, hacerle miles de preguntas, porque mi vida giraba en torno a ese sueño, ese sueño que al despertar me costaba recordarlo con claridad.
-Noctis, la espantaste-mi amigo Prompto trataba de sacarle la gracia a lo que había pasado, pero no la tenía, ese pequeño instante fue algo que perduraría mucho tiempo en mi mente.
-oigan, miren-Ignis señaló el piso con una expresión alarmante, dude en mirar, quizás una serpiente o una araña gigante estaría a nuestros pies-joder, miren el maldito piso-
-vale vale-Prompto levanto ambos brazos en señal de rendición y bajo la vista-joder, Noc mira esto-senti su mano asiendo precio en mi nuca, obligándome a bajar la mirada, me sorprendí al ver un cendero de fauna que antes no estaba ahí.
-no fue por ahí donde la muchacha se fue?-Gladiolus se agachó asta tocar el nuevo sespet que había crecido-esta húmedo-
-yo creo que deberíamos seguir a la novia de Noctis-mi rubio amigo comenzó a correr agitando ambas manos sobre su cabeza, como si una extraña emoción lo estuviese consumiendo internamente.
-no hay tiempo para perseguir fantasmas, debemos ir a Duscae-Ignis amago con volver en sus pasos y dirigirse a la armería, donde habíamos dejado nuestras armas la noche anterior, lo mire fijamente comenzando a dudar, mi cerebro me gritaba que me fuera con Ignis, pero algo en mi interior se preguntaba porque a su alrededor no se formaban esas luces, la razón por la cual no la detuve, fue mi asombro, desde pequeño he tenido el don de saber cuándo alguien va a morir, las luces del alma a punto de extinguirse.
Sin pensarlo más deje que mis pies cojieran el rumbo que quisieran y para mi sorpresa y descontento, eligieron seguir adelante y marcharse a Duscae, sabía que me arrepentiría, pero era una decisión sensata, seguir fantasmas era una pérdida de tiempo.
Prompto se quejó todo el camino hacia el carro, sin parar ni un momento,decía cosas que ya sabía y cosas que me provocaban querer golpearlo, pero debía contenerme para no matarlo.
-si tu no quieres yo la buscaré y me casaré con ella-supuse que sólo lo decía para enfadarme, por eso intentaba no darle importancia.
-Prompto, todos sabemos que amas a Luna Freya-el mencionada hiso un gesto de disgusto por aquel secreto no tan secreto que ya sabíamos desde que éramos niños.
-podemos ir al planetario antes de marcharnos-asentimos en silencio a la propuesta de Ignis, había venido varias veces con mi padre, el planetario no era tan grande como creían y sólo había una razón por la cual la gente iba ahi, por el sabio anciano que allí vivía.
Mire el camino sin decir nada, viendo como nos hacercabamos cada vez más al planetario, algo llamo mi atención al ver hacia arriba, la muchacha de hacia rato, se encontraba acostada en el techo como si nada.
Estaba a punto de habisarle a los demás para que miracen, pero unos golpes a la ventanilla del piloto me interrumpieron.
-disculpen, pero no se puede ingresar con autos a esta zona, les pido que sigan a pie-una mujer que aparentaba casi 50 años, de asomo a observar el interior y nos dedico una sonrisa.
-Miha, el abuelo quiere hablar con tigo-la mujer se separó de golpe del auto y miro al origen de aquella dulce voz, me sorprendi al ver de quién era-y quería saber si vio a Red o a Mirla-
-si cariño, ya voy, y no, pero me pareció escuchar que iban al cañon-mientras bajábamos del auto logramos ver cómo la joven desaparecía a la misma velocidad como apareció, parecía correr a la velocidad de toda la capacidad de un automóvil o quizás aún más rápido.
-disculpe, pero quien es la muchacha?-no supe en que momento Prompto se alejó de mi lado, no quería suponer que quede embobado viendo a la desconocida, mire a la mujer y a mi amigo con el semblante serio.
-oh, te refieres a Ender, seguramente saben quien es, es "la sirce", si no saben sobre eso, seguramente el anciano se los explicara, el esta en el planetario-mire con pena a la mujer mientras todos asentía, al pasar por su lado me limite a susurrar un lo siento casi inaudible, su luz estaba a punto de extinguirse.
El camino a pie parecía eterno, teníamos que subir y bajar a causa de la llanura montañosa de aquel lugar tan natural y tan vivo, al ver el planetario fue como encontrar la luz al final del túnel, no es que estuviera fuera de forma, solo que todo en aquel lugar estaba muy alejado.
Ingresamos al planetario y a diferencia de lo que esperábamos, estaba lleno de gente caminando de un lado a otro, preguntando cosas que se confundían en la gran cantidad de voces en aquel lugar.

Poder Sin LimitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora