XI

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Que alguien me golpee si estoy soñando, de estar buscando a un begimo, todo el asunto se dio vuelta y ahora todos se encuentran hablando de que deberíamos dejar a Enderight viajar con nosotros, cosa a la cual no me negaría, pero sería extraño, cuatro hombres y una chica, la gente pensaría mal de ella, ¿pero porque me preocupa?
-agachate princesa-senti una mano jalandome del brazo, me había dejado llevar por mi mente y al parecer ya habíamos llegado al cubil del begimo.
El lugar estaba perdido en una espesa niebla, apenas se podían ver los animales pastando en el prado invadido por rocas gigantes, de la nada se escuchan pisadas y una gran sombra negra se lanza sobre uno de los animales.
-el begimo, preparence para seguirlo asta su guarida-todos miramos confundidos a la joven de pelo blanco, pero su mirada seria no daba pasó a la duda y terminamos por asentir.
El begimo comenzó a alejarce hacia el sur y nosotros lo seguíamos de lejos escondiendonos cada vez que el animal se volteaba.
Llegamos a una especie de ruinas, de lo que parecía ser un peque campo de entrenamiento, aunque habían un par de tanques grandes, ambos muy oxcidados, uno parecía ser de agua y otro de gas.
Nos escondimos tras un pilar caído a la espera de que el animal se distrajera o se durmiera para poder atacarle.
-bien, este el plan-Ignis repentinamente se puso serio, nos miraba fijamen-Enderinght y Noctis atraerán al begimo asta este punto-no supe cuando había trasado una estragia en la tierra, pero era muy clara, marcaba el gran tanque de gas y asta donde debíamos guiar al begimo-luego Prompto, deberás edisparar al tanque, para entonces ustedes dos habran tenido que escapar, cuando el begimo este aturdido, arremeteremos todos contra el, ¿alguien esta en desacuerdo con el plan?-todos negamos e instantáneamente las miradas se posaron en la única chica del grupo.
-me parece un buen plan Ignis-Ender se arrodilló, ya que se encontraba sentada en el piso y con un gesto bastante común, hizo que su collar brillarán, materializando una espada en sus manos, era negra al igual que la ropa que llevaba y parecía pesada, pero tuve que vencer a la intriga y no preguntarle-vamos-senti su mano en mi muñeca y cuando me di cuenta, ya estábamos corriendo hacia el nido de la bestia.
-¡¡EH MONSTRUO!!-comenzamos a colpear las armas mutuamente, logrando que estas hicieran ruido y atrajeran al begimo.
El animal no tardó en aparecer, era más grande de lo que parecía y lo teniamos justo en frente.
-¡¡corre!!-nuevamente sentí la mano de Ender en mi muñeca, pero esta vez, presionaba con más fuerza y me obligaba a seguir adelante, sentía las grandes pisadas del begimo a nuestras espaldas, estaba a pasos de deborarnos de un bocado.
Cuando llegamos al lugar marcado, tome a la chica de pelo blanco por la cintura, apunte mi espada hacia el tanque de agua vacío y la lancé, esta dio en el blanco y use magia para transportamos y acabar colgados de ella, justo unos segundos antes de que Prompto hiciera estallar el tanque de gas.
-eh ¿Noctis?-mire a Ender, aún abrazada a mi, ambos seguíamos colgados, luche interiormente para que mis mejillas no se sonrojaran.
-¿que pasa?-no hubo necesidad de que ella respondiera, en ese momento la estructura occidada, hiso un movimiento brusco, en señal de que uno de los soportes había cedido.
-agarrate de mi-Ender me miraba preocupada, le hice caso y me sujete más a ella, mientras su mano tomaba el mango de mi espada, la vi forcejeando para sacarla y acto seguido sentí como caíamos.
¿Ya me morí? ¿Porque razón el piso era tan blando? Me negaba a abrir los ojos, era una actitud muy infantil de mi parte.
-oye Noc, ¿estas bien?-la voz de Prompto se metió por mis tímpanos y un sentimiento de alivio me recorrió-levanta, somos los únicos de brazos cruzados y nos estamos perdiendo toda la diversión-senti un piquete en el brazo, mi amigo me había pellizcado, haciéndome abrir los ojos de golpe.
-¿y Ender?-me extrañó no verla a mi lado, hasta donde sabía, habíamos caído juntos, Prompto señaló a Ignis y Gladiolus luchando con el begimo, pero no vi a la pdliblanca, hasta que levanté la cabeza, ella estaba sobre el lomo de la vestía.
Tomé mi espada que estaba aún lado de mi y me paré de un salto,Prompto palmeo mi hombro y ambos corrimos al ataque, comenzamos a dar golpes en donde alcanzábamos, en las piernas del begimo, pero no parecía debilitado.
-Prompto, saca a Enderight de ahí-el rubio asintió mientras yo me preparaba, usaría magia, sólo quería que acabara ya, cuando vi a mi amigo bajar del begimo con Ender, tome impulso listo para saltar, tomando una altura más o menos aceptables, cambie de arma, haciendo aparecer en mis manos un cetro y me deje caer en picada sobre el begimo.
Todo se volvió negro luego de la gran explosión, escuchaba las voces distorsionadas, ¿acaso ahora si había logrado matarme?, no, si fuera así, no escucharía las voces de mis amigos.
La negrura pasó a tomar brillo, abrí los ojos lentamente, el sol no me lastimaba, estaba en un prado verde, como el que solía frecuentar con Enderight, mi Enderight, la niña de la que estaba locamente enamorado cuando era pequeño.
-hasta que despiertas-escuche una voz femenina que conocía, la conocía perfectamente, por desgracia.
-¿Luna Freia?¿que pasó?¿que haces aquí?-me incorporé como pude, ella se encontraba arrodillada a mi lado, su cabello rubio lo llevaba suelto.
-supongo que sólo hemos coincidido en un sueño o pensamiento-Luna se para observando el horizonte, es una mujer realmente bella, pero aún así, yo solo pensaba en una chica a la que quería encontrar, sabía que casarme con Luna, sería engañarme a mi mismo y a ella, sabía que no podría decirle un te amo sincero y que no pensaría en ella como la mujer de mi vida, Luna fue una buena amiga y lo sigue siendo.
-oh, esta bien, pensé que había muerto o algo así-me paro a su lado y observamos el sol caer poco a poco.

Poder Sin LimitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora