Capítulo 14: El Último Señor del Tiempo

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Camino de un lado a otro, pensando en el Doctor

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Camino de un lado a otro, pensando en el Doctor. Dodo se encuentra hablando sobre lo encantada que está con la habitación que nos había asignado. Steven también me lanza miradas de preocupación desde su lugar.

- No puedo más- obtengo la atención de mis dos acompañantes mientras me acerco a la puerta-. Tengo que ir a buscar al Doctor.

- No iras sola- interviene Steven.

- Por supuesto que no- Dodo se levanta de su lugar inmediatamente-. Te acompañaremos.

- Me sentiría mejor si te quedarás aquí- pongo mi mano en sus brazos-. Será algo peligroso, en la cual, no estamos seguros de como acabará esto.

-Por favor, Elizabeth, ¿sí?

Doy un suspiro al pensar que de todos modos nos terminará siguiendo. Si el Doctor estuviera aquí, la obligaría a quedarse aquí. En este caso, preferiría que estuviera cerca de nosotros antes de ponerla en peligro.

- Esta bien. La única condición es que si nos encontramos en peligro, tú escaparás sin importar lo que hagan- ella asiente.

- Recuerden que el Doctor es su abuelo- nos señala a las dos-. Ustedes dos son hermanas. Y yo soy el prometido de Elizabeth. No hay que olvidar eso.

- Vamos, tenemos que apurarnos- abro la puerta.

Dodo se empieza a quejar de que no la dejamos disfrutar de la habitación. ¿No había sido la misma que me había suplicado hace unos minutos que nos acompañará? La respuesta es sí.

Los tres bajamos al bar, pero para nuestra mala mala suerte, nos encontramos con un grupo de pistoleros. que están rodeando al barista y amenazándolo. Steven nos hace una señal con la mano para que continuemos con nuestro camino en silencio.

- No tan rápido- dice uno de los integrantes del grupo de pistoleros-. Si quieren salir de aquí vivos, tienen que cantar.

Veo a mi alrededor para encontrar cualquier posibilidad de escape. Es imposible porque el los pistoleros nos están rodeando a los tres. La única salida que encuentro es ceder.

- No lo haremos- responde Steven firme.

- Eso ya lo veremos.

Uno de los hombres le hace una señal a uno de sus secuaces. Me agarran del brazo mientras pone el cañón de su pistola en mi barbilla. Steven demanda que me suelte inmediatamente, pero los pistoleros se ríen.

- No. Cantarán para nosotros o ella muera- agarra un mechón de mi cabello para olerlo.

- Muy bien- responde molesto-. Será a su modo.

Steven está dispuesto a sentarse al frente del pero se lo impiden. Piden que Dodo toque el piano y él cante. Entre los dos se ponen de acuerdo para escoger lo que van a cantar de las partituras que se encuentran en el atril.

Doctor Who (III): A second chance [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora