Capítulo IX

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Dorian veía como Jules había asesinado a sangre fría a su amigo, compañero y de seguro también era su amante como una displicencia tal, que cualquier terrorista más inhumano quedaría empequeñecido con tan brutal accionar de la joven.

-¿qué has hecho, Jules? Dios! Dios! Dios! -no para de evocar al mítico nombre en busca de consuelo.

-tranquilo, ahora tu seguirás el plan si no quieres morir ¿entendido? -le dijo con una sonrisa- mientras podemos hacerlo, ¿te parece? -dice desinhibida.
-¿qué diablos te sucede? Acabas de matar a tu amigo -dice totalmente incrédulo de su frialdad.

-ja, ja, ja, ja... -una larga carcajada no paraba de retumbar en las paredes- que tonto eres.

-pe... Pero

-el solo era un instrumento y esto que acabo de hacer es... ¿Cómo te digo? -se pregunta levantado la mirada- el era una herramienta desechable. Si eso era el, jajaja... ¿Entiendes? ¿Desechable? -y las carcajadas continuaron.

Dorian no sabía que hacer, el accionar de Jules era totalmente incierto, no sabia si luchar con ella e intentar quitarle el arma o seguir el juego y esperar su oportunidad, lo que sucedia era que ella parecía haber previsto todo, inclusive el hotel donde se encontraba.

-¿te parece si mejor me mamás la totona? -tanta sangre me excita -le dice mientras con el arma se estimula su parte.

El detective pensó que esta era su parte para acercarse y decidió aceptar.

Los quejidos de placer ponía nervioso a Dorian mientras su lengua lamia cada parte de su sexo y su trasero. No sabía cuando actuar como salir de ello entonces procuro seguir estimulando a la joven mientras esperaba su gran momento.

Jules estaba tan excitada que decidió aceptar una propuesta de Dorian, darse la vuelta y fue el momento en el que el detective con rápido movimiento de manos, torció el brazo de la joven y con su otro brazo rodio el cuello de Jules para así maniatarla y poder hacerse con el control de la situación.

Jules se quedó pasmada, el contexto que tanto controlaba se le había salido de comer te por primera vez.

-No sabes que haces, Dorian -decía para retomar su ventaja- podríamos ser felices juntos... No tienes que hacer esto.

-cállate! -le grito.

Jules con la única mano libre que tenía estimulaba como podía el miembro efecto del detective.

Dorian sucumbió un momento a la provocación y Jules se pudo escapar y en cuanto pudo ver que todo se acababa para ella... El sonido de un certero disparo ahogo el grito que intentó dar la joven para librarse de lo invitable. Jules había muerto con un tiro en la cabeza.

Are You Talking Angela?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora