Fin

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Hola Youngsam. ¿Qué tal por Manhattan? Seguro que la ciudad se ve preciosa por las noches, pero seguro que no te hará la más mínima competencia. Cuando miro las luces de Seúl también pienso si brillarán más que tú; de algún modo u otro, me recuerdan a aquella noche de año nuevo en la que mientras el cielo se llenaba de fuegos artificiales, estos se reflejaban en tus ojos mientras te besaba.

Llegó a su apartamento tras un largo día de trabajo en la universidad. Dejó la chaqueta y el bolso sobre el sofá y se fue quitando la ropa hasta llegar al cuarto de baño, para abrir el grifo de agua caliente de la ducha y colocarse bajo ella. El agua cayó sobre su pelo, bajando desde sus hombros a todo su cuerpo, haciendo que liberarse cualquier resto de estrés quedase en ellos.

Seguro que te estás preguntando qué haces leyendo esto, al igual que yo me estoy preguntando ahora mismo qué hago yo escribiéndolo. La cosa es que llevo mucho tiempo con la necesidad de hacer algo así; no paro de darle vueltas a la cabeza, y siento que mi cuerpo me lo pide desesperadamente. Casi todos los días llegamos de madrugada al apartamento después de un largo día de actividades y mis cansados ojos no pueden resistir el impulso de mirar hacia la puerta tras la cual dormías.

El olor a coco de su champú llenó todo el cuarto de baño, y tras salir de la ducha envolvió las grandes toallas rosas alrededor de su desnudo cuerpo y su largo pelo mojado. Se contempló en el espejo, pasando antes una mano sobre él para quitar el vapor. Se sentía guapa, sonrió.

Siento cierta nostalgia cada vez que veo esa puerta, e inmediatamente una gran cantidad de imágenes se pasan por mi cabeza. Cuando descubrí que eras mi vecina, y horas después acordamos de que no se hablaría más de lo que pasó en la discoteca, promesa que nunca cumplimos.

Buscó entre los cajones de la cómoda para elegir algo de ropa limpia. Sujetador, bragas a juego, vaqueros, chaleco de lana negro, calcetines. Hacía frío, era invierno, así que puso algo de música en su móvil y empezó a tararear mientras se vestía.

Cuando me rompí el brazo en la ducha y me llevaste al hospital, y de alguna manera perdiste tu trabajo por cuidarme aun odiándome. Luego lo pagué cargando con un colchón para tu apartamento, uno en el que luego pasaríamos muchas horas haciendo el amor, o algo parecido a eso.

Recuerdo todos esos momentos en el que pensábamos que nos odiábamos, y quizás lo hacíamos a muerte, y ahora daría lo que fuera por poder volver a repetir cada uno de ellos.

No echaban realmente nada interesante en la tele para ser un viernes noche, y no pensaba tragar un minuto más de las Kardashian. Su portátil reposaba a su lado en el sofá, mientras algunas películas se descargaban. Miró hacia la ventana, a través de cuyo cristal pudo ver como el cielo nocturno brillaba con pequeños copos de nieve que caían lentamente sobre la ciudad. Sonrió, le encantaba la nieve.

No es que esté loco, ni esté obsesionado, o eso quiero creer, pero es que fuiste y eres muy importante para mí, para la persona que soy ahora. Me has enseñado muchas cosas; a no tener miedo de las consecuencias, a confiar en mí mismo, y sobretodo, a amar. Esos son regalos que no tienen precio, y te estaré eternamente agradecido. También me regalaste tu corazón por un momento, pero sé que ese regalo no me pertenece, tú eres su dueña y respeto tus decisiones.

Puso las manos sobre el frío cristal y observó como las estrellas de agua llenaban el cielo. Le parecía tremendamente precioso. Sus ojos fueron lentamente hasta la pequeña mesa que se encontraba a unos metros de ellas, para ver un par de papeles sobre ella. Su sonrisa se borró.

Me gustaría saber y creer que te va de maravilla en América, estoy seguro de que eres feliz, porque estás cumpliendo tus sueños de los que tanto me hablabas y tan poco quería yo escucar. Yo he cumplido mi sueño también. Quién sabe, quizás alguno de tus nuevos amigos, o incluso tú misma hayas oído hablar de una de las bandas más populares de toda Corea. Así es, estamos llegando alto, seguro que estarías muy orgullosa de lo mucho que tus mocosos vecinos han madurado en este tiempo. Joder, casi tres años desde que te fuiste y es que siento como si hubiera sido ayer la última vez que te besé.

Sweetest Hell (BTS: Suga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora