A las orillas de la cuidad de Osaka, se encontraba un edificio de tres pisos de altura, en color crema que era iluminado desde la parte de afuera por luces fosforescentes en color purpura. Se podía apreciar un gran letrero en la parte superior de la entrada "The paradise" encendía en varios colores, la puerta era de madera en color negro.
Contaba con su estacionamiento en la parte de atrás, ellos dejaban su auto en la entrada principal y un valet parking se encargaba de estacionar los autos y tenerlos preparados para la hora de la salida del cliente. Ellos al entrar pagaban una cierta cantidad de dinero, que ellos pagaba gustosos con tal de ver a las chicas de ahí dentro. El club estaba catalogado como el mejor en toda la cuidad, contaba con mujeres bellas dispuestas a tomarse unos tragos de vino con el cliente. Pero por lo que mas había ganado popularidad era por la joven que daba un show especial cada noche, nadie sabia quien era ya que ella usaba un antifaz, pero muchos suponían que era hermosa. Inclusive muchos pagaban un privado, que era donde ella les bailaba un poco, lo hacían con la finalidad de conocer su rostro, pero ella no se los permitía, eso era bueno tanto para el negocio como para ella, ya que cada vez mas hombres asistían con tan solo ganas de verla.
Al entrar al lugar, podía escucharse la música, las luces fluorescentes que parpadeaban por todo el lugar, algunas chicas bailando al ritmo de la música, otras haciendo compañía a algunos caballeros mientras bebían un buen whiski o alguna otra bebida.
En la tercera planta, en uno de los camerinos, se encontraba una joven terminando de alistarse. Se miro al espejo, labios rojos, cabello ondulado, mascara de pestañas, un poco de colonia y listo, no le gustaba mucho el maquillaje, sabia que menos es mas, osea que entre menos maquillaje mejor se vería y el día que no lo usara no se vería como las demás chicas del lugar, ellas cuando no usaban maquillaje parecían enfermas todas paliduchas, sabia que ella estaba pálida pero no parecía enferma. Se coloco su antifaz...
- Entras en cinto minutos - le hablo desde la puerta uno de los guardaespaldas del lugar, ella no contesto, solo se dedico a ver que esto estuviera bien en ella, ropa interior diminuta que apenas si cubría sus partes intimas, se coloco una bata en color rosa que era un poco transparente.
La puerta de la habitación se abrió dejando ver a unas chicas que entraban al camerino, reían y decían que esa noche había mas hombres que la noche interior.
- Vaya, antifaz nuevo - comento con sarcasmo una de ellas.
- Oh Yura que no vez que la estrella de la noche tiene que estar muy presentable para los clientes. - ambas rieron.
- Lo se Kagura, pero yo no se para que usa antifaz...- fue interrumpida por el guardaespaldas que toco la puerta.
- Luna, ya es tu turno - ella asintió y camino con paso elegante, al pasar a un lado de Yura y Kagura las miro de reojo, miro al frente para seguir caminando con superioridad.
- Se cree la dueña del lugar - dijo Kagura mientras se sentaba frente al espejo y comenzaba a desmaquillarse.
- Es como si lo fuera ¿Que no ves como la trata Bankotsu? - dijo con coraje y envidia Yura al sentarse para hacer lo mismo que su compañera.
- Además yo no se por que usa un alias, como si no supiéramos su nombre. - siguieron conversando sobre la chica que acaba de salir de ahí.
Ella caminaba por los pasillos, chicas pasaban por un lado de ellas, todas decían lo mismo, que había mas hombres que la noche anterior y que les había ido muy bien con las propinas.
- ¿Nerviosa? - pregunto el acompañante.
- Para nada - contesto seria. - antes de llegar a la planta baja donde seria su show se encontró con su jefe, Bankotsu... Un hombre de unos 30 años, alto moreno, apuesto para muchas odioso para ella.
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Dulce Perdición
FanfictionRin Clark es una bailarina exótica en un club nocturno, sabe que los hombres solo la buscan por su cuerpo, cosa que ya le da igual que la busquen por eso, sabe que en ese trabajo es a lo que se expone, es seria, fría y la estrella del lugar. Sesshom...